martes, julio 31, 2012

Mampato y Rena en el siglo cuarenta

---Sé lo que estás pensando ----me dijo.
"Qué verguenza", pensé. Ella se me quedó mirando.
---¿Y eso lo supiste? ---le pregunté.
---¿Qué cosa?
"Ah. No es tan telépata."
---Sí que lo soy.

La conqistada


En el horizonte de mi mente se ha escondido el sol.

Me preocupé cuando vi los perros. El perro. El perro que olfateaba las valijas de las personas.

Yo llevaba valija diplomática. Algo tenía que pesar. El tipo me dejó comprar el boleto, mientras él examinaba mi pasaporte. Nunca se esperaban que un tipo con mi manera de caminar, con mi silencio, fuera francés; me trataban de pillar con preguntas obvias.

No sé si a los perros los hacen adictos a la droga, o sólo les enseñan a olfatearla. Nunca los van a hacer adictos a los hongos; además, lo que consumo yo está altamente procesado. Y hecho té. Y dentro de un termo, sellado.

Comencé a darle sorbos a la botella a eso de las 11 y veinte. Exactamente.

A eso de las 11 y 40 cerré la botella y la guardé. Esperé que hicieran efecto los hongos.

A las 12 y 20 el efecto era patente. Sentí que perdía contacto con la realidad. Había llegado a mi límite.

A mi límite para tomar un tren y no equivocarme. Seguir atento. Perder contacto con la realidad, pero seguir atento.

En el tren entendí que el misterio debía insinuarse, al escribir un cuento de misterio, pero no resolverse. La mayoría de las veces el misterio se va revelando; esa no es la correcta manera de proceder. Lo que se debe hacer es, por ejemplo, describir un planeta desconocido.

En un momento por las ventanas se vio el mar. Todos giraron el cuello para mirarlo. Oh, el mar. Sólo por compromiso: por demostrar que habían leído poemas alguna vez. Y el mar era sólo una línea debajo de la cual todo era azul. En fin, no la gran cosa.

En otro momento todo era una revelación; todo estimulaba enormemente la mente. Se llegaba a conclusiones. Pero una hora después, todo eso se acabó.

de vacaciones

no más cité U
no más Dali
no más pensar en eso
y lo mejor de todo
no más pulgas

encuentro con Jo

Ya no hago tanto yoga
ahora me pican las pulgas

La niebla


Sin la niebla no existiríamos nosotros, la luz.



El asunto es no planificar con tanta antelación y disfrutar los días a medida que van pasando. Y si es posible, disfrutar cada minuto sin pensar en el siguiente. Comprimir el tiempo. En una batalla por la vida, un segundo es la eternidad.

Cuando preparé el té esa mañana, noté que algo raro sucedía. No le presté atención y seguí con mis cosas, dejando que el té macerara. Empecé a sentir el ruido de una motosierra, viniendo de la distancia. Me asomé a mirar, incluso, por mi ventana que mira hacia el cerro; esperaba ver algún indicio de tala indiscriminada de árboles.

En ese momento comenzaron en mí, a tener lugar una serie de consideraciones sobre mi vida y el tiempo. Cómo éste pasaba, y cómo aquella se esfumaba, básicamente. Ninguno de mis amigos estaba a salvo de esa condición, y nadie en la Tierra, a decir verdad. Ni siquiera los elefantes, aunque luego estos son devorados por todas las bestias, lentamente, volviendo sus partículas a la selva y al ciclo orgánico terrestre. Hay un video en una página que no es youtube que muestra eso. Las primeras en llegar son las hienas y se comen la mandíbula; las hienas siempre llegan de noche.

Ahí supe que el ruido de la motosierra venía de la tetera, en donde se estaba cociendo el té. Algo raro había pasado cuando lo había preparado, y eso raro seguía pasando. No me atrevía destapar la tetera por miedo a que algo vivo estuviera consumiéndose allí. Empecé a escuchar la canción de John Lennon que habla de hacer las cosas un día a la vez. Mañana será otro día. Vivir el momento como si todo aquello continuara. Como si el mundo no se fuera a extinguir nunca. Es evidente que cuando yo muera, los gusanos se encargarán de transportarme. Mis moléculas se renuevan, no soy nunca el mismo. A qué aferrarme a mis moléculas, entonces.

El sonido de la sierra se había convertido en un trepidar que emergía del fondo de la Tierra. En medio de ese fenómeno estaba yo, no sabiendo si salir, si tener que escapar, si reaccionar ante la eventualidad de un sismo. En Europa no tiembla, dicen las autoridades. A no ser que estuviera temblando sólo en mi cerebro, o en mi habitación.

No quise salir a ver qué pasaba afuera. Me quedé sentado escuchando más canciones de John Lennon. Los hongos que había hechado en el té ya estaban en mi paladar, en los primeros sorbos. Ya pasarían a formar parte de mi estómago. Esos hongos seguirían viviendo en mí antes de esfumarse, al cabo de 6 a 8 horas (lo que dura un viaje espiritual). Yo seguiré viviendo en los gusanos un tiempo, y les daré un pedazo de experiencia psicodélica, antes de esfumarme por completo en la niebla.

lunes, julio 09, 2012

cardos

es demasiado fácil olvidarme del mundo
demasiado fácil
se ha vuelto demasiado fuerte
o no ha dejado de ser increíblemente fuerte
suficientemente
toda la vida ha sido así
desde que tenía 1 año
el brillo de unos cardos en el camino
podía llevarme lejos

viernes, julio 06, 2012

con esta lluvia

Parte con Bulma en su avión buscando la última esfera del dragón en el interior de un volcán, con la ayuda del radar del dragón. Krilin y Yamcha están con ella haciendo el trabajo sucio.

Segunda escena: batalla entre Gokú y Vegeta en el interior de la habitación del tiempo, entrenando para enfrentarse a un enemigo poderoso.

Tercera escena: Piccoro y Gohan luchan contra una pareja de hermanos, tipo guerreros vikingos pero con la habilidad de desvanecerse y cambiar de fase. El objetivo de estos hermanos es destruir a Piccoro a fin de que las esferas del dragón pierdan su poder. 

domingo, julio 01, 2012

work in progress


Ya sabes que siempre te amaré
pero pudo haber sido mentira
si dije que podría complacerte
solamente con proponérmelo

Hemos caminado largo rato
y hemos llegado hasta este sitio
parece que dije cosas para herirte
pero fue sólo a causa del miedo

no me gustaría verte llorar
así que espero que no tomes en cuenta
las cosas que digo sobre la marcha