jueves, mayo 31, 2012

es evidente que tampoco pueden quedar excluídos de mis memorias los episodios que guiaron a mi encuentro con Javiera Mena en las cosas iquiqueñas.

Yo volvía a Chile luego de algunos años viviendo en el extranjero, pero volvía sólo por las vacaciones de manera que me dedicaba a carretear. Celebración de navidad en la casa de mi tía, año nuevo en providencia, salir a celebrar a la plaza italia, etcétera.

En plaza Italia estaba Iván Zamorano y yo lo dejaba en ridículo a través de la técnica de decir la última palabra. Zamorano saludaba a todos desde su balcón y yo le explicaba claramente por qué él valía callampa. A lo que él retrucaba yo re-retrucaba `valís callampa' de manera que él no podía hacer nada. Yo sabía meter el `valís callampa' en el momento preciso para que él se lo tuviera que comer antes de guarecerse dentro de su departamentito miserable. Al final se rindió y no retrucó más. Yo me fui vencedor, teniendo el apoyo de todas las gentes que se habían congregado en torno al episodio. Las viejas estaban entre impactadas de mi patudez y emocionadas. Se comentaba que a mí se me había pasado la mano cuando le había dicho `arrogante' a Zamorano. Yo escuché y aclaré que yo no había dicho `arrogante', sino `pedante'. Igual se me había pasado la mano según ellas. Entonces yo dije que no había querido decir pedante, sino... simpático y les guiñé un ojo y me fui.

Lo de Javiera Mena fue en Iquique. Con mi tío Volodia fuimos a ver el edificio Salvador Allende que tiene forma de moai y, según mi tío Volodia, `demasiados espejos que causan reflejos y patrones desconcertantes.' Recorrimos observándolo desde diversos ángulos y un poco adelante de nosotros iba Javiera Mena haciendo un poco lo mismo. Yo le gritaba `wena Javiera' varias veces hasta que ella finalmente se decidía a pescarme. Sorpresa para mí, ella iba con un grupo de koreanas a las que yo conocía de India. Le dije a Javiera en inglés `yo parece que conozco a tus amigas' y las koreanas me reconocieron y dijeron `yes!', impactadas. Estaban felices de verme. Yo les iba a lanzar unos cumplidos en inglés, pero Javi Mena me metía conversa del tipo `qué perfumadas andan estas koreanas' y yo le quería decir `sí, huelen rico, ¿no?' Como con Javiera hablábamos en español las koreanas no entendían y se sentían un poco dejadas de lado. Yo no podía conciliar los dos mundos.

Una de las koreanas, Seung Ah Lee, había aprendido español y aceptó acompañarme a unas fiestas pseudo-familiares con mis primos en un patio de Iquique, ya en la noche y hablamos de sus planes. Ella es exquisita, súper bella.

miércoles, mayo 30, 2012

así como el inconciente es realmente inconciente, lo desconocido es realmente desconocido. No se puede anticipar nada de él.

El obsesivo manejo de lo conocido fue lo que convirtió al hombre común en pinche tirano. El guerrero, en cambio, se prepara para su próximo encuentro con lo desconocido. En este sentido el guerrero no puede bajar la guardia, y aunque esté teniendo un mal día y algo parezca estar consumiéndole todas las fuerzas, tiene que guardar energía para el encuentro con lo desconocido. Así es como un guerrero no baja la cabeza ante nada.

La vida de un guerrero para adelante puede parecer no tan gloriosa, pero al menos tiene un acto glorioso que cumplir: morir. Todo hombre es un héroe por el sencillo hecho de morir. El hecho de que vaya a morir es motivo de que se ilumine la vida de un guerrero. En cambio, el hombre común ve este hecho con espanto.

La muerte es lo desconocido por excelencia.


