martes, diciembre 26, 2006

Tiempos felices

Cuando sonrío, los sonidos se amplifican. Cuando me despierto, estiro los dedos de las manos, intensamente. Vine a este mundo a encontrarme con los relieves de un muro verde, mientras camino.
El increíble espacio es motivo para tratar de hacer la rueda. La gente ha desaparecido del mapa.
vira-virazana 1 mientras miro al cielo, las estrellas, los pies mojados, en el suelo. Ojos grandes, animales, las manos abiertas, en otro momento.
Un minuto para extenderse en aquellos horizontes, en aquél desierto cactoso, y en aquellos pinos. En la cima de esa roca se movía un rinoceronte, había que ir hasta él, examinarlo. A mitad de camino nos encontramos con que era un elefante de ojos profundos. Ojos terribles. ¿Te hubieras imaginado, alguna vez, que un rinoceronte se convertiría en elefante?
Tiempos felices, sueños, certezas, grandes responsabilidades.

miércoles, diciembre 20, 2006

Tiempos difíciles

Hay una burbuja que flota en el vacío. Más allá, detrás de unas hojas de palma, un niño juega a fabricar pompas de jabón. En sus ojos se refleja una absoluta confianza.
Soy brujo, algo que no significa nada para el resto y todo para mí. Tengo 25 años, casi 26, y escribo como si mañana me fueran a matar. En estos mismos momentos, se desarrolla otro mundo en otro paralelo de la razón. Un brujo actúa como si esto fuera cierto.
El mundo que se abre delante de mí, mi futuro marcado por el total desapego al final, me pone los pelos de punta. Sin embargo, si actúo como si todo lo que he visto fuera cierto, como si éste fuera sólo un mundo dentro de mundos, me calmo al instante. Hago eso.
Así puedo engañar a los seres inorgánicos, seres de otra dimensión que buscan cazar la conciencia de los ensoñadores que se aventuran más allá de la segunda compuerta.

lunes, diciembre 18, 2006

Necesito risa

Estaba tarareando una melodía entre dientes para que no la escucharan los del resto de la oficina cuando de repente me doy cuenta de que todos la están cantando conmigo.
Me fui a comer un chocolatito al baño mientras hacía "el perro mirando hacia arriba", y al unísono desafiaba todas las leyes de la materia al hacer "el perro mirando hacia arriba" en ese pequeño lugar.
Se me ocurrían ideas luminosas como tirar mi celular por la ventana prendido y llamando a la naty (mi pieza, ver uno de los posts antiguos) pero discando el número de la naty verdadera, o un ajedrez con piezas de chocolate. Vamos comiendo.
Me discutía a mí mismo sobre la posibilidad de cambiar los porcentajes de atención: un 10 por ciento para lo conocido y un 90 por ciento para lo desconocido. Vamos cambiando las cosas. Cambié mi tele vieja (no tengo tele) por una bolsa nylon llena de monedas de 10. Me comí un helado doble con barquillo simple.
Dudoso negocio este de escribir, porque necesito risa.
Amigos, no hay que abusar de un abrazo por más bacán que éste sea.

jueves, diciembre 14, 2006

Creo que es necesario encarar la segunda compuerta

Únicamente seré un testigo en este lance. Esta noche voy a soñar que me despierto de un sueño en otro sueño. Uno nunca sabe cómo van a ser las cosas.
Y qué posibilidad hay de entrenarnos a manejar nuestra vida o nuestros sueños. Simplemente podemos estar.
Se me quedaron las llaves. Cruzo la calle ancha para llegar al carrito. Y no espero saber cómo lo voy a hacer. Sólo sé que lo voy a hacer.
Y mientras camino por la sombra sé que lo he hecho una infinidad de veces.
Sólo debemos descuidar un poco nuestra vida diaria. Estoy muy pendiente de la elaboración de frases para decirlas, y del conteo de monedas. Sólo me pido estar en el momento en que cambio de un sueño a otro.
El conocimiento de los brujos no tiene que ser mórbido. Yo soy transparente.
Tenemos que optar.

sábado, diciembre 09, 2006

Jodorowskyana

Ya estoy tranquilo.

El lunes comencé a recibir entrenamiento en la segunda atención. Me contaron un chiste. Luego me dijeron la “frase”. Luego me pasaron a un abismo de tareas domésticas.

Ayer me di cuenta de que había bautizado a mi pieza. Le puse “la natty”.

Es una boca en donde yo sueño. Aprendí a leer el tarot. Conocí el sol del polo norte. Conocí a la Bjork. Me bañé en una piscina en pelota, en sueños.

Supe que hace años había tomado la decisión de ser un guerrero de la sombra. Hoy prefiero el término guerrero de la percepción.

No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que se es. Avalar las decisiones que hemos tomado en el pasado. Sólo para eso se hizo el corazón.

Ya no soy ingeniero civil. Ya no soy escritor. Un ingeniero vive en su ciudad, un escritor vive en su planeta. Yo les gano porque vivo en el universo. Existen mundos dentro de mundos.

Una decisión para la vida y para la muerte. La misma. Si llegamos a tomarla, ya nada nos detiene.

El punto 5 de las 10 recetas para ser feliz dice que no hay alivio más grande que comenzar a ser lo que se es.

sábado, diciembre 02, 2006

Arenga musical de cambio

Quiero pensar en cosas que se salgan de este mundo, y sólo puedo pensar en cosas de este mundo. El abismo que nos separa es infranqueable, y por eso lo mejor que puedo hacer es hacerlo lo mejor posible aquí y punto.

Y quiero ser una persona pasivamente agresiva. Y también quiero sentir amor y desapego al mismo tiempo. Y siguiendo esa lógica, quiero y voy a escurrirme por entremedio de todos los pares de sensaciones que existan.

La libertad es un ideal y después de un cierto tiempo es una sensación. Es un ideal cuando queremos ser libres y es sensación cuando somos libres. Puedo-quiero-soy. Entiendo-sé-siento, y nuevamente puedo.

A veces cuesta tanto convencer a la razón de que vale la pena actuar, y que las explicaciones ya no son necesarias.

Todo lo que he dicho es un reflejo de este mundo, y no tiene ningún sentido en otros mundos.

Ya no sé qué decir. Ya no sé qué pensar.

Ya sé. Sólo las palabras y pensamientos que pronuncio aquí y ahora son de este mundo, y las ideas no. Las ideas que se me ocurren pueden pertenecer a otros reinos.

Mi cabeza en las estrellas, y punto.

martes, noviembre 28, 2006

Bjôrk

Power from solitude. En el entendimiento está toda nuestra esperanza. Hay una cajita chiquitita que es nuestra esperanza. Nos doblega la fuerza de la soledad, nos deja dispuestos a dejar nuestras vidas en la casa, durante la tarde, todo lo que pensamos que sería nuestra vida, hasta el fin de los días.

No, ahora se nos pone delante una nueva atmósfera. Nuevos vientos, nuevas cosas con el viento. Y algo como irse saltando en una pata desde la pieza hasta la cocina. Y soñar con eso, soñar con ese viaje, soñar con el Polo Norte.

Saltando en una pata. Y la esperanza de entender, de dedicar toda una vida a entender. Un enigma que no para nunca, y voy a tener que tomar esta misma decisión todas las noches, cuando cierre las puertas de mi mundo para decir que voy a enfrentarme solo a lo desconocido.

Igual que los argonautas que partieron a un viaje a lo peligroso, a lo único, a lo extrasensorial y a lo telúrico. Iban en una barca que flotaba en el vacío.

domingo, noviembre 19, 2006

Chocolate. Tú.

Eso me dijo mi sobrino chico. El pendejo tiene esa capacidad.
Me tiraron las zapatillas a la piscina, mis calcetines se hundieron irremediablemente. Después, me dijeron eso del chococlate y me hicieron jugar a una torre sin reglas. La anto se subió a mi espalda y me transfirió energía desde sus plantitas de pies hasta mi zona lumbar. Días después yo aproveché esa energía para entrar en otro mundo.
Estaba acostado escuchando crimen de cerati en los audífonos y no me los podía sacar, se metían de nuevo y yo quería dormir. A todo esto, en la oficina estaba que me desmayaba y le dije al Rogelio que pusiera ojo por si acaso me desmayaba encima del compputador. Bueno me deshice de los audífonos, tirándolos para que salieran por el cuello de mi polera. El problema era que yo estaba durmiendo así no más, en pelotita. ¿Cómo entonces me deshice de los audífonos?
Luego me puse a mirar un rectángulo único de luz en mi pared para invocar al sueño. Desfilaban sombras que no eran de este mundo. Eran como volutas de humo organizado en fractales ingeniosísimos. ¡Seres inorgánicos! Mi cuerpo se puso como una tabla, como cuando duermo en las bancas del hiperforestal. Ahí fue que dije "algo inconcebible va a pasar".
Luego me puse a mirar una escena que parecía de plasticina, las ramas de un árbol y un cielo azul. Hay que convencer a la razón, y luego se puede hacer cualquier cosa con el cuerpo.
Ayer visité los mundos dentro de mundos. Hay que buscar algo práctico para poner en práctica lo abstracto. Para el Che la libertad era ir a Cuba, para mí la libertad es estar en cuclillas en el techo de mi pieza, en sueños. Si yo estuviera vivo aprovecharía de prepararme para la muerte, lógico. El desapego es la característica del espíritu contraria a la importancia.
No hay que darle tanto fuelle a la mente. Es mejor saber las cosas sin pensarlas.
9. Saludos a todos.

viernes, noviembre 10, 2006

no-escribir

Estaba kafkeando como cualquier tarde (con un ron) cuando de repente entró un ruido por la ventana. Lo miré y parecía enttero, a pesar de ahber venido volando de muiy lejos, de un país azulado y con azulejos. Lo saludé, porque le estiré la mano como en son de paz. Entonces lo llevo con el presidente. El presidente me mira de arriba abajo y me dice, usted, señor, está impresentable con esa polera sucia, magullada, zarrapastrosa. Cuando terminó de decirme todo eso, yo ya estaba en el ascensor rumbo al piso de arriba. De repente se abren las puertas del ascensor así de par y par, y está el presidente con un séquito de soldados de juguete. Usted no puede entrar, este es un ascensor no oficial, le digo yo. Y aprieto el botón para que se cierren las puertas, capturándole la nariz a la entidad presidencial. Luego el ascensor sube y por fin me bajo en el piso 5. Es un piso alfombrado. De hecho las paredes están alfombradas. De hecho viene el Braulio caminando por una de las paredes. Hola Braulio, hola. Yo voy a hacer caso omiso de esta irregularidad, ¿y tú? Yo también. Pero ambos nos reportamos contra el comité central. De hecho el comité central tiene una grabación de nuestro encuentro. Es un CD. Llego con mi CD a sentarme a mi oficina y resulta que apagaron la luz. Avanzo a tientas. ¿Eres tú, Rogelio? Sí, me contesta Rogelio con un hilillo de voz. Se te escucha suave, le digo para no parecer impertinente. Luego estoy en la máquina de dulces. El guardia me pilla. ¿Y Rogelio?, me pregunta. Chanfle, Rogelio. Se me había olvidado. Estos papeles hay que hacérselos llegar al Alejandro, del noveno piso. ¿Puede usted encargarse de este asunto?, le digo con mi mejor tono libresco. El guardia se ríe en mis narices. Luego parece enfurecerse. Hacemos el contacto visual más raro. Claro, mientras tanto usted va a tratar de robarse un dulce de la máquina. Lo he estado observando, señor… Eko, contesto yo. Señor Eko. Me parece absurda su actitud, tratando de robarse un dulce porque no tiene dinero. Otra vez la monserga de la polera sucia, desteñida, con el cuello por acá, etcétera, etcétera. Llega el presidente, por pura casualidad, y se ríe. Ambos empiezan a denigrar mi polera. Yo me quedo mirándolos como si fueran terrícolas. En eso pasa la Andreíta. Ahhh, que descanso para la vista. En seguida pasan unas sombras por el piso. Ahhh, que descanso para la vista. Hasta que se las traga la sombra del edificio. Continuará. Un beso y un abrazo a todos mis colegas lectores. Feliz cumpleñaos.

