me parece que castaneda no hace una aclaración importante realtiva a ver. Cuando él habla de ver, lo pone siempre como un estado misterioso, algo que no queda totalmente claro de qué se trata, un objetivo por cumplir y un concepto por desentrañar. No hay una definición específica de ver, pero me parece que él la da tácitamente cuando habla del mundo como descripción, la cual no ponemos jamás en tela de juicio. Yo sospecho que ver consiste en poner en tela de juicio esta descripción. Desde este punto de vista, parar el mundo y ver serían la misma cosa. También, acechar, descrito alguna vez como 'reconocer una realidad' tiene este elemento; observar las cosas desde fuera, salirse del flujo natural del mundo y ver desde la distancia.
Nosotros vivimos continuamente a través de crear un personaje, planear acciones que debe llevar a cabo este personaje para validarse y seguir siendo quien es, y luego llevamos a cabo estas acciones. Desde este punto de vista no nos dejamos en ningún momento en paz, siempre estamos diseñando nuevos actos y mecanismos en los cuales este personaje puede dar rienda suelta a su humor, a su decencia, a su perseverancia y a una serie de cualidades que resolvimos darle, más o menos al azar, tal vez por efecto de la historia y de nuestra educación. Pero no hay ninguna necesidad profunda de vivir de esta forma. Nada nos obliga a hacerlo así, y una vez descubierto el engaño podemos perfectamente contemplar otras alternativas. Llamarlo engaño es por supuesto una falacia, puesto que somos nosotros mismos quienes lo perpetuamos; somos la víctima pero primero somos el victimario.
Nosotros vivimos continuamente a través de crear un personaje, planear acciones que debe llevar a cabo este personaje para validarse y seguir siendo quien es, y luego llevamos a cabo estas acciones. Desde este punto de vista no nos dejamos en ningún momento en paz, siempre estamos diseñando nuevos actos y mecanismos en los cuales este personaje puede dar rienda suelta a su humor, a su decencia, a su perseverancia y a una serie de cualidades que resolvimos darle, más o menos al azar, tal vez por efecto de la historia y de nuestra educación. Pero no hay ninguna necesidad profunda de vivir de esta forma. Nada nos obliga a hacerlo así, y una vez descubierto el engaño podemos perfectamente contemplar otras alternativas. Llamarlo engaño es por supuesto una falacia, puesto que somos nosotros mismos quienes lo perpetuamos; somos la víctima pero primero somos el victimario.