memorias de un ataúd

tampoco debiera quedar excluída de mis memorias la vez que me encontré con la Beba en Barcelona. Yo andaba con mi grupo de pastusi y veníamos en un bus tan penca, pero tan penca (desde Francia) que nos pidieron apagar el aire acondicionado para que no decayera el rendimiento del motor. Yo me barré de mi hotel, no tenía ganas de hacer ninguno de los panoramas que nos proponía la jornada, y no alcancé a caminar unos 50 metros en cualquier dirección...
Entre los múltiples panoramas estaba la visita de mi tío Daniel, que trajo una botella de buen vino y un picadillo para disfrutar mirando al mar, desde la terraza del famoso hotel.
En fin, me desafilié como pude también de ese compromiso y salí a andar los 50 metros que me separaban de mi encuentro casual. Del otro lado de la calle esa niña me reconoció y me llamó por mi nombre, Manu, sin que yo supiera de quién se trataba. En un principio se me figuró la Jéssica, luego su cara fue cambiando sutilmente como si yo sintonizara en un sueño a la persona deseada. Y esa persona era la Beba, su piel tan suave, demasiado suave.
Ninguno de los dos podía creer que el otro estuviera allí, en esa ciudad tan alejada de las circunstancias en que nos habíamos conocido la primera vez. Ella sabía que andaba una delegación del colegio allí en Barcelona, pero sólo sospechaba imaginariamente que yo podía formar parte de ella.
Nos dimos un abrazo, pero yo no la quise abrazar sin reservas como mi corazón me lo proponía. Para lo que ameritaba la situación, el mío fue un abrazo frío, aunque de todas maneras fue efusivo. Ella prácticamente estaba superada por el hecho de encontrarme.
Nos sentamos en una placita con su amiga y llegaron más amigos de ella. La Beba no se podía separar de mí, teníamos que estar en contacto físico, y si yo la desplazaba gentilmente abogando por nuestra comodidad y libertad de movimiento, ella volvía a mí con una excusa. Se dejó caer sobre mí y me apretó los bíceps, me decía que yo estaba más musculoso y con el pelo corto. Me quiso cortar las uñas y yo no se lo pude impedir.

martes, mayo 29, 2012

Ram on

Ramón, dale tu corazón a alguien ya
sin reservas
Ramón...

Parodia de Avengers

no debe faltar en mis memorias la vez en que conocí a Hulk. Existe, y lo tienen trabajando en unas minas, tipo minas tirith, bajo la tierra y pa' calla'o.
Esta historia comienza con Hulk en su forma humana, serio, ayudando a empujar unos carritos que van por unos rieles como en las típicas minas. La atmósfera es oscura. Detrás de Hulk en su forma humana viene dos gallos empujando otro carrito, y resulta que como hulk humano no tiene superfuerza estos otros dos gallitos lo alcanzan, y le pegan un empellón en la espalda a hulk. Yo observo todo esto y veo que en la espalda al hulk humano se le produce como una joroba de la rabia ocacional. Pero lo controla, el problema es que después tienen que repetir la operación y ahí sí que el doctor hulk humano no puede controlar la rabia producto de los numerosos empellones (que son como cuando te patean el asiento desde atrás en el bus) y de la pequeña protuberancia asomando en la espalda pasa a transformarse completo en hulk, el mono verde. O sea, queda la mansa crema.
Yo veo todo esto desde mi posición privilegiada pero cacho al tiro que el hulk transformado no quiere que se descubra su identidad, entonces se oculta. Y yo tengo la mala suerte de ver todo su proceso de ocultamiento y de averiguar por completo el secreto de hulk. Si hulk sabe que sé su secreto, me mata porque sé demasiado, entonces decido escapar.
Pero por un morbo desesperado re-decido seguirlo un poco más. Hulk abandona el sitio de su transformación y pasa por varias habitaciones. Aquí es choro como está construída la mina, porque cada habitación tiene puertas por varios lados que comunican con nuevas habitaciones que también tienen puertas por varios lados, entonces uno se puede perder fácilmente. En un momento hulk decide que ya es hora de dejar de ocultarse. Estamos en una zona en donde los fenómenos se pasean como Pedro por su casa; al parecer, en las instalaciones de la mina también se desarrollan estudios con extraterrestres.
Ahí yo decido que sí o sí tengo que escapar, porque hulk está relajado y puede actuar. Entonces atravieso una pista de bolos y me meto en unas escaleras. Bajo las escaleras que describen una espiral y cacho que las escaleras son pésimo lugar para arrancar porque no tienen salidas, hay muy pocos grados de libertad, lo único que se puede hacer es subir o bajar, entonces si llega hulk yo no tengo mucho cómo desorientarlo.
Al fin llego a una puerta que da a la calle. Estoy en una ciudad desconocida y ni siquiera sé la calle en la que está mi hotel, en donde me quedaba en ese momento con Lea y otros amigos nuevos que había conocido. Sé que estoy en Dublín, pero ya... eso no me sirve de nada.
Por suerte para un taxi y me lleva. Es de noche ya. No me pregunta a dónde vamos de inmediato, es un taxi relajado, pero en la conversación asoma naturalmente el tema. Le digo que no me va a creer, pero no sé mi lugar. No soy de allá. Le digo que queda cerca del agua (Dublín tiene muchas zonas en que hay agua y barquitos y puerto, además de carrete relacionado con la playa y todo eso, e incluso le llaman la Vienesa del Norte -la Venezia del Norte, jajaja) y él me dice que, claro, que en Dublín muchas partes quedan cerca del agua, pero que a él le tinca más una que todas las otras como el sector en que podría estar alojándome yo, un macho caucásico. Yo recuerdo que no tengo plata y que dejé mi tarjeta de crédito en el hotel, así que si llegamos a mi hotel voy a poder pagarle al taxista a través del simple proceso de decirle que espere mientras voy a buscar mi tarjeta de crédito y que le dejo algo en prenda; y si no llegamos a mi hotel, si la corazonada del taxista falla, estoy en la mierda. El hecho de que la segunda posibilidad sea tan probable me hace callar respecto de esta situación.
Avanzamos unos instantes en silencio. Estamos bien retirados del centro, o de la ciudad, si se quiere. Vamos por una ruta semi-rural, mirando Dublín a través de unos pastizales. El taxista parece que capta mi secreto y me destaca que la carrera que estamos haciendo cuesta unos 35 euros. Yo saco el gentleman que llevo dentro y le digo de inmediato que me acabo de dar cuenta que no tengo plata, que será mejor que me baje al tiro. Que me disculpe por la... y el taxista me completa la frase: mariconada que le quería hacer.
El taxista también es un gentleman y me deja ir, me deja en una especie de puerto, sin sacarme la chucha a pesar de que ya le debía unos cuantos euros por el mal rato que le había hecho pasar. Al salir a esta suerte de malecón y echar a andar sospecho que tal vez tenga unos euros en el bolsillo chiquitito de  la mochila y sí: ahí están, un par de monedas de dos euros que siempre tengo para comprar café en la máquina de mi universidad, en Perpignan. Corriendo, des-ando mis pasos en busca del taxista y encuentro varios taxis pero no al taxista.
En eso veo en la vereda del frente a dos amigos de la delegación de deportistas irlandeses a la que yo envenené completita en los juegos que se celebraban en Santiago, por encargo de la asociación de fútbol chileno, y después me esfumé. Habían sobrevivido, pero uno de ellos tenía otro corte de pelo. Los señalé con el dedo cruzando la calle como diciendo ustedes, ustedes me van a ayudar a encontrar a Lea.
Y en ese momento veo venir a Lea por la misma calle, desde otra dirección. Me ve, viene con dos amigos más, y me pone cara de felicidad mezclada con cara de dónde te habías metido, cómo se te ocurre perderte. Y yo le presento a mis amigos y le digo que estoy feliz de verla (ella tiene los labios pintados, muy rojos) pero que hubiera preferido no encontrarla allí y haber utilizado a mis amigos irlandeses para dar con ella de un modo heroico, en lo que sin duda hubiera sido una aventura y una hazaña de lo más espectaculares.