domingo, noviembre 05, 2006

Genaro Flawers (suma y sigue)

Años antes me había detenido a admirar esas copas. También me pinché la comisura de las uñas, y la aguja penetró capturando nuevos recuerdos. Estaba perdido en un bosque europeo, con miky, y no sabíamos por dónde salir. Lo más cómico era, sin duda, que la situación nos daba risa. Y miky no era su nombre verdadero, lo usaba para proteger inocentes, en mi mera memoria, contra quién los estaba protegiendo. ¿Contra mí mismo? No quería creer eso, vocé sabe que sho no tiene intenciones de ninguna especie. En lo que valía la pena pensar, eso sí, era en la extraña relación que tenían ciertos puntos álgidos de la piel con los recuerdos más breves. Pero tampoco, porque el mundo corría a la velocidad del viento, entonces en nada podía yo pensar sin que me dijera, a mí mismo, hey, manu, para qué piensas en eso. Se aproximaba una tormenta eléctrica tal como ahora se aproxima una tormenta y nadie me cree. He insistido en el asunto de la tormenta que se viene, he insistido sutilmente durante toda la tarde, y nadie se da por aludido. He variado los tonos, ahí es que me detengo a mirar esas copas, las mismas copas que miré años antes en el San Cristóbal. Copas de árboles en un baile desenfrenado, a gozar a gozar. No es chiste. Cuando la tormenta se desate, si todo sale bien yo voy a ir en bicicleta por el parquecito, cayendo a la deriva. Y si todo sale mal voy a estar aquí tecleando, o tal vez en el sillón durmiendo o tal vez soñando. Todavía hay cosas que no entiendo de los sueños, y qué sentido tiene que piense si nunca lo voy a resolver, tendría que pensar en los sueños, dentro de los sueños. Tuve que aprender a ser desordenado, a escribir como se piensa, y qué estoy haciendo aquí pensando. A lo mejor este mundo no tiene otra estirpe, a lo mejor este mundo es comprensión, nada más. Para qué si no tenemos la mente que no se corta, ayer pasé toda la noche pensando en sueños, soñaba con mis problemas personales. Con un vaso de leche, con una frase que no alcancé a decir que ya no me acuerdo, con una tarde en la playa donde buscábamos la medicina, toda la tarde sin encontrarla. Pensé toda la noche y luego desperté nuevamente a seguir pensando como la gran maldición, y amo ir a la deriva pensando en lo que yo quiera. De todas las cosas en que puedo pensar, sé que me conviene pensar en la gran hazaña del guerrero. La gran lasaña del guerrero. Y me canso fácilmente, y necesito descansar de este mundo de una vez por todas, y ahora me voy a dormir justamente para eso. A soñar, no a dormir, eso está mal dicho a mi entender.

jueves, octubre 26, 2006

Genaro

es un lujo tener amigas y escuchar canciones que dan la vuelta por todo el universo, es importante caer con los brazos abiertos abrazando el cielo o caminar sin ritmo o andar en bicicleta sólo pensando que se va por una bajada rítmica y volviendo de un plumazo a la realidad de un cuarto vacío que en realidad es plataforma para soñar. Empezar de nuevo con las paredes vacías, dejando todo en una hoguera consumiéndose, ja!, me río de la imagen (me quemo a lo bonzo en el parque metropolitano), me alejo dando tumbos, chocando con árboles, saludando a los percheros con un gesto de sombrero imaginario sobre mi cabeza, una sonrisa rítmica y de exquisita fé, tengo todo el día por delante y no se me ocurre qué hacer.

da lo mismo lo que diga o haga o piense o incluso piense, puedo pensar en conejos o en liebres o en peces inmortales, da lo mismo siempre pienso lo mismo, es una cuestión que se puede suprimir y despachar con dirección al sur, en cuatro tiempos, embalo unas cajas las llevo al bus y listo, ningún problema después me vuelvo silbando. Ven?, no hay ninguna dificultad en todo esto es como un sedante, un mosquito, un estornudo, un como brmmmm a la distancia, no se sabe qué es eso.

me declaro completamente incompetente en los asuntos del mundo cósmico, cómico perdón. Se me revuelven las tripas de sólo pensar en un pescado frito con papitas cocidas huméandose cada vez más, cada vez más tenue, casi imperceptible, como un minuto dentro del día. Se me caen los pelos de la nariz de sólo enterarme que me estoy resfriando, que voy a pasar una semana o mes sonándome los mocos, tan obvio, tan directa la descripción del acto de sonarse, tan exacto todo. Sí o no, o funcionan o no funcionan las antenas, qué quiere que le diga jefe.

ahora en serio. este mundo, que es el mundo de la razón, es un mundo completo. Nada se sale o cae fuera de él, de manera que podemos experimentarlo todo sin miedo y sin pensar en otros mundos. De los otros mundos, el guerrero sólo puede saber que existen, pero desde su razón no puede hallarlos.
además, dado que su cuerpo ya conoce los otros mundos, es absurdo que no quiera volver a ellos ahhhhh tanta cosa, me voy a ver lost

miércoles, octubre 25, 2006

hasta morir

canto mientras cierro la ventana hasta morir. la suerte me trajo hasta tí. basta que me olvide de tí por unas horas, para recordarte y que se me infle el estómago. ahora estoy nervioso porque tú llegas. qué voy a hacer contigo, más que amarte. y basta que te mire nuevamente para que me dé mucha risa. pero ya sé que nada de esto es real. nada fue real. y te hice cariño en la parte de atrás de la cabeza. y tú me hiciste cariño en la rodilla. ahora sé que estamos doblados por la mitad. en el ombligo yace nuestra conciencia. no se puede estar en los omóplatos sin estar en los genitales. no se puede estar en la nuca sin estar en las rodillas. y no se puede estar en la coronilla si no se está en la planta de los dedos gordos.

lunes, octubre 23, 2006

...

planificaciones, planificaciones, planificaciones, nada puede malir sal. Estaba pensando en todas esas cosas mientras la masa bailaba. Pero esto no se quedaría así. Fui caminando y me perdí en una encrucijada (ver post anterior) y me di cuenta que los recuerdos clave están a flor de piel. La recapitulación es un viaje por todos los recuerdos de la vida. Ahora tengo anotada en un papel la palabra recapitulación. Un papel que cambia de lugar. Para hacer la recapitulación, no nos vale el cuerpo físico. Hay, por lo tanto, que hacer este viaje con otra parte de nosotros mismos. Un doble que visite esos recuerdos, y que los re-viva. Por aquí va la mano, porque la recapitulación no es un mero repaso mental de los acontecimientos, se trata de algún modo de re-vivirlos, de estar ahí nuevamente. Al final, cuando el pasado esté recapitulado, sólo quedará el presente (la recapitulación se va haciendo a toda hora del día, ya no nos preocupamos de los problemas personales; de algún modo todo tiene su raíz en el pasado). Y sólo nos quedará el presente. Por ahí va la mano. Obviamente, esto de andar recapitulando es un puro truco, porque lo que va pasando al mismo tiempo es que vamos acechando al ser que es la fuente de nuestra energía. El doble. Y nos vamos dando cuenta de la existencia de este doble. Seguramente, este doble es el mismo que el doble en sueños, que aparece cuando los brujos llevan su conciencia cotidiana al mundo de los sueños. Cae de cajoncito.

sábado, octubre 21, 2006

...

ayer mientras volvía a mi casa (que ya no es mi casa) noté que me había perdido. Me confundieron unas calles diagonales o tal vez fueron los múltiples recuerdos. Con vivir no basta, también es necesario morir. Como sea llegué a la casa no-mía y me metí en camita, decidido a esperar que se apareciera el doble. Pero estaba cansado, y subí las rodillas hasta mi pecho en la posición fetal. Lo próximo que supe es que ya había sol, y mi hermano estaba hablando de mí. Cerré los ojos pero no junté los párpados, y me acordé de cuando bajaba la escalera en mi colegio. Fui inmediatamente allí, pero no pude realizar la gran hazaña de bajar una vez más la escalera. Luego volví a intentarlo pero fracasé. Luego seguí ensoñando con una micro que iba a L.A. Depués me levanté, vi tom y jerry, salí y había una mina cantando, o era sólo su voz, y ahora estoy esperando que se aparezca el doble. Planificaciones, planificaciones, planificaciones.

jueves, octubre 19, 2006

...

ayer dejé la sorra en mi casa. Nuevamente puse un poco de intento en esas paredes afiladas. Las mariposillas nocturnas seguían volando como si yo no hubiera hecho ingreso, y no lo había hecho. Una y otra se me atrravesaban volando frente a los ojos. Eran pequeñitas, y eran como destellos de luz. Yo no estaba allí. Cerré los ojos y apareció todo eso, era como estar con los ojos abiertos, era como si toda la aación se desarrollara en el interior de mis párpados. Ahí hay un intento precioso, en esa casa tan alambicada. Eso era, les quería contar.

miércoles, octubre 18, 2006

K.A.F.K.A

M. llegó a las 3 y cuarto del almuerzo de vuelta al trabajo. Le gustaba tomarse horas largas para almorzar. Al llegar, le pusieron de manifiesto que menos mal que había llegado por fin, que se alegraban, puesto que tenían la reunión de las tres, nada más ni nada menos que con los gerentes del piso, unos personajes bastante simpatiquillos.

