Cuando una persona lee no pasa mucho en su cuerpo por fuera
sus ojos se desplazan por la hoja y eso
un observador no podría decir mucho más
desde el otro lado de la vía del tren
ambos
observador y lector esperando trenes antagónicos
y el observador observa al lector
el lector lee y el observador no nota demasiados cambios externos
pero lo cierto es que en el interior del cuerpo del lector
ocurren cosas demasiado asombrosas para contarlas
sus ojos se desplazan por la hoja y eso
un observador no podría decir mucho más
desde el otro lado de la vía del tren
ambos
observador y lector esperando trenes antagónicos
y el observador observa al lector
el lector lee y el observador no nota demasiados cambios externos
pero lo cierto es que en el interior del cuerpo del lector
ocurren cosas demasiado asombrosas para contarlas