lunes, mayo 28, 2012

así es la cosa

el asunto es tan sencillo: yo me creo tan bacán porque voy a India todos los años a trabajar, y la verdad es que me explotan, soy un esclavo, ese orden de cosas. No voy a hacer grandes obras humanitarias sino a preparar la mesa para que grandes viejos guatones se llenen la panza. Y no de comida precisamente.

Y me retan, por ejemplo porque no llego con la bandeja y retiro los platos de a uno, los empilo como puedo y me los trato de llevar a la cocina. Llego a la cocina y me encuentro con dos colegas mozos que están de acuerdo conmigo en que algún día debiéramos ponernos firmes. O no tan firmes, pero sí hermanarnos entre los mozos porque no nos queda otra, no nos podemos rebelar contra los patrones; nos queda aprovechar los días libres para juntarnos, hacer cosas choras, disfrutar la vida, que le llaman. Pero esos dos mozos que están ahí ayer se mandaron la media partuza y yo ni me enteré, a pesar de que yo también tenía el día libre y estaba en la mía. Ellos se fueron a la costa y se emborracharon terminando en un puente. Suena interesante lo que hicieron. A mí me acaba de increpar o de dejar en ridículo uno de los viejos bonachones al cual no pude decirle nada no tanto por respeto sino porque no se me ocurrió qué decirle, no soy muy hábil con las palabras y con los dimes y diretes.

Pero en la vida real me los haría pedazos a todos, y me refiero a que me los culearía y me los recularía por detrás. Como Felipe Avello: no tanto por placer, sino por demostrarles quién soy y quién es el que manda.

sábado, mayo 26, 2012

inspirado en la realidad (de la playa)

nuestras moléculas se están renovando constantemente, por lo tanto no somos nunca definitivos. ¿Qué hace, entonces, que sigamos siendo siempre los mismos? ¿Por qué se mantiene esta estructura, por qué no cambia con cada nueva generación de moléculas? Pareciera ser que algo en nosotros, un impulso genuino, sostiene nuestra estructura e impulsa a nuestras moléculas a organizarse siempre de la misma forma, para seguir siendo nosotros. Las nuevas moléculas no debieran venir predispuestas a adoptar ninguna configuración en específico, ninguna otra que la que nosotros le ordenemos una vez ingresen a nuestro sistema. Entonces es un asunto de volición interior el ser como somos. Es sólo gracias a que nosotros mismos fomentamos una organización, la nuestra, que aquella organización se conserva en el tiempo. ¿Qué nos impide entonces fomentar una nueva organización, y cambiar? Si la volición de la que hablo es tan determinante a la hora de configurar nuestro ser, ¿no debiera poder dar origen a un ser totalmente nuevo, si la cambiamos desde dentro? ¿Qué clase de control es el que se necesita para modificar esta volición interna? ¿Es acaso un simple asunto de desear ser de una u otra manera? ¿O estamos, por el contrario, amarrados a desear ser siempre de una forma, y de allí que no cambiemos mayormente en el curso de nuestras vidas?