M. se quedó observando las líneas del piso, que se movían a causa de que había almorzado con vino, y luego levantó los ojos para ver la mueca fruncida de su compañera de banco en el trabajo frente al computador. Al sentir su mirada, ella le sonrió, y M. pudo finalmente incorporarse a la tensión previa a todo el asunto de la reunión. Había muchos papeles que imprimir y la impresora no tenía tinta. Esos papeles eran clave para la demostración de un hecho particular ante los gerentes, pero con todo, se barajaba prescindir de los papeles, sin más. Lo discutían, como si fuera una decisión que no iban a tomar jamás, entre la compañera de banco de M., y otro personaje medio ambulante que había llegado hace pocas semanas a la oficina, pero que estaba trabajando en el mismo proyecto que M. y su compañera desde hace muchísimo tiempo, y por lo tanto estaba muy bien enterado de todo. Lo curioso fue que, al llegar, este personaje no se había puesto en contacto directo con ellos sobre el asunto, y se limitaba a capear las horas jugando solitario, como un verdadero anacoreta –pero no, porque cuando se levantaba de su silla, lo hacía para desenvolverse de un modo encantador, encontrando parecidos entre toda la gente que circulaba por allí, y las caricaturas, aunque algunas de esas caricaturas eran de una generación anterior a la que compartían M. y su compañera, y por lo tanto no entendían el chiste. Pero además este personajillo mantenía la calma y escuchaba con los ojos abiertos las disquisiciones de la compañera de M., además poniendo una sonrisa en los labios, cosa que M. prefería no hacer. Pero de todas formas, M. escuchaba alegremente a su compañera cuando no le quedaba otra, cuando caminaban por el pasillo rumbo a la salida o cuando ésta metía conversa de tarde en tarde.

La reunión con los gerentes del piso se aproximaba a pasos agigantados –ya eran las 3 cinco, ya que en esa oficina el tiempo corría al revés de lo usual, salvo a ciertas horas de la mañana y de la tarde en que corría al derecho. Sin embargo, muchas veces había que malgastar el tiempo en desandar el camino en reversa que se había tomado durante las horas previas, de manera que las horas a veces se duplicaban. Era una situación tensa y extravagante, aunque luego de unos días ya no le daban importancia, además que todo volvía al total cero. En este caso, la reunión tendría lugar dentro de cinco minutos, sin posibilidad de postergarse, pero sin la certeza clara, tampoco, de que la reunión estuviese fijada. Posiblemente los gerentes del piso no tenían idea de la reunión, o tal vez ya estaban sentados en los sillones de la sala de reuniones. El hecho de que la reunión posiblemente no tuviese lugar, contribuía mansamente a alegrar los ánimos de los tres participantes del lado de M., y M. ya empezaba a planear su estrategia para pasar desapercibido durante las dos horas o quince minutos que podía durar la reunión. Es decir, en vez de prepararse como Dios manda, se preparaba para salir del paso, o tal vez para él era más importante el hecho de lograr desenvolverse de manera elegante, sin decir nada o sin decir demasiado. Acaso lo consideraba una hazaña mayor que hacer bien su trabajo. Acaso no le servía para su ego personal la felicitación o el insulto de un superior a él en el organigrama, como le servía para su espíritu el hecho de ser un testigo sin prejuicios. De este modo, su plan para desenvolverse consistiría en una actitud, más que en un discurso, que era la opción que tomaban la mayoría de los mortales. Pero M. no tenía tampoco la certeza de que ningún mortal operara así. Con frecuencia, estos eran temas imposibles de tratar, por demasiado abstractos o demasiado poco decorosos. Un par de veces M. había hecho la prueba de pisar este terreno en una conversación; en realidad, un terreno ni siquiera similar, sino que M. simplemente le preguntaba a una persona si ella especulaba a veces de un modo tan arbitrario, como el que M. estaba tomando en ésta y otras oportunidades. Pero M. no podía recordar una sola respuesta en este sentido, porque inmediatamente, una vez formulada la pregunta, perdía la curiosidad y sin darse cuenta derivaba en otros temas.

Juntaron un montón de papeles y se fueron a la reunión. En el camino, guardaron silencio por un rato pero luego mágicamente se desarrolló la conversación, el hecho es que llegaron al salón de reuniones muertos de la risa. Allí estaban sentados los tres gerentes de piso, antes de que los tres participantes del lado de M. entraran, en silencio total. Al entrar M. y sus amigos, se produjo un choque que nubló el ambiente, pero sólo por unos segundos. Los gerentes alzaron los gestos, disimulando el escrupuloso silencio que estaban manteniendo en forma descarada, o que por lo menos habían mantenido un segundo antes que entraran M. y los otros. M. pensó que esos gerentes eran unos pobres diablos, y que sus vidas eran sin sentido, pero prácticamente no estuvo conciente de haber pensado esto, puesto que de inmediato se dirigió a una pequeña mesa que había en un rincón, con bolsitas de té de todos colores, y un termo más gordo que alto. Quería un té. No tenía mucho tiempo para prepararse uno bueno, porque la reunión o por lo menos el ambiente de la reunión ya estaba tomando forma, con la compañera de M. y el otro personaje sentados, o una sentada y el otro a punto de sentarse, con las rodillas ya dobladas. Pero M. siguió, seleccionó suavemente el té, lo despojó de su envoltorio y lo dispuso en una de las tantas tazas. Acto seguido, acercó la taza al termo y presionó el botón rojo, sin mover el aparato de su posición firme en la mesa, y un chorro caliente salió destiñendo la bolsita de un modo poco menos que maravilloso, aunque trivial. Era un conocimiento que M. había adquirido en las pocas reuniones a las que había asistido, casi como una maniobra de supervivencia. Le gustaba aplicarla. Se giró con su taza, sin entusiasmo ya casi por su té, habiendo olvidado ya echarle azúcar –ya era demasiado tarde, y se sentó a la mesa como si se dispusiera a tomar once. Alguna vez pensó que su comportamiento estaba siendo mal visto, y que vería represalias, veladas, pero represalias al fin, al llegar a tomar asiento con los otros y su té humeante entre las manos. No, todos, incluido los gerentes, y sus dos compañeros, lo habían esperado, como si su ridícula ceremonia se tratase de un asunto fundamental, acaso un aspecto de lo laboral. Quiso reír desaforadamente, pero se dio cuenta a tiempo de que nada obtendría con sufrir un ataque de risa. La reunión, o el ambiente de la reunión, ya estaba planteado.

En seguida los gerentes dijeron “qué nos cuentan”, y luego de un breve titubeo, el personaje ambulante tomó la palabra. Dijo “todo bien”. A lo que los gerentes contestaron con unas sonrisas al unísono. Y luego la compañera de M., casi como tirando una talla, dijo “sin novedad”. Y los gerentes explotaron en unas carcajadas. A M. no le gustaba el humor de su compañera, siempre experimentaba una cierta incomodidad, pero le gustaba poder reírse de otra cosa cuando su compañera tiraba un chiste que la mayoría aceptaba. Lograba relajarse por un segundo, para luego ipso facto recuperar la tensión. Esta vez fue diferente puesto que M. no se rió, ni de ella ni de nada. Y el silencio que siguió después no era su culpa, ni la de nadie. Reinó la más preciosa paz. Pasaron dos o tres ángeles, y luego uno de los gerentes dijo como para sí “todo está bien”, aunque claramente lo estábamos escuchando todos. Era como una frase retórica, para seguir conversando. Nadie sabía, ni siquiera sospechaba, de qué se estaba conversando. Había tema, pero todavía no se sacaba ni un elemento al tapete. Y todos los elementos estaban puestos. A todo esto, M. ya sospechaba que los gerentes en absoluto habían esperado esa intromisión, y que simplemente estaban descansando en esa sala de reuniones, como tantas otras veces lo hacían, y, es más, incluso se rumoreaba fuerte en los pasillos que lo hacían, y era la manera de rematar algún chiste. Y aunque tal versión de los hechos concordaba con la posibilidad de que no hubiese, en efecto, fijada ninguna reunión, ya estábamos metidos hasta los cayos en una reunión que tenía su propio impulso. Y a lo mejor, hasta era una reunión perfectamente fijada y planificada, con pizarra, aunque no había una pizarra en la sala, posiblemente se la habían llevado porque en las oficinas siempre desaparece la utilería sin que nadie sepa, en la hora de almuerzo, o en los turnos de noche, inexistentes por lo demás, y alguien había necesitado, obviamente sin ninguna necesidad real sino que inventada, llevarse la pizarra de la sala de reuniones, una reunión con pizarra y pauta.

Y entonces aquí viene la gracia del asunto. Su té. Humeante como estaba, y sin la conversación rodando en la mesa, el té de M. se convirtió en el foco de atención de todo el personal, más rápido de lo que M. hubiera podido desear. Todos miraban su taza con un aire indiferente, como si no les preocupara en lo más mínimo, pero al mismo tiempo como si en eso se les fuera la vida. Sobre todo era curiosa la mirada de uno de los gerentes, el que estaba sentado en la cabecera de la mesa, de espaldas a las celosías semi-corridas, de suerte que una extraña luz le iluminaba el semblante, que estaba a punto de quedarse dormido. Daba para pensar que, algunos minutos antes de que llegaran M. y sus amigos, si es que de hecho estaban los gerentes ahí sólo descansando y no esperando que llegaran ellos para la reunión, para esta reunión, que efectivamente se había quedado dormido un par de segundos, más de un par de ocasiones, mientras esperaba o descansaba en esa silla. La comodidad de la silla era favorable a eso, pero tampoco se podía permitir que un gerente de piso durmiera o dormitara sentado en una silla. Para eso estaban otras situaciones, como el final de un asado en la casa, o una noche sirviendo de guardia en el garito, pero no las horas de oficina y de reunión, o tal vez, precisamente, esas horas eran las más propicias. Quizás nunca era tan deseado un sueño como en las circunstancias de una reunión que se demora en empezar, o que tal vez no empezará nunca. Allí se desea profundamente el sueño más que en ninguna otra situación. Entonces el gerente, sin más, se había dejado llevar, y había dormitado. Tal vez era la atmósfera lo que lo hacía verse así, alumbrado irregularmente por esa celosía a medio correr. Era difícil decir. M. se vio obligado a tomar un sorbo de su té, pero sólo acercó la taza hasta el borde de sus labios y la alejó. Todos lo observaron, era evidente que no los había engañado. Lo hizo de nuevo, como si tratara de convencerlos de que estaba tomando. Pero como efecto secundario, resultó que un vaho de vapor llegó hasta sus sinus, y como que resucitó. El vino, en efecto, le había causado algún efecto, y M. había sido testigo de ese efecto cuando caminaba rumbo a la oficina tipo 3 de la tarde. Ahora, en la reunión de las 3, recién se recuperaba. El reloj debería haber avanzado hasta las 3:03, no más. Sin embargo el reloj análogo que reposaba en la pared, decía otra cosa. Parecía a punto de caerse, de resbalar por la pared. De hacerlo, golpearía con un ruido sordo sobre el piso. En medio del silencio reinante, sería una delicia escuchar un ruido así, para luego seguir en silencio, pensó M.. Un ruido como de estropeamiento súbito de un artefacto. Como la relojería explotando y muriendo definitivamente en el piso, con un ruido seco.

lunes, octubre 16, 2006

yéndose de la casa:

para saltar por la ventana del segundo piso tengo que cambiar de sueño 4 veces.

