Ayer hicimos yoga en el salón del segundo piso. Se escuchaban las campanillas de la puerta del primer piso. Al final de la clase, hice el ridículo porque me puse a hablar de las lámparas del techo. En realidad, yo no quería hablar de las lámparas del techo, pero
Pero pese a ello el otro día tuve el sueño más espectacular con ella. Yo había paseado mucho rato en sueños moviendo mi pura mirada. Después, aparecí en una pieza contigo y como que íbamos a mirar una película. La película era muy extraña: de repente la cámara enfocaba hacia un parte como el techo, mientras la acción quedaba fuera de foco y sólo se revelaba por el sonido. Yo traté de memorizar algunos detalles para hacer la película en la vida real, porque había cosas muy revolucionarias respecto a la forma tradicional de hacer cine. La cámara se movía de una forma ridícula. Yo estaba seguro que obedecía como a los caprichos de un espectador muy loco y lujurioso. Por ejemplo, en una la cámara se enfocaba en tí. Empezabas a hablar. Hablabas cosas muy chistosas, como si no te importara nada acerca de tí misma, igual un poco que
La cosa es que Mabel dijo dos cosas y luego la cámara se movió un poco de manera muy revolucionara para lo que es el cine tradicional. Decías cosas como que hacías hamburguesas y que tus hamburguesas eran como desarmadas; te ponías a describir tus hamburguesas como con mucho humor y detalles. Además, estabas cubierta de joyas muy especiales, un collar que daba muchas vueltas y que pasaba por encima de tus pechos. De repente la cámara se enfocaba en estas joyas y se empezaba a acercar a tu cuerpo, tomando el collar y luego como en un plano rasante por tus pechos hacia tu cara, como si tu cuerpo fuera la Tierra. Y la cámara avanzaba y llegaba a tu cara y a tu sonrisa, y se te veía tu lunar y tu chasquilla y toda tu onda como media china.