Se dice que el Dalai Lama es el Dalai Lama porque desde chico quiso ser el Dalai Lama. Barack Obama es el Presidente de los Estados Unidos porque lo intentó muy duramente y quiso serlo y hoy cuando se levanta lo hace deseando seguir siendo el Presidente de los Estados Unidos. Yo soy la persona que soy sólo a causa de que intento continuamente seguir siendo la persona que soy, Manuel de los Palotes.

Si queremos cambiar, basta que lo intentemos pues nuestras moléculas no tienen memoria, llegan a nosotros recorriendo un camino que bien puede remontarse al infinito o al principio de los tiempos. Cuando llegan a nuestro cuerpo, inmediatamente comienzan a procesar nuestro mandato. Nosotros no somos concientes de este proceso, pero lo cierto es que la continuidad de la vida no viene dada tanto desde fuera, desde las moléculas que nos conforman, como desde dentro. La unidad y la identidad son características agregadas por la conciencia a un flujo de partículas que nada tienen que ver con ella.

Se dice que la muerte es el fin de esta unidad y de esta identidad y de esta continuidad. Y que la muerte se siente como el rompimiento de racimos de experiencia que fueron formados por la conciencia individual. Cuando la conciencia individual se muere, muere la fuerza que ensamblaba estas experiencias. Las moléculas se desacoplan, lo que estuvo unido se separa.

La continuidad no viene tanto de las cosas mismas como del deseo personal, y debiera por lo tanto poder anularse o reducirse a una expresión mínima. Esta sería la clave del cambio como facultad humana, si es que la poseemos.

jueves, mayo 24, 2012

me da risa por las huevadas que me voy...

películas de ficción

el hecho de que esté aquí escuchando una canción de Paul McCartney no tiene ninguna relevancia, o en último término sólo yo le daría relevancia. Es una opción personal, poner de relieve las cosas que me pasan, las cosas que hago con mi vida. Me comí un completo al almuerzo, salí a pescar el fin de semana. Eso no le importa para nada a nadie que esté en el otro lado del globo, en Fiji. Esa gente que no me conoce, o la gente que está en otro planeta, nunca va a poner de relieve lo que yo hago. Y sin embargo yo pongo mucho de relieve todo lo que yo hago.

En el fondo, repito, es una opción personal que yo tomo. Bien podría no darle ninguna importancia a nada de lo que hago. Podría darle a mis acciones la misma importancia que le dan los que viven en Fiji. Podría vivir mi vida externamente, como si estuviera en Fiji en este instante. Pero decido vivir mi vida como si todo lo que yo hago fuera trascendental.

Y la verdad es que no estoy muy seguro de que nada de lo que hago sea demasiado trascendental, ni siquiera para mi propia vida. Puedo cumplir con mis obligaciones básicas sin concederle la menor importancia a mis actos, y seguiría vivo igual. La manera de graficar esto perfectamente sería con una película. En una película, lo que sucede en la película que se está exhibiendo en la sala del lado no cuenta para nada. Pero en la sala del lado, todo lo que sucede en esa película que están exhibiendo allí tiene una importancia capital. Lo curioso es que en ambas películas puede estar trabajando el mismo actor, y en un lado hará cosas que en el otro no importan. Si ese actor fuera conciente que está en dos películas, y seguro que lo es, su cabeza explotaría en mil pedazos. Pero como son películas, no le preocupa demasiado.

Si fuera la vida, y si ese actor fuera una persona, y se diera cuenta de repente que ha estado viviendo dos vidas, ahí sí que explotaría su cabeza. En el buen sentido, porque si lo que hace en una vida no tiene ningún sentido en la otra, nada de lo que hace en ninguna tiene sentido en cuanto tal. Imagínense que hubiera infinitos mundos en este universo y que nosotros pudiéramos pasar de uno a otro con una habilidad secreta de la conciencia. Podríamos vivir distintas vidas. Supongamos además que los mundos fueran tan desacoplados como el sueño y la vigilia, por ejemplo, es decir que estando en cada uno de ellos fuéramos completamente ignorantes de que existen los otros. Sería una pasada, como dicen los españoles.