Esta es una técnica que imbenté yo para escaparse de la casa. Primero tengo que haber llegado a la ventana del segundo piso. Allí puede estar bartolomeo. Ahora tengo que querer saltar. Ahora tiene que ocurrírseme cómo saltar. Para saltar por la ventana del segundo piso tengo que cambiar de sueños 4 veces. O 3. Ahora me explico: cuando uno sueña, en los sueños, no importa para dónde vaya la fuerza gravitatoria. Puede ir para cualquier lado que uno quiera. Entonces para cambiar el sentido de la fuerza gravitatoria, uno tiene que girar la cabezota en cualquier sentido. Esto, en el plano de sentimientos personales, equivale a un cambio de sueños. Ahora tengo que doblar la cabeza para la derecha y saltar. En vez de caer a piso, caigo pa' la izquierda. Como satélite en órbita. Me voy pa'l horizonte. Ahora me empiezo a alejar de la ventana. Allí está bartolomeo medio preocupado. Ahora, para bajar, tengo que girar la cabeza de modo que la fuerza gravitatoria vaya pa'bajo de nuevo. Ahora empiezo a caer normal rumbo al patio, en donde están mi perro con mi hermano chico esperando que yo aterrize. Van 2 cambios de sueños. Y ahora, cuando estoy a punto de aterrizar, cambio de sueño pa' empezar a caer pa'l la'o de nuevo. Caigo un poquito pa'l la'o y luego cambio de nuevo de sueño para caer pa'bajo y aterrizo chanchito en el pasto con mis zapatillas bacanes. Como si hubiera saltado de 1 metro. Loco, ¿nó?

sábado, octubre 14, 2006

como soñar

caleta de años pensé que los otros podían tener la razón
qué la van a tener



Ahora digo en un blog las cosas que nunca pude decir, y escribo comentarios en otros blogs, diciendo las cosas que nunca me atreví a decir. Gracias a este blogcillo, me escucho. Sé que sé y supe. Aparezco por allí escribiendo risas, palabras de haliento (como si yo tuviera alguna certeza), ideas locas, copias de los manuales de brujo. Trato de tú a tú a algunas personas que no conozco físicamente, o que conozco a penas. ¿Cómo es posible? Sólo con una parte de mi ser que no tiene dificultades en pensar y hablar. Soy lo que sueño en este blog. Todas éstas son ideas vagas, esperanzas tal vez, pero a ratos me da por pensar que sí estoy haciendo algo, que todo no es una ilusión. Que las metas más estrafalarias llegan a ser sobrias si se airean convenientemente. Me da también por pensar que todos son así, que en cada cabeza vuela un mundo, al igual que en la mía. Que podemos hablar de mundo a mundo. Ya me cansé de detenerme a escuchar, de discutir, de todo, en cada uno de nosotros hay una puerta a lo desconocido. Nadie me quita de la cabeza eso. Así que nuestra interacción como seres humanos tiene que ser una carrera de naves espaciales. También termino siempre hablando de estas cosas, haciendo metáforas espaciales, y hablando del ser humano. Todo lo que yo quería era constatar mi capacidad de hacer comentarios verdaderos en los blogs de los otros. Pero la idea es como soñar.

miércoles, octubre 11, 2006

2006: Aquí comienza una era.

Claves creativas número dos:

Brujería: el arte de equilibrar la vida y la muerte.

Ahorro de energía: que la mente no se dé cuenta de que vive y piensa. Suprimir los momentos de tensión. En la conversación, no esperar ni dar el turno.

Antipoesía: Nicanor Parra: encontrar el punto donde la poesía occidental (bicho raro) equivocó el camino. Manuel Marín: encontrar el punto donde yo (bicho real) equivoqué el camino. Se junta con el bicho de la recapitulación. Mi antipoesía será a partir de lo que es mi poesía actual. ¿Por qué me aburre leer mis poesías? Cuando chico yo escribía bien. Recuperar esa escritura juvenil, espontánea. Imaginar cuál es mi energía original.

Yoga: equilibrio entre el cuerpo energético y el cuerpo físico.

Otros equilibrios: equilibrio entre humildad y elegancia. Entre lo conocido y lo desconocido. Entre el acecho y el ensueño.

A veces: a veces, un guerrero se permite gastos de energía. Gastar energía es romper uno de los tantos equilibrios. Lo hace para dar jugo.

Acecho: reconocer una realidad. Fijar el punto de encaje. Estar aquí. Ser esclavo del espíritu.

Ensueño: quedarse dormido intencionalmente. Esto se hace quedándose dormido normalmente, pensando cualquier cosa. En determinado momento, se invoca una energía misteriosa pero conocida, para darle personalidad a un pensamiento azaroso, casi onírico. Es posible, se ha hecho muchas veces. Sólo se necesita energía.

Hacer poesía: estudiar el verso endecasílabo. Contar las sílabas con los dedos de la mano, golpeando el muslo o la mesa. Buscar expresiones jugosas y recordarlas. Recapitular y volver al vocabulario antiguo que se usó alguna vez. O bien, hablar de momentos antiguos con la voz de hoy.

Hacer yoga: estirar la columna. Pensar que el cuerpo energético es la columna, desde el cóccix hasta la coronilla, y el resto todo descartable. Respiración abdominal. Torciones. Pensar que uno es un ser inorgánico. Ver la esencia inorgánica del mundo. Relajar el pecho, el abdomen y la garganta. Y relajar todos los músculos del cuerpo. Ser feliz. Criatura rodeada por el infinito. Mover los ojos suavemente.

Hacer brujería: es lo máximo. No se puede poner en palabras.

martes, octubre 10, 2006

IV MEDIO

Hoy no hubo clases. Es bacán estar en cuarto medio. Del colegio nos fuimos a mi casa, y estuvimos jugando súper toda la mañana. Todavía sigue siendo una gran máquina. Después, vino marcelo y nos fuimos al colegio a dar puro jugo. En los pasillos se respira una atmósfera planetaria. Jugamos cuaderno pón, nos metimos al salón de acto y nos pillaron los auxiliares. Una verdadera estafa.
Saben que a veces, al pasar por afuera del colegio, con un polerón que no es la típica chomba azul sino un polerón azulito, con los nombres de mis compañeros y compañeras, jugando con una bombita de agua, con el sol de abril (*), me dan ganas de quedarme para siempre en este colegio.
Más adelante voy a saber que esta mañana, en realidad yo nunca la olvidé. Fue una de las mejores de mi tiempo. Solamente por haber estado jugando súper, cuaderno pón en los pasillos del colegio, escapando de los inspectores. ¿Solamente por eso?

sábado, octubre 07, 2006

FREEDOM

Yo era un trabajador incansable. Me levantaba sin otra razón que barrer la casa. Al final, todo se transformó en una metáfora de la libertad.
Prácticamente no tenía la posibilidad de pensar. Inmediatamente había que hacer algo. Barrer los rincones, establecer un pacto secreto con las arañas. Acomodar los cojines, para que todo pareciera una tienda de campaña. Yo no entendía la razón de tales cambios. Pero el Gran Visir no dejaba espacio a comentarios.
Trasplantar una planta. Hacer tallarines. Todas eran funciones que yo no dominaba en lo más mínimo. Pero me entregaba a ellas como una cenicienta. A veces, incluso, se vio amenazada mi virilidad. Episodios que no vale la pena recordar. Pero me conformo con una palabra de aliento. Hay que reírse de esas situaciones.
No descargaba mis sufrimientos ni en la lectura. A pesar que tenía en mi velador un ejemplar de las mil y una noches. Mi velador que era un costal de pulgas. A veces, sospecho que yo imaginaba gran parte de mi realidad. Pero, evidentemente, sólo a ratos podía hacer tal cosa. El resto del tiempo, la dureza de mi faena me caía como un saco de papas en el hombro. Tardes, noches y mañanas bajo el cielo, con una picota atravesando la estancia. O machacando piedras. Todos los trabajos malintencionados del campo. Recaían sobre mí. Yo era una especie de niño de mano a todo trapo.
Lo más interesante de todo es que, pasado cierto umbral, yo ya no experimentaba fatiga. Me comía un plato de porotos sin chistar. Devorar la comida era una cosa automática. Obviamente, tenía la sensación de ser alguien más. Desarrollaba, a la hora del almuerzo, la capacidad de observar a mi cuerpo. Como si no me perteneciera. Práctica que sigo llevando hasta el día de hoy. Es una de las pocas cosas que todavía me divierte.
El Gran Visir se aparecía pistola en mano. Obligaba a lavar unas ropas, estropajos prácticamente, en una batea de cuatro por cuatro. El agua se iba a los rincones, el agua escaseaba. Obviamente sin detergente de ningún tipo. Mientras el Gran Visir vigilaba las estrellas, yo cantaba. Mi espíritu se doblegó de tal forma, que salió de mi cuerpo. Yo ya no vivía mi vida. Era una especie de cantor popular. Perseguido por la dictadura. Mientras mi cuerpo sudaba, o se debatía en espasmos de dolor, yo cantaba a gritos.
Un día normal para mí era levantarme y hacer la cama. Luego salir disparado ante los gritos del Gran Visir, que venían de afuera. Había que levantar una yunta de bueyes. Había que vigilar el horizonte desde una torre de piedra. Había que matar a una mosca. Cero posibilidad de expresarme, o de penetrar en mi interior. De aquí para allá todo el rato. Yo que toda mi vida había sido un vago.

Epílogo: Ahora que sé la verdad, me detengo a escribir estas líneas. Antes, hace un par de minutos, me conformaba con andar a la deriva, pasando mi escoba. Mi escoba que es una hoja de palmera. Sigo siendo un esclavo de este mundo. Pero el Gran Visir ha desaparecido. Ya no está en la comarca. Ha debido borrarse del mapa, como el invierno. Empieza un nuevo ciclo para este servidor de la sombra. Todos estos años ha vivido en la esclavitud. Ya sabe que esta vida es más o menos eso. ¿Vida? Muerte. El espíritu nos sobrepasa. Prácticamente no tenemos acceso.

viernes, octubre 06, 2006

Cortázar, yo, el Che, la UltraVioleta, tirando de la cuerda todos juntos.

Estoy mirando la foto del guerrero águila, que puede verse a la derecha. Claro que debería llamarse guerrero gallina, pero qué más da. Qué más da llamarse de una u otra manera, qué más da ser una u otra persona.

Estoy sentado aquí para desentrañar el misterio de Rayuela. Pero en verdad, estoy aquí sentado por varias razones. Voy a empezar a enumerar las primeras. Más adelante en la noche trataré de dedicarme a la Rayuela. Como ven, todavía hay cosas que están por verse.

Primero, porque el futuro es lo único que tenemos, y porque yo me quiero quedar sentado aquí escribiendo mientras que pase la noche. Que pase al lado mío, porque fíjense que yo estoy aquí sentado frente al infinito. Alrededor mío lo que hay es abismo, no son mesas ni sillas. Es abismo puro y simplecito. ¿Tendrá fondo? Allá él.