Pues eso es lo que me pasa a mí. He cambiado de sueños tantas veces, y he comido tantos hongos, que ahora no sé si este mundo es definitivo o si es uno de muchos. No sé si en la sala del lado están exhibiendo otra película en la que en cualquier momento yo puedo entrar.

miércoles, mayo 23, 2012

HESTADO

1
soy testigo de otros mundos
de la CONCIENCIA en otros mundos
he ESTADO en otros planetas
pero yo prefiero llamarlos capas de la cebolla

sobrinos: escuchemos denver

2
luego de 6 semanas
hoy día por fin
decidí afeitarme

con la espuma en el rostro
miré ese otro rostro en el espejo
la tensión se cortaba con gillette

3
Tres en el asiento de atrás de un auto
en el trayecto Temuco Lican Ray

la humanidad es un grano de arena
en la playa de la conciencia
pero la humanidad de Diego Díaz
ocupa mucho más



tú sabes que siempre te amaré

por como están dispuestos nuestros ojos
y nuestro corazón (dentro del cuerpo)
pensamos que todo lo que vivimos
ocurre en el mero centro del cosmos

es un problema de puntos de vista
pues la verdad no estamos ni más cerca
ni más lejos del centro ni del fin
que ningún otro lugar del espacio

y si venimos aquí de visita
y si somos capaces de vivir
en otros mundos inimaginables
es porque somos capaces de ver
esta esquina como cualquier esquina

maravillarnos de que este edificio
esté en este extraño lugar
donde los seres humanos pudieron
construir su civilización






Al vuelo

Sabes que siempre te amaré
pero pudo haber sido mentira
cuando dije que te haría el gusto
a cada minuto de la vida

no me gustaría verte llorar
así que espero que no te tomes en serio las cosas que digo al vuelo

Lo hemos intentado por años
y henos ahora aquí
dije cosas que te hirieron
pero las dije por temor

Sabes que siempre te amaré
todo estará bien
mientras sepa que no te tomas en serio
las cosas que digo al vuelo

mi primera vez

yo perdí la virginidad a los 27 años, calcula. A la edad en que morían estrellas de rock, o sea que mi vida fue muy diferente de la de Jim Morrison, yo taladraba por vez primera. Antes estuve, digamos, haciendo otras cosas, descubriendo nuevos mundos, nuevas facetas de mí mismo. Pero la conocí años atrás, cuando era estudiante de pregrado en Tunisia. Yo soy un gallo que viaja, el problema con el hombre común y corriente es que siempre te hablará del mundo, nunca se imaginará que estamos en un rincón, y no en el centro, del universo. Me invitaban a comer y yo me sentaba en el sillón, la niña de unos 8 años se acercaba y trataba de interactuar conmigo. Obviamente lo hacíamos en francés, ella estaba confusa, yo tenía el pelo largo y nada de barba. Es un niño, decía ella cuando yo la acariciaba. Le dibujaba con lápiz scripto un tatuaje en el brazo, un corazón con adentro la palabra mom. Ella se lo mostraba a su papá, éste era un gallo joven, simpático, bueno para la risa y le gustaba. Yo le decía al papá que había tratado que dijera dad, pero que el lápiz me había fallado. La pequeña niña quería preguntarme algo y acercó su frente a la mía. No se atrevía, murmuraba, y su padre me tuvo que traducir: ella quería saber si yo hablaba el árabe tunisiano. Yo había llegado recién, con cueva sabía hablar francés y le tuve que decir que no.

Pero años más tarde, su padre me volvió a contactar porque la pequeña, y acá yo ya tenía 27 años y estaba de vuelta en Chile por unos meses, estaba de visita en Sudamérica y me quería ver. Se acordaba de mí después de todos esos años. El padre me dijo que la pequeña hablaba bien español, que lo había aprendido en el liceo y practicado en España durante años. Y yo hacía un asado con mis amigos de toda la vida, en un patio en Santiago de Chile, y me tenía que hacer el chistoso porque la pequeña, que había aceptado mi invitación, esperaba eso de mí. Seba Peralta, mi amigo bueno para la talla, llamaba a la Compañía porque no estaba funcionando la televisión por cable, y preguntaba al teléfono (todos lo escuchábamos) si era un problema de la planta o si tenía que pegarle por el lado a la tele. Risas de parte de todos nosotros. Yo le sugería que preguntara qué hacer en caso de pantalla plana, pero no sacaba tantas risas. Luego en el patio, el Camello y varios otros se pusieron a hacer piruetas, y yo una vez más quise imitarlos para ganarme el corazón de la pequeña, pero sólo hice el ademán de ir y no fui, dando a entender que, en realidad, no tenía nada que demostrar, y ese gesto a la pequeña, que se columpiaba en un columpio, le gustó.