Segundo, porque al decir que estoy aquí, sentado, estoy ocupando la cláusula de las cláusulas. Después de decir una cosa así, no me extraña que baje la muerte y alumbre todo esto. Soy Manuel Marín. ¿Es ésta una quemante declaración?

En otras palabras, estoy volando solito. Soy como el pájaro que se quedó en la retaguardia. Pero no por flojo ni por feo. Lo que pasa es que es muy tímido, y le da pena canturrear frente a los otros. Desafina constantemente. Es una lástima que tan amable pajarillo no tenga voz para regalar al cielo. Y como corolario resulta que más encima tiene que configurar todo el espacio él solito. Tiene que decir: estoy aquí, aleteando. Si no lo hace, se desparraman los cielos, el sol cae como piedra sobre el horizonte y lo incendia (meteorito del crepúsculo), y nuestro singular pájaro se queda dormido. Se durmió el pajarito. Ya no lo levantamos con nada. Casi con nada. El mundo, hermanos, ha desaparecido.

Tercera razón, me hallo desesperado. Francamente, no se me ocurre nada más que hacer. Este es el último recurso para que no se desmorone mi castillo de naipes. Y es un agrado estar aquí sin otra preocupación que castigar al papel (siglo XX). Saben, el texto está pasando a segundo plano. Aquí hay algo más que la labor del escritor. Mirar por la ventana o al vacío es algo ya reiterativo. Escuchar la canción es otro tanto. ¿Qué pasa por la mente de este editor? No se preocupa de dar grandes textos a sus lectores. Está sentado aquí como arma de defensa contra el infinito.

Yo voy a preguntar: ¿de quién somos esclavos? Porque entre firmar pacto con el diablo, y firmarlo con unos duendecillos de aquí de la tierra, yo prefiero firmar pacto con el diablo. Me aburrí, voy a firmar pacto con el diablo. Por supuesto que estoy bromeando. Es sólo una manera tácita de decirlo.

Saben, nunca hay equilibrio. Cuando nos queremos ir, nos faltan ganas de quedarnos. Y cuando queremos quedarnos, nos faltan ganas de dejarnos ir. Yo tengo planeado equilibrar este asunto. Cuando esté gozando al máximo la vida, voy a tener ganas de puro matarme, como ahora. Y cuando me quiera puro morir, voy a plantarme con más fuerza que nunca en esta tierra, por vivir. Si es preciso me voy a enterrar, hasta las pelotas, en la arena. Hay que cambiarle el significado a la expresión “hasta las pelotas”.

Desde allí voy a poder contemplar el mar, y las olas, cómo me van cubriendo el espinazo. Voy a sentir que vengo de regalo con el mar. Que soy un producto marino, uno más. Y así, cuando esté con el agua hasta el cogote, voy a decir: calabaza, calabaza, cada uno pa' su casa. Y voy a volver a la matriz originaria, al mar que fue mi cuna. Ya ha sido mucho tiempo de hacerle la desconocida al mar. Tengo que volver a él como Dios manda. Como Poseidón manda.

Saben, es imposible que la teoría darwiniana sea válida. Todo tiene que haber ocurrido por mandato de Dios. Yo he escuchado que hay lo que se llaman los saltos evolutivos. El eslabón perdido es un mito. Lo que sucede es que una mona soñó que era mujer una vez. Desde entonces hemos vivido en este sueño que se llama humanidad. Yo también me voy a pegar mi salto evolutivo. Voy a soñar que soy un cóndor. Con esto me voy a saltar unos quince mil millones de años. Una cosita no menor.

Lo he dicho todo. Es hora de empezar a pensar nuevamente. Y dijimos que íbamos a pensar en Rayuela. Pero pensemos en Rayuela todos juntos. Hoy fui a ver un documental que se llama Cortázar. Pero Cortázar es, como se vio en la película, sólo un hombre más. Uno más que trató de hacer la revolución por sí solo. Yo sin ustedes no soy nada. No puedo completar un solo pensamiento sin pensar en el infinito que son ustedes. Mentira. El infinito no son ustedes realmente.

Cortázar quería esto: que el lector tuviera opciones al leer, ojalá y si es posible tantas como tuvo el escritor al escribir el libro. Chanfle. Difícil misión. Como ven, se rajó con una clave creativa. Yo pensaba que el documental entero iba a ser un curso sobre cómo escribir un libro de la calaña de Rayuela. No, Cortázar sigue siendo un misterio, al igual que los gatos. Pero entonces yo voy a tener que hacer memoria de lo que sentí cuando leía ese tremendo libraco.

Como a ustedes, a mí se me terminó partiendo en pedazos de tanto que me cambiaba de capítulo. Es que lo leía en la micro y así no se puede.

Pero veamos. Así se hablaba Oliveira a sí mismo. Pero veamos. ¿Cuál sigue siendo el misterio de Rayuela? Que Cortázar estaba en un particular estado mental cuando lo escribía. Y que nosotros estábamos en un estado mental así-por-ser cuando lo leíamos. Y eso podría resumirlo todo.

Escribir. En escribir se corre el peligro de que cuando uno lee, todo lo que se ha dicho parecen puras metáforas. Parece que no fuera sangre derramada. Error. Todo lo que se lee debe ser tomado en forma literal. De verdad un mono soñó con nosotros. De verdad yo me planto con mis dos pies aquí para que no desaparezca el mundo. De verdad estoy aquí. ¿O acaso podría ser de otra manera?

jueves, octubre 05, 2006

Hola

Hola, soy mañungo vera. Quiero darles las gracias a todos los que han venido hasta esta pocilga. Gracias. Acto seguido quiero despedirme. Ya no voy a ser más mañungo vera.
Voy a ser el que caminó por la casa. El que anduvo corriendo las cortinas, el que se mojó la cara. Sí, es verdad, el que se mojó la cara con leche del plato del gato. El plato del gato dice miau. ¿Dice miau? Pero el plato del gato no habla. Solamente dice escrito en una parte del borde la palabra miau.
Cuando lo vi me resultó muy extraño. Tuve que releerlo para darme cuenta cabalmente de que ésa era la palabra. Pero más extraño era que yo me hubiera mojado los ojos con esa leche, y que me hubiera despertado por decirlo así.
Estaba sumamente confundido. Yo no suelo arrastrarme por el piso. Se me hacía amenazante la figura del gato, negro, con los ojos como platos, etcétera. Me lo imaginaba observándome desde debajo de una silla, enfurruñado entremedio de las patas de la silla. Me reí en ese momento. Me puse de pie y caminé rumbo a mi cama.
Me quería acostar en la misma posición en la que estaba durmiendo. Me puse como de espaldas, pero tres cuartos. Y me van a creer que, por varios minutos, no supe para qué lado voltearme. Claro, si yo no tenía cómo diablos saber cómo diablos estaba durmiendo yo en el otro lado.
El caso es que me puse como a sentir suavemente. Me tincaba un lado. Pero el queso es que no podía descartar plenamente el otro. Así me fui girando de a poquitito, achuntándole por supoto, hasta que desperté brígidamente. Me habían faltado como veinte centímetros de giro para quedar igual igual. Y ya les voy a decir yo que eso no era poco. No era nada poco.
Aquí la cosa no termina. Porque ahora se me ocurrió decir: soy el que caminó por la casa, soy el que se mojó la cara, y en seguida me vienen como unos calosfríos así. Me viene como un miedito en la watita. Soy un brujo de la nueva escuela. No tengo tiempo para jueguitos de espanto, no tengo tiempo para absolutamente nada.

martes, octubre 03, 2006

Me quedo con lo positivo de la experiencia

Me quedo con lo positivo de la experiencia. Porque qué sentido tiene acordarse de una tarde pelando habas. Preferiría estar haciendo cualquier otra cosa en la tierra. Pero esto no digamos que me abre muchas posibilidades.
Pelar habas no es, si se quiere, una cosa común, algo sobrenatural hay ahí. Me acuerdo que estábamos a la sombra de un árbol, ulmo o lo que sea, la única sombra de la pampa. Era un sitio gigantesco con cerco, perro, zanjón, agua y un árbol. Yo me habría convertido en cualquiera de las seis cosas. Sin embargo estaba pelando habas. La cosa se hacía insoportable si no conversabas, y yo tenía al Saúl ahí para hablar de las cosas divinas.
A las seis terminaba el turno y había que partir con bombos y petacas a la hacienda. Se llamaba la hacienda porque quedaba lejos. Y me acuerdo que yo me fui a la delantera, porque estaba decidido a cantárselas claras al patrón. Iba a poder conocer al patrón. Era una mano que acariciaba el lomo del gato. Y el Saúl, quedándose en la retaguardia, parecía estuatua de cera. Y yo lo miraba cada tanto dándome una vuelta completa. Y ahí tenía que caminar un rato para atrás, para captar la mirada del Saúl. Era una mirada que no decía nada. A salvo bajo la sombra del gigantesco ulmo.
En la copa del ulmo había un detalle de luz fantástico. Yo no me podía cansar de mirarlo. Al ratito dejé el saco con las habas ahí al ladito y me senté en el suelo a mirar el espectáculo. ¿Han visto alguna vez una maravilla que no se extingue nunca? Porque fíjense que yo miraba para el lado, para el horizonte infinito de la pampa, y me quedaba pensando largo rato. ¿Y qué tiene eso de sobrenatural? Que cuando volvía a mirar la copa del ulmo, el misterio estaba. O sea, no se quitaba nunca de mis ojos. Me reí, pues, qué más iba a hacer.
Con todo ya se me había olvidado lo del cuento del patrón y la mano que mece la cuna. Me estaba guardando para un regreso de lo más recogedor. Se me erizaban los pelos, así. Yo creía que una parte de mí, no les voy a decir cuál, estaba acostada en un campo de hierbas, mordiendo un pastito y mirándole las bragas a las nubes. Y puta que era cierto. Al instante sentí la percepción dividida. Por un lado veía el ulmo con sus flores de colores en las copas, y por otro las bragas de las nubes. Me decidí por una. Y se me erizaron los pelos así.
No es muy agradable la sensación de despertar de un sueño en otro sueño, pero qué más da.

lunes, octubre 02, 2006

Varias poesías

TEOREMA
Vagar por el infinito
es semejante a vivir en este mundo
tomando puras decisiones triviales
pero a la velocidad de la luz
y no pensar nunca más en ellas.

AL REVÉS
La vida en este mundo
tiene como elemento fundamental
la decisión
mientras que la vida en el infinito
es un fluir constante...
Mezclando las dos cosas
sacamos la manera correcta de vivir:
tomar decisiones relampagueantes
y que nuestra vida se nos vaya en eso
condición: nunca arrepentirse.

SER LIVIANO COMO UNA PLUMA
es tomar decisiones
en que se juegue el propio ser
y no volver a pensar en ellas
Esto tiene correlatos cósmicos
tanto en este mundo
como en el de fuego
En este mundo
ser liviano como una pluma
es tomar una decisión
e inmediatamente tomar otra
y no parar jamás
En el mundo de fuego
ser liviano como una pluma
es hacer la posición invertida
en medio de un huracán de rayos.

viernes, septiembre 29, 2006

TODO VA A CAMBIAR

Voy a subirme a la torre para tirarme. Voy en la micro camino a eso...


La micro tarrera. Cuando parte, lo hace aserruchando. Cuando cierra las puertas de atrás, parece que pegaran un balazo. Todo se va estremeciendo.

Escucho Grandchester Meadows, y no creo que haya nadie en el mundo que conozca esa canción; así como tampoco creo que haya nadie que no conozca una canción, al menos una, que nadie más conoce, como me pasa a mí con Grandchester Meadows.

Somos seres increíblemente solitarios, pero está bien. Arriesgar los sueños es la nueva consigna. Suicido místico.

Estoy girando en círculos a bordo de esta micro. Nunca se detiene. Cuando me baje, será para subir los nueve pisos de la torre y lanzarme al vacío. Ya siento, en este punto del recorrido de la 419, la presión del harakiri místico. Es una decisión que tuve que tomar para no seguir siendo boxeador en las tinieblas.

Ya no hay nada que salvar. Estos ojos vieron a los pájaros cambiarse de rama. Tantas veces. O por ejemplo, las sombras de las gaviotaspalomas en el edificio, causando gran estrépito, porque cuando éstas vuelan en el aire, sus sombras en la pared del edificio vuelan en picada hacia la tierra. Así voy a volar yo ahora.

Hay que seguir...

martes, septiembre 26, 2006

nada psicológico desde ahora en adelante...

anoche llegué a la casa hechomierda y estaban mirando un programa de chela en el cabletele, y bebiendo scerveza simultáneamente mis amigotes. Era bartolomeo, leo, el jóse, leo (mezcla de don quijote y sancho), el edu, leo, la gringa, aries (también la cuento entre mis amigotes porque es muy la raja). Puros signos de fuego, y yo soy aire. Cuec!
Entonces me puse al día con un vaso y una sobredosis de espumosa scerveza. Mis amigos comentaban los pormenores de la elaboración del lager, y se escuchaba la frase lúpulo, menos: el edu, que estaba más hechomierda que yo (a propósito, somos esclavos de este mundo y lo que tenemos que hacer es fugarnos de alguna precoz manera), la gringa, que estaba en otra; y el mono (hasta aquí no nombrado, puesto que no aparecía) que estaba en otra con la nombrada gringa.
El jóse dijo que había comprado 50.000 barricas de la scerveza que estaba apareciendo en estos momentos en la cabletele, en el bilbaojumbo, y que había vendido 25.000 al mejor postor, de esta manera, los otros 25.000 habían pasado "libre" (libre de cargos) a la ponchera del propio jóse.
Cuático. El loco que estaba en la tele hablaba de la utopía del ácido, perdón scerveza, elaborada a un 95 % de pureza. Casi wisky: utopía. Y mientras hablaba, sacaba de fuera de cámara un vasopiscina de la misma scerveza que estaba propagandeando; yo pensaba que si no teníamos scerveza, estábamos muertos. Por suerte quedaban 4 litros helándose en el refri. Lo dije en voz alta, y el jóse me enmendó: ya no, dijo. Sólo quedaban 3.
Todo daba para pensar que fuera de cámara, se estaba celebrando una bacanal. Volví a vaciar mi vasopiscina e hice un salú con el loco del cable: "claramente está curado", dijo la gringa. Sí, yo compartía con él su fervor por un ideal. Pero los gránulos de lúpulos se me iban al espacio sútil, y decidí dejar de tomar. Levadura, el ingrediente escencial.
Ya sobrio, me puse a hablar del transantiaguito. Era un tema muy complejo, muy complejo. La gringa con el mono se fue, vistiendo una chomba de este último. Son pololols-. Y el mono es mi broder; conclusión: tengo cuñaditz.
Así se terminó la noche.

viernes, septiembre 22, 2006

Saludos


Creo que está bien como yo lo digo.
Todos somos iguales en esencia. Todo lo que yo digo tú ya lo conoces. Es un espejo en el que se reflejan todos los fuegos.
Pero cuando uno dice algo, el ego trata de que parezca como algo desconocido, especialmente el ego de quien lo escucha. Entonces contraargumenta, de puro temeroso. ¡Como si no fuera algo que él ya tiene en su pecho! Nos da miedo escucharnos.
Por eso se arman discusiones y peleas terribles en este mundo. No tiene sentido. La batalla es con el infinito.
En cambio a veces cuando se comunican los guerreros de la libertad, ellos se van acordando de lo que dice el otro "a medida que lo van hablando". Su diálogo es una puerta a lo desconocido. Creo que sólo en lo desconocido está la libertad. En lo que ya se conoce, y se sabe, no puede haber libertad. Somos esclavos del mundo que nos hemos creado. Nuestro desafío es cambiarlo.
Aquí tenemos al loco del tarot. A punto de sacarse la contumelia, a punto de despeñarse por el peñazco, a punto de dar el famoso "salto al vacío". Y con el perro al lado (me sentí acuario, zodiacal, universitario).

Entonces eso es lo que tenemos que hacer nosotros, ir dando continuos saltos al vacío. En realidad es uno sólo el salto, pero definitivo. Un salto que ya no admite vueltas. Un salto hacia la muerte, por ponerlo de alguna manera. ¡Es que no hay otra manera de ponerlo!
Un guerrero de la libertad no se aferra a nada. Solamente se aferra a su muerte. Así, se convierte en un viajero extravagante. Su paso por el mundo es un temblor en la watita, un sentimiento. Un sentimiento gigante.
Por eso yo ya no digo más quiero ser un guerrero. Quiero ser un viajero extravagante. O en su defecto quiero ser un beatle.
A veces tengo claro cuál es un sentimiento que afecta al ego, y lo descarto. Otras veces no lo tengo tan claro. Es que en los buenos momentos, la distinción es tan intensa. El espíritu se alimenta de los sentimientos cojonudos, que no dan nada por cierto, que fomentan una aventura. El ego en cambio se alimenta de sentimientos tranquilizadores, que nos fijan en esta tierra, que nos endurecen en definitiva. No sé si los alimentos del espíritu nos endurecen el cuerpo, no tengo tiempo de darme cuenta porque es un flujo que arrasa los pensamientos.
Creo que llegado el momento de nuestro adiós, vamos a tener que cada uno, deponer esta conciencia que nos fue otorgada. Ya no va a existir más el ser individual manuel marín, ni perico de los palotes, se va a desintegrar como con un viento. Por lo tanto yo decido deponer esta conciencia desde ya, ahora mismo. ¿Hay algo más cuerdo?
Yo viajo por mundos, muero miles de veces y me paso de realidad en realidad. Si algo no me sirve en el más allá, lo descarto ahora. Y la conciencia cae dentro de ese campo de lo inservible. Tengo que aprender a vivir con lo que es mío de verdad, con lo que es mío para siempre, y con eso nada más.
Por eso que me preocupo también cuando me estoy fijando mucho, cuando me estoy reafirmando, sobre todo cuando ando buscando algo en qué pensar para trascender y convertirme en sentimiento. No hay una fórmula dentro de mi cabeza que yo tenga que buscar. Puramente tengo que olvidarme de mí mismo y a cada instante, no reflexionar, ser nada más un cuchillo que rasga las tinieblas a cada rato.
La muerte es la persona que se busca a sí misma, y que se despoja de su máscara. Eso quiero agregar. El jilguero chileno tiene la obligación de mantenerse en silencio, y no pensar en nada que no sea la libertad, la puerta de la jaula. Yo quiero ser jilguero chileno, también por qué no.
Últimamente estoy muy callado, pero eso es porque estoy escuchándome a mí mismo y a Silvio que me parece que dice las cosas. Cuando pase por todo esto me voy a abrir, y voy a hablar con la gente para escuchar de boca de ellos, las cosas que según yo hay que decir.
Falta mucho para eso. Mi paso consiste en un deambular por las calles, de concreto y por las de mi conciencia. Tengo que sacarme a mí mismo de la penumbra. Tengo que tener un plan de suicidio pero no cortarme las venas ni tomar pastillas, sino seriamente abandonarme y en definitiva asesinar mi conciencia. Sé cómo matarme lo hice en sueños. Acepté ser otro. Acepté ser el doble. ¡Caminé por la casa!
Es extraño, pero de toda esta mezcla sucia, de todo este lamento, sale algo de repente que me ayuda a desprenderme de todo esto. Algo con lo que verdaderamente puedo alimentar a ese apéndice olvidado de mi alma que quiere salir, flotar, ser libre. Y que no se convence de que eso sea posible.
¿Quién sabe de lo que sea capaz en el futuro? Tengo que seguir para adelante, esto nunca se termina, tengo que seguir por esta misma senda, porque he vuelto a ser normal para esto. Para levantarme nuevamente de entre toda la mugre y el descorche. A veces, pienso que es imposible que de toda esta trifulca salga algo. Pero tengo la prueba de que así ocurre a veces, y por eso mismo tengo la esperanza.
No importa si escuchas RBD, mientras sea tu cuerpo energético el que escucha. No necesitas plantas de poder, ácido ni Pink Floyd. Necesitas escuchar de veras.

miércoles, septiembre 20, 2006

De sentimientos gigantes.

Es fácil recuperar la cordura. Es fácil perderla y recuperarla en una canción desconocida. Es fácil caerse a una ventisca, y cerrar los ojos. Por lo que valgo yo, es fácil abandonarse a un río de sentimientos, campanas, ruidos de pasos que vienen entrando.
Es preciso pernoctar con los ojos abiertos. Levantar el vuelo en la madrugada. Anochecerse en un resquicio del invierno, como el planeta. Suelo ser a veces como dicen que son los vientos. Suelo levantarme de noche y mirar por las ventanas. Suelo calcular el impacto del salto desde el segundo piso. Sentimientos, sentimientos gigantes.
Somos todos viajeros en este viaje extravagante. Somos cuchillos para rasgar la noche. La capa mínima. Somos alas relampagueantes. Somos el vuelo desconsolado del atardecer.
Nos reina una atmósfera selvática. Nos amamanta un viento del despoblado. Una pampa que se agita bajo las estrellas y los ojos de los tunantes, a caballo, al viento.
Al que me diga lo contrario, le pongo una puñalada en el corazón de la madre tierra. Al que me diga lo contrario, le enseño con un gesto el acontecer de las mañanas. Le giro la cabeza para que mire las sombras de las nubes y cómo éstas viajan raudas. Me pongo a cantar un lamento gitano en sus narices, en su propia casa. Voy y le muestro los dientes perlados y que no soy un humano.
Me saco el corazón y lo levanto en la palma de mi mano para que coma el murciélago que está colgado de mi techo. Nunca había visto a una mariposa nocturna tan grande (debe medir unos 5 centímetros), y está apoyada en mi ventana, en mi vida que pasa.

viernes, septiembre 15, 2006

Lonely I wanna die.