Por fin nos quedamos solos en el patio, yo estaba sin polera y me daba el sol. Estaba en buena forma física, la pequeña me dijo que estaba bien broncearse porque veníamos del invierno del hemisferio norte. Pero ella estaba negrísima, y tirada de costado en este columpio de dos cuerpos, y yo fui y me senté al lado de ella, y apoyé mi brazo en su cadera. La miré y le pregunté cuántos años tenía. Veinte, me dijo ella. Entonces está bien si te doy un beso, le dije yo. Ella no dijo nada, sólo le temblaron los labios. No era muy experimentada, pensé. Pero ya no iba a apartar la cara así que la besé. El primer beso siempre es medio asquerosito, ¿no? Y quise dejar de besarla pero la seguí besando un poco más. Ella dijo que era su culpa, que había abierto mucho la boca y que probara de nuevo. Esta vez sí, y comencé a acariciarle la nuca. Me concentré y pude transmitirle mi pasión. En ese momento yo pensaba lo siguiente: y se besan apasionadamente. Estaba escribiendo en mi mente el guión de la escena. Nos besamos largo rato, y fue el mejor beso de todos, y después ella me declaraba su amor, y lo hacía de tan buena forma que yo terminaba por sonreír. Pero de mi boca no salía palabra. Salían gemidos de colegiala.

En fin, yo le retrucaba que nunca iba a poder articular un discurso como el suyo, y que ustedes las mujeres sabían hacerlo tan bien... Pero ella ya no me estaba escuchando, estaba pendiente de mi parte media, y se deslizaba bajo mi cuerpo para llegar ahí. Y fue ella la que me culeó a mí.

:)


viernes, mayo 18, 2012

El verdadero cumpleaños




El Iván nos llamó por fono cuando estaba casi llegando: "voy llegando", dijo. La voz al otro lado del auricular sonaba como la del Iván, lo cual era preocupante. En tanto, del otro lado del auricular, una persona colgaba y estaba en una pieza, abierta la puerta del refrigerador. Enderezaba la antena de su teléfono, se lo guardaba dentro del pantalón (atrás, como si fuera una pistola calibre 44) y de la parte de arriba del refri, humeante, sacaba un papel como de estampilla. Era el Iván.

De este lado del auricular nosotros con el Pancho nos mirábamos las caras. "Feliz cumpleaños", atinaba a decir yo con una dosis de sarcasmo. El Pancho silencioso se iba a la pieza de las plantas y tomaba la temperatura y el olor. Yo ya no lo veía cuando él hacía eso, puesto que me quedaba en el salón mirando la tele, un programa en ruso. El Pancho volvía un minuto después a decirme que ya era hora que comiéramos. "Las pizzas", me decía él, y yo le hablaba por primera vez de la trufa que me había traído en mi mochila desde el otro lado de la frontera, y que los policías de la aduana habían examinado cuidadosamente. "De qué se trata eso". "Droga, mi general" (mentira, no dije mi general, pero lo pensé). "¿Es una broma?". "Broma, mi general". El general consultó a su lugarteniente y estuvieron de acuerdo. "Escuche, lo vamos a dejar pasar, pero tiene que darnos una probadita de esta maravilla. Es la trufa Golden..." "No, mi general. Tengo las dosis justas. Vamos a celebrar el cumpleaños del Pancho." Se quedaron mirándome como si yo fuera estúpido. Yo pensé que tal vez había sido un error decir el nombre de Pancho y que tiraba a la basura toda la operación; ponderé esta opción unos segundos pero me pareció inverosímil que ellos conocieran a Pancho o que la operación estuviera más comprometida de lo que ya estaba luego de decir su nombre. "No," continué, "lo que pasa es que esas trufas son pesadas. Verdaderos chamanes pueden utilizarla sin volverse locos." Sin que la trufa les juegue una broma macabra; me creyeron, y me subí de vuelta al bus entre las miradas de todo el resto de los pasajeros. Me senté en mi lugar, saqué unas hojas de coca de mi banano y las masqué mientras el bus recuperaba la autopista. El resto fue mirar por la ventana y ver las nubes hasta que me bajé en mi paradero, el puerto de San Petersburgo. Reconocí la sonrisa del Pancho en el aparcadero. Era la única persona que había ahí, descontando al brujo disfrazado de cuervo que se echó a volar en el momento en que el bus echó los frenos de aire. "Aquí está su parada," dijo el chofer. "Váyase y déjenos tranquilos." "Me asombraría si alguna vez llegaran a vuestros destinos", dije echándo una última mirada hacia el interior del bus, cuando me bajé.

Bueno, ya estaba en la casa del Pancho y él estaba de acuerdo en que potenciáramos las pizzas con fragmentos de la dichosa trufa, "para que quede más potente." Teníamos hambre, y el cumpleaños del Pancho iba a ser en dos horas más, teníamos que tener la guata llena antes que comenzara. El Iván llegó dos para las doce y enseguida estábamos cantando cumpleaños feliz. El Iván venía borracho y le regaló al Pancho una de sus corbatas.