En esa época grabaron Long Long Long con Lennon. El trabajo de John consistía en evocar con sus fuerzas misteriosas a una presencia, que por esos días rondaba la casa Triumph. Todos especulaban pero Michael, el anfitrión fanático de la banda, bromeaba y reía sobre el asunto en los almuerzos y en las cenas, que se sucedían con precisión inglesa.
En el comedor, Triumph tenía una cabeza de lo que parecía ser un buey, colgado a la usanza de los viejos cazadores. Michael remarcaba que se trataba de una fuerza mística unificadora de la casa, una especie de espíritu cargado (Michael era un consumado opiómano, dicho sea de paso). Para los beatles, eso era gato encerrado. Se miraban unos a otros mientras Michael gesticulaba y se reía con la boca llena. Querían abandonar la casa. Las exigencias de Triumph les estaban coartando la libertad que tanto disfrutaban en Londres y en sus vidas allá. El Maharishi les hizo llegar una misiva que transportó un indio de rasgos afilados.
Todos estaban coludidos en Rammamesh para darle a los beatles el susto de sus vidas. Cuando recibieron la misiva del Maharishi, exactamente a las 8 de la noche, los beatles estaban en ácido, preparándose para salir a dar un pequeño paseo y luego volver a grabar en el diminuto (diminuto, para las proporciones de los estudios de Londres y Los Angeles donde solían grabar) estudio, el único reducto de la india donde verdaderamente podían estar tranquilos y que los ataba aún a esa mansión que habían empezado a odiar.
El indio que leyó la misiva penetró hasta el vestíbulo vestido con harapos y sin calzado. Los beatles, en un estado lejano y tembloroso, no podían entender una palabra y cuando el emisario terminó, siguió un silencio incómodo que duró eternidades. En resumen la carta decía que el Maharishi invitaba a los beatles a participar de un taller de emancipación del alma, una suerte de perorata pública celebrada todos los días a la medianoche en una de las plazas de Rammamesh. Junto a una fuente (el emisario recalcaba este punto).

A veces, el ser humano se mueve guiado por el motor de su propia felicidad. Otras veces, fuerzas extrañas toman las riendas y el humano debe obedecer sin chistar. Los beatles habían alcanzado la gloria con canciones que eran el producto de su genio musical, de su irrefrenable amistad y de las drogas. En la india, un grupo de indios muertos (sí, es verdad, estaban muertos) habían estado planificando (¿se puede decir planificando?) una aventura para que la vivieran estos cuatro individuos que se hacían llamar los beatles. Cambiarían al mundo. Era un bola incandescente que se echaría a rodar cuesta abajo en la montaña, y nadie sabía, ni siquiera los indios, lo que esa bola podía llegar a tocar e inflamar para toda la eternidad.
("El Album Blanco", fragmento.)

jueves, septiembre 14, 2006

Toda mi energía en el álbum blanco ahora.

Cuando los beatles partieron a la india en 1968 pensaron que no volverían. Eso cruzó por la mente de John. El 25 de febrero abordaban un avión que los dejaría en el poblado de Rammamesh, del cual descendieron, y enseguida una composición afloraba en sus oídos.
El plan era quedarse en casa de Michael Triumph, un acaudalado millonario de la zona y fanático de la banda, de 58 años. En la casa de Michael escucharon álbumes de Clapton y música celta y del lejano oeste (películas). Los Beatles dijeron hallarse muy a gusto y decidieron salir esa misma noche. Todos, salvo John, conocieron chicas a las cuales sorprendieron con su gusto y su estrafalario comportamiento occidental. Al volver de madrugada, se desplomaron cada uno en un sillón y se quedaron dormidos.
Rammamesh era un pueblo con todo lo exquisito de la cultura india. Mujeres, elefantes y mercados artesanales saturaban sus calles. Los beatles recorrieron las pocas calles (no más de dos o tres, el resto callejuelas) armados con su arsenal titánico: ácido, mezcalina, marihuana y alcohol. En la trastienda de una tienda, Paul compró algo de opio a un precio muy sano. Volvieron inmediatamente (supongo) donde Triumph y probaron la nueva maravilla. Salvo John, ninguno se mostró particularmente entusiasmado con el nuevo efecto. Luego aclimataron un estudio (tardaron días, mientras los equipos llegaban poco a poco de Los Angeles) en una de las habitaciones rectangulares ricas en madera y objetos, de la casa Triumph.

Cuando una persona deja de hacer lo que está haciendo y cambia, cosas sorprendentes le ocurren. La ingestión de drogas psicodélicas favorece el azar y el encuentro sorpresivo. Una tarde, Paul se encuentra con un compañero de secundaria en Rammamesh. John Maccarty ha ido a la India en busca de la mujer de sus sueños, a la cual vio (creyó haber visto) en la playa en California hace 2 años atrás; ahora la busca esperando reconocerla y casarse con ella. En realidad, lo que quiere es follársela. Ella es de rasgos indios, según Macarty, por eso la busca en Rammamesh. Es Macarty quien presenta a los Beatles ante el Maharishi. En realidad, contrario a lo que se dice en las miles de reseñas, los Beatles no partieron a la india con la intención precisa de hacer yoga, iban, más bien, sin ninguna intención.
(Fragmento de la fábula titulada "El Album Blanco", de Marín Montecinos.)

domingo, septiembre 10, 2006

Y me levanto

No he podido parar el diálogo interno. Van dos horas.
Este día ha pasado a ser un experimento. Ya no estoy más acá, como dice don Nicanor, ya no estoy en mi casa. Me duele el costado izquierdo del cuerpo. Saben, algo no se suelta en mí, algo con mantarrayas, y me pasa la cuenta en el punto específico por donde se salen las cosas: el sector del brazo izquierdo donde va la vacuna normalmente.
Cuando por primera vez fui un viajero en la penumbra (¿cuántos años ya de eso?) me salí por ese sector, por el brazo izquierdo. Fui un tronco rodando y remontando río abajo. Después llegué a un pueblo del sur, en invierno. Un escenario de lo más particular. Y saben, de nuevo, las cosas brillaban como nunca antes, ese mundo es más maravilloso incluso que el nuestro. Ese estado de conciencia era especial, era como perder la virginidad con la luz.
Hablé con un viejo, un viejo de sombrero tipo vincent van gogh. Era una casona de dos pisos, tipo casa fantasma. En las ventanas brillaba la luna llena. ¿Es necesario que continúe?
Bajé por una cuesta rumbo a la ciudad, ahora que lo pienso era panguipulli. Me encontré con gente que ya no recuerdo. Eran todos caminantes en alguna encrucijada del universo. Unos subían por la cuesta, pero yo bajaba con otros y luego me confundí y subí. También, en las hojas de las plantas, como gomero y esas especies, algo brillaba.
Los milagros de la luz son escalofriantes, y los creamos nosotros mismos. Este planeta es un sueño.
Don Juan se lo decía constantemente a Carlitos.
Le desenredaba los swéteres de lana y le pasaba el ovillo.
La realidad o lo que llamamos realidad, esa cosa, está entera interpretada. Nada es como lo vemos. Es un tejido que tenemos, yo digo tenemos, tenemos que deshilachar. Y quedarnos con el ovillo puro.
Ahora me voy a levantar como Dios manda. Voy a ir a comprar una lechita con chocolate y unos chocolates, y unas medias lunas porque mi objetivo final es que queden encima de la mesa, y con todos los cabros las comamos de a poquito.
Son las 11:26 de la mañana.

jueves, septiembre 07, 2006

Informe sobre ranas

Ayúdenme a terminar este informe. Es para mañana.

INFORME SOBRE RANAS
Sobre la soledad de la hierba hay un cuerpo
aplastando las hojas
El cielo parece cercano inmediato a los ojos
Las nubes son como figuras extáticas
puestas a un centímetro de distancia en la inconcebible atmósfera
Yo no sé lo que atraviesa por esas latitudes
Seguramente nada
Y seguramente soy un tonto soñando con espejismos pegadísimos al ojo
No importa
Una rana salta sobre su propio pescuezo
Ahora es doble
Pero mientras una es verde la otra es violeta
mientras las manchas de una son negras la otra tiene manchas blancas
y sus ojos son negros
puesto que la otra tiene ojos blancos
Las ranas son las criaturas más maravillosas de este planeta
Sin embargo eso no es decir demasiado
Esto es lo que escribe un informante después de quedar al descubierto
Un informe sobre ranas
Antes que la canción se termine

miércoles, septiembre 06, 2006

www.colorgenics.com

Hay una frase que me tiene dando vueltas. Dice: ¿cómo creamos nuevos pensamientos?
La leí en inglés en otro blog. Los blogs son bacanes. Cada uno ve cómo se las arregla con su blog. Por ejemplo vi que invisble_soledad, cuando quiere decir algo personal, pone de título boletín informativo.

Hay otras dos frases: el zazen consiste en atravesar la pesadilla. Y la otra: cómo explicas que de la carne y el hueso y la sangre surja el misterio infinito del espacio y el tiempo, ¿no debería ser al revés?


Pero yo quiero saber cómo creamos nuevos sueños. Hasta ayer, no había soñado nada nuevo en años. Eran repeticiones de sueños anteriores. Ya me los conocía de memoria. Eran emanaciones que ya estaban casi alumbrando en mi conciencia normal. Diablo conocido.

Entonces estoy como a cargo de crear algo totalmente nuevo. Para eso voy a reunirme con un profesor y un curso chico en una universidad que no es la mía. Hay cita con hora en la mañanita. Llego y hacemos como clases en una mesa como de sitio de camping, pegadita a la tierra. A mí no me salen los ejercicios a pesar que soy el encargado del proyecto.

Después nos ponemos a mirar la calle por la ventana del segundo piso y yo tengo como onda con una compañera que está todo el rato sentada al lado mío. No sé quién eres, no eres de mis musas corrientes. Y miramos a un loco en la calle hacer cosas sorprendentes por el proyecto. Yo me pongo muy atento porque pienso que nos quiere mover el punto de encaje. Que vamos a entrar en otro estado de la mente. Bueno, sabemos que la mente no es testigo de estos procesos y sólo se materializa de nuevo cuando ha terminado el viaje.

A lo mejor estoy en otro wax point. Soy el otro manu. Y entonces el brujo loco dice que nos está sacando el color del aura, mientras hace como unas maniobras en una mesa. Nos descubrió. Y se dedica a estrujar como un paño. Y yo me emociono porque nos va a decir de qué color es nuestra aura.

En realidad, yo lo único que quiero es saber de qué color es mi aura. Soy un inocente.

lunes, septiembre 04, 2006

Bikla como la noche.