Luego la trufa terminó de digerirse y el Iván se tragó una estampilla que despegó de un sobre azul. El verdadero cumpleaños comenzaba.

lunes, mayo 14, 2012

sueño 1 millón 1


este sueño va pulverizándose porque así precisamente es la vida
con un grupo de extraños nos íbamos ohhhh
ahora sí me acordé
llegaban las primas algo
las primas no sé cuánto
tenían un nombre que yo erraba la primera vez
decía una cosa muy parecida
cuando empezaban a llegar una por una
todas me sonreían como si me conocieran de muy lejos
de otra vida
casi
que habíamos llevado en un país extranjero
algo que había pasado hacía mucho tiempo
en fin
al verlas todas reunidas yo comentaba
ahh
las primas algo
como diciendo
son un plato
como si las conociera muy bien
pero erraba el nombre
yo decía por ejemplo
las primas tijoux
pero se llamaban las primas tullidas
era algo divertido
o algo por el estilo

mi error pudo pasar inadvertido
y luego alguien dijo el verdadero apellido de las primas
para que yo pudiera darme cuenta de mi error
jugábamos con la alaska a un juego muy antiguo
yo quería que ella me explicara
cómo se jugaba
y en el fondo para jugar
había que saberse de memoria todas las piezas
y tocar la sinfonía que correspondía a cada cual
yo nunca me las iba a poder aprender
en el mismo momento en que ella me enseñaba yo la seducía
nuestra relación o mi relación
con cada una de esas primas
se basaba en la seducción
con todas ellas yo tenía algo
pero nunca se concretaba
era un encantamiento más bien de tipo intelectual
y mis intervenciones tenían que ser todo el rato geniales
yo le decía que me interesaría más en el juego
si me lo explicaran bien
y ella se reía
y cosas por el estilo

el primo javi estaba preparando una ponencia en la pieza de al lado
y en la pieza de aquí
estábamos todos esperando que la ponencia estuviese lista
había algunos problemas técnicos
supimos después

el silencio era incómodo en la pieza de aquí
los primos hombres nos turnábamos para hacer reír a todos
el alfi hizo como que hacía malabares
con pelotas imaginarias
para divertir a la concurrencia
cuando hubo terminado
yo pregunté si habían visto la última de hulk
silencio sepulcral
hulk era demasiado poco sofisticado para mí
para que alguien como yo lo sacara a colación
al menos según el concepto que de mí se tenía
entonces yo replicaba que nadie decía nada
y que la maldita ponencia no estaba lista nunca
que sólo estaba tratando de hacer conversación
y fingía desesperación
entonces sacaba algunas risas
o algo así

no sé cómo se conecta todo aquello con lo que viene
pero estábamos haciendo un hiking
con mi hermano
rumbo a no sé qué monte
por ejemplo tibidabo
y habíamos adelantado a todo el resto de la comparse
éramos varios
no sólo mi hermano y yo
más atrás venían las primas
y mi hermana
a la cual vi después en la pieza
en fin
el asunto es que con mi hermano nos deteníamos a mirar un mapa
y no entendíamos na
le preguntábamos a una lugareña
cuánto faltaba para llegar
2 días
nos decía ella
en realidad nosotros sólo presupuestábamos
caminar una horita más
no más

un detalle
cuando yo le preguntaba a la lugareña
cuánto nos faltaba
procuraba hacerlo con un extraño tono
que no se me notara que quería llegar luego
o que ella pensara que me daba lo mismo llegar luego o no

hay un grupo de franceses que se nos une
en la contemplación del mapa
donc on peut y aller
decía yo
y los franceses se reían de mi acento
ellos nos estaban hablando en español
iban con camisas verdes
se sorprendía de que yo supiese hablar francés
y tenían que decodificar mi francés
y cuando se dieron cuenta de que era francés
se asombraron
le comenté a mi hermana
que es francesa
que había franceses
después en la pieza
y ella me dijo ah
esos gallos pesados
a mí me habían caído bien
¿esos de camisa verde?

decía yo
mi hermana daba más detalles
de su indumentaria
pero yo decía que hasta la camisa verde no más
había llegado yo

luego nos vamos en auto y pasamos un puente
vemos un castillo
esto está por terminar
alguien del asiento de adelante
un tío
dice mira
justo aquí
pasando la frontera
está este edificio
tiene buena vista sobre parís
al final no era tan así
tú y tú
no sé quiénes
¿no andaban buscando casa?
era sin duda una joven pareja
de primos o familiares
que andaban con nosotros en el auto
nos bajamos a preguntar
entramos al edificio
nos reunimos con el conserje en una sala
yo no sé por qué
estaba metido en la reunión
tal vez porque tenía que cuidar a un perro
yo elogiaba la vista que tenían que tener los departamentos
sobre parís
que al final no era para tanto
no sabía si decir departamento
o apartamento o piso
no quería que se me notara que no sabía
pregunté si había pisos en todas las paredes
no solamente que miraran hacia el sur pongamos
hacia parís
me dijeron que sí
el conserje preguntó cómo lo pensaba hacer
la joven pareja
para isolar los vidrios
doble vitraje o algo
porque había olor a gatico
ahí yo dije lo de la vista
con nosotros había un gato
gato o perro
lo mismo
y yo me excusaba diciendo que me lo tenía que llevar afuera
el perro era tan inteligente como los humanos
yo no me lo llevaba y lo dejaba ahí
y cerraba la puerta al salir

otro perro que andaba con nosotros
se acercaba a la puerta buscando a su camarada
al final yo abría y los perros se encontraban
y yo decía qué bonito
como se aman
y no pueden vivir uno sin el otro
eran marido y mujer

en un momento visitamos los pisos
y la vista es sobre un parís lejano
no se ve parís
está detrás de los cerros
y todo medio contaminado
y cuando dejo de mirar por la ventana
digo que a lo mejor pude haber hecho pie en el vacío
estamos en un piso elevado
10
pongamos
y que tengo que tener más cuidado para la próxima
pero compruebo el suelo y no hay vacío
hay terraza por todos lados
está bien construido

nos quedamos a dormir
pero en medio de la noche me despierta un gordo
exigiéndome que le pase la cama
o mi rincón en el suelo
en donde me instalé a dormir
que es suyo
caballero le digo yo
por supuesto que le dejo su lugar
yo ya me imaginaba
que allí se dormía por turnos
y el gordo se echaba aprisionándome
entonces yo tenía que maniobrar para salir
yo no digo que esté mal ser gordo
mi señor
pero ser flaco facilita las cosas

ya es de mañana
decido tomar desayuno
una banana y luego otra
nada más
tengo que cuidar la línea
especialmente después del discurso que acabo de dar
una amiga está calentando pan
es un pan integral precocido
ella lo calienta en el horno
y queda delicioso
pero yo decido no probar

café sí que tomo

me falta la parte
en que voy a cortarme el pelo
a una peluquería que me tinca
con un amigo
llega una vieja y luego otra
a ellas las atienden primero que a mí
son de la casa
parece que no me van a cortar nunca el pelo
decido alegarle a una de las peluqueras
c'est pour un coup
va a tener que pedir hora
ok ok
estoy pidiendo hora
no quiero recriminar
el hecho que no se me atienda
siendo que llegué segundo
mais madame
j'étais avant
una de ellas me habla en español
de dónde es el señor
otra vez captaron mi acento
se ponen a hablar en español
con acento peninsular
son españolas
pero tienen esa peluquería allí en francia
pido hora para el martes
en la tarde
para salir de la pega
e ir inmediatamente a cortarme el pelo
pero me doy cuenta que tengo el pelo corto
y que no es necesario que me lo corte
voy a buscar a mi amigo
que está sentado leyendo unas revistas
y le digo que nos vamos
él no habla francés
y no hace preguntas

hay otra imagen aislada
en que estamos en el patio lateral del edificio
ése donde estábamos viendo departamento
y el suelo es de piedrecilla
con mesas de fierro
instaladas para el solaz
y en la mesa de al lado una pareja
que está de vacaciones
así como recorriendo el mundo
vacaciones de lujo
nos comenta que ese edificio es muy bonito
y yo miro la fachada
y realmente tiene relieves muy atractivos

lunes, mayo 07, 2012

como los chinos

lamentafortunadamente
la vida se ha convertido en ver
cuánto falta para almorzar
no puede ser
debe haber algo más en la vida que esto
algo emocionante
pero no
en las tardes no puedo producir
lo peor de todo es que esto ya ocurrió
y sólo tengo que repetirlo
al pie de la letra como decía nietzche
tengo que escribir esta línea escuchando arcade fire
como ya lo hice infinitas veces antes
en las repeteciones que antecedieron a ésta
grandioso
significa que tengo que ver transformers (la uno) de nuevo
que tengo que ver juegos del hambre grabada con una cámara del cine
voces en español no latino
subtítulos en una especie de checo
es genial
soy genial
y lo seguiré siendo por infinitos mundos
ahora con respecto a arcade fire
juro que me gusta
y lo escucho con gusto
no porque sea hipster
yo soy un hipster accidental
como los chinos

martes, mayo 01, 2012

JUNG:
extroverted and introverted individuals
can be classified in
analytic
sensitive
sensational
and intuitive
intuition: a perception by means of the unconscious
the unconscious is really unconscious
I am the introverted intuitive type
the most complex of all