Ayer llegué a una sala de clases y estaban dispuestos los puestos, mesas y sillas, en un orden sobrenatural. Finalmente me senté para no parar la clase y una compañera me empezó a hacer señas, diciéndome que me había sentado en su puesto. Yo ya no quiero pelear con nadie; con señas también, le dije que bueno que era broma.
Me senté en otro lado. Estábamos en una clase al más puro estilo artes plásticas. Los trabajos de mis compañeros eran espeluznantes. Yo tenía miedo y la impresión de que de cualquiera de ellos iba a aparecer un aliado. Un aliado es un espíritu sin cuerpo que se aprovecha de las formas para aparecer. En realidad, un aliado es una alma envuelta en profunda tristeza.
Como no pasaba nada, traté de obtener protagonismo portándome mal. Pero mi accionar no pasaba de ser una mímica hecha sólo para mí, o para los demás. En resumidas cuentas, no logré lo que me proponía. Al instante estaba de vuelta en otro lugar.
Me fui a la cocina a hacerme un pansito. Nuevamente trataba de pasar desapercibido. Pero Carlitos Oberg, que vive en el edificio de la otra cuadra, estaba de visita y no dejando pasar ni una. Mientras le echaba una suerte de paté intergaláctico, a mi oblea que era como un pan de otra tierra que yo aceptaba, pensaba que de pillarme Carlitos yo sería historia. Como lo ví por la puerta haciendo bromas, decidí ponerme en la posición del niño (sentado sobre los tobillos, frente apoyada en el suelo, brazos a los costados del cuerpo) y enseguida me dormí.
Fue suerte para los espíritus de la otra galaxia que no fuera una posición gemela, porque si no: hubiese temblado el aura. En realidad yo estaba durmiendo en la postura fetal, y la posición del niño no tuvo efecto alguno.

Bueno los dejo. Con la sensación de que no alcancé a decir nada.

domingo, septiembre 03, 2006

Jamoncialis 2

Ya no sé nada, sólo sé un cosa: yo hago este blog para soñar.


Parezco chiste repetido. Pero no me cansaré de emplear el lenguaje abstracto. Es que la gente no cambia, por qué voy a tener que cambiar yo.
Se trata de decirlo en todos los tonos. Meter un post que vaya a todos los blogs. El abismo que nos separa es insondable. No me queda otra que ir apretando las teclitas.
Por ejemplo hablar de la carta cero del tarot, el loco. Genialidad o confusión.
Soy testigo del delirium tremens del escritor. Nunca me voy a poder dar a entender. Hablo de sueños, de la vida del chamán, pero nadie me entiende. Qué le voy a hacer. Yo me metí en esto.
Yo sólo quiero que ustedes me conozcan. Que conozcan mi poesía.

1
En el principio
sólo había el cielo y la tierra
y una que otra nube pasajera
Hoy hay aviones
llenos de pasajeros
atravesando el firmamento imperceptible
a punto de estrellarse en cualquier momento


2
Claro que tengo razón
tengo la cabeza sobre los hombros


3
Recibo la influencia fuerte
de Nicanor Parra:
un dedo que se mete por mi nariz
en dirección al cerebro


4
Amo la música
y tengo la fortuna de decir
que en este caso soy correspondido
con quién ponerle el gorro con quién
con la poesía?
jamás


5
arriba las manos!
esto es un asalto
si quiere volver a ver a su hija
tendrá que llenar este formulario
a continuación procederemos
a borrarle la memoria


6
amnesia temporal (pero eso es otra historia)
en cualquier momento puedo dejar el cigarrillo
en cualquier momento puedo recuperar la memoria


7
se despide el cristo del ñielol
se despide con lágrimas en los ojos
yo aquí esperaba una montonera de aplausos


8
nada que decir
ustedes tienen la palabra
una última cosa
para comentar hay que haber llegado hasta aquí

sábado, agosto 26, 2006

Otra emergencia espiritual

El 24 de Agosto es el cumpleaños de cholmito, uno de los prototipos de Dios.
El 24 de agosto de 2006 empezó para mí abruptamente. Me había quedado dormido sin saberlo, sin sospecharlo siquiera, el 23 en la tarde, y me desperté tapado con una frazada a las 2 AM del 24 que recién estaba comenzando. Qué estoy haciendo fue lo primero que pensé.
Había estado pensando en los sueños tan reales. En el viaje a temuco y la lucha en el fondo del patio contra una presencia inorgánica. Había saltado el muro e invadido la casa vecina, yendo a la siga de una música gitana que envenenaba mi mente. Luego desperté y estaba en Santiago, acostado con total naturalidad. Había estado soñando solamente.
Cuando me acordé que en el sueño había tocado las hojas para saber si eran reales las plantas, combiné ese hallazgo con una sonrisa. Lo único que diferenciaba a los dos sueños (el sueño en temuco, y el sueño en que despierto y estoy acá) era un abismo gigantesco que por ahora no tiene nombre. Un abismo suicida. Y yo simplemente había existido en dos realidades diferentes, tan sólo porque a mi conciencia se le había ocurrido saltar ese abismo una noche. Todo tenía esa lógica, y yo me iba pensando para mi casa en la extraña coincidencia. El que yo estuviera aquí era sólo el resultado de que mi conciencia hubiese querido quedarse. No tenía nada de particular este estado, y este mundo, en comparación con los otros estados y mundos de los sueños. Tal era mi idea en ese momento.
Estaba suelto e imitaba en la cleta la pose de hoffmann cuando va en el blotter. Era el 22 en la noche. El 23 fue otro regreso, a pie y cantando. El 24 supe que mi vida no tenía rumbo fijo.
Las palabras han servido para servirnos de consuelo. Yo creía que estaba haciendo lo que un guerrero en el libro de Castañeda, en 1968, habría hecho. Pero ese 24 cuando me desperté vi que tenía unos pensamientos que emergían de mi estómago y:

"estoy acostado. es noche. los pensamientos suben por mi pecho y se quedan un rato en mi cerebro. son mi mente real, hablando luego de mucho tiempo. ahora surge otro pensamiento que es aprendido, que no tiene la misma fisonomía, que no sube por mi pecho proveniente del estómago. es un pensamiento inventado, de una vida que he querido plantearme. pero tengo la posibilidad de otra vida, de una vida desde adentro. esta vida es lo único que tengo. las otras vidas, los otros viajes a otros mundos también son mi vida, pero no tienen cabida en este momento. en este momento el mundo es éste. éste es el terreno de lucha no hay otro. otro pensamiento que no es de los míos trata de colarse, pero lo detecto inmediatamente porque es como un adormecimiento, como un consuelo y no una agitación interna. las palabras no debieran consolarnos, pienso, sino que debieran agitarnos hasta la locura. yo sé lo que quiero. pero de alguna forma, con una mente que no es la mía, lo niego. quiero paz y no quiero guerra en mi pecho. pero hoy sé que es al revés. quiero guerra, quiero hacer lo más difícil, para que me duela y sea grato, hay que vivir para saber ciertas cosas. es increíble que piense en hacer eso que estoy pensando hacer e inmediatamente surja esa sensación en el estómago. si es sólo un pensamiento. cómo explicas que un pensamiento, que una simple idea puede llegar hasta tu estómago y presionarlo. la mente, éste es un mejor centro.
y me estoy muriendo.
me pusieron acá para que me fuera muriendo. mi final me está llamando. la soledad la soledad más absoluta me quiere entre sus filas. saberlo me causa una tristeza casi dulce casi alegría.

El 24 de agosto me puse a ver pánico y locura en las vegas y llegué a un blog interesantísimo. El autor publicaba desde su teléfono móvil. Su vida estaba expuesta a la velocidad de la luz. Cuando uno de nosotros abre un blog, lo que quiere ver es otra vida real que está transcurriendo en este momento. Quieren ver el wax point de otro. Cuando uno de nosotros crea un blog, quiere recibir comentarios alentadores. El punto que une ambas intenciones es la onestidad.
El 24 de agosto es uno de los 3 días en que el mundo se abrió, en que los manes ascendieron y hubo puente del hombre al orificio que está en el centro, por donde se ve la estrella de sirio, en el techo de la carpa del circo.

martes, agosto 22, 2006

A ver a Parra ;]

Alguien me dijo algo de verdad. Le bastó una letra para decírmelo.
Caminábamos y me preguntó si yo conocía la vitamina Z. Me dijo que le parecía a veces que su conciencia venía de otro mundo. Le iba a decir que las vitaminas llegaban a mi entender hasta la E pero me dio verguenza. Seguimos caminando sin rumbo fijo.
Yo también buscaba la salida del metro. Los túneles se abrían en todas las direcciones. Unos subían, otros parece que bajaban. De unos provenía una luz intensa y una música, como quejidos gitanos. Entramos.
Una señorita de buena presencia nos ofreció vino en una bandeja. Su sonrisa era ezquisita, esa luz la favorecía y nos favorecía a todos. Creo que en estos sueños he ido aprendiendo lo que es la realidad.
¿A mí?, pregunté. Sí, me dijo con la cabeza. Me acerqué al centro de la tribu y me saqué los zapatos mientras la miraba a los ojos. Sin ella yo no soy nada. Me descubrí zapateando unas cuecas terribles.
El tren pasó tarde. Ya no era preciso abordarlo. Pronto fue urgente abordar y no quise salir a buscarlos al túnel, pero fui. Desde un extremo de la línea, le preguntaba a la oscuridad ¿están ahí?
Cuando el tren vino a toda velocidad, fue preciso despertar.
Ya no estoy más en esa carrera desenfrenada bajo la tierra. Pararon el mundo y me pude bajar, me bajé como pude. Ahora estoy camino a regar las plantas que están encima de la cómoda frente al espejo y sé lo que es la tristeza. Estoy más solo que nunca. Dejé de creer en mis propios sueños. Pero soy el sueño de una estrella.
Trato de fingir demencia pero no me resulta. Estoy más cuerdo que loco. Los demás actores de la obra se sobreactúan, pero yo no. Estoy empezando a formar parte del teatro callejero.
El principito que me dijo la verdad está llorando. Lo veo llorar en la oscuridad. Ahora sé que lo que me decía era el sentido de su existencia. No es más que un pobre niño. Pendejo. Pero lo quiero con toda mi alma, pero me río en su cara de sus lágrimas que caen como meteoritos en la noche, como mosquitos en la red atrapa moscas.
Pelos podrán perderse, pero la vida no se pierde nunca.

domingo, agosto 20, 2006




viernes, agosto 18, 2006

Castaneda conoce a Heidegger, Jamoncialis conoce a Carolina Tres Estrellas, Eddie Pistolas conoce a Marianich!

Sí, sé que ustedes quieren saber qué se dijeron.

Bueno pues éste fue un encuentro de lo más particular, en una mesa té club en el mundo de Alicia en el país de las Maravillitz. Todo empezó cuando yo le mandé un mensaje de texto a una amiga que decía "te deseo", y me desperté gritando y angustiado. Menos mal que ella nunca lo recibió, claro que la proyección que yo tengo de ella tiene que haberlo recibido sí o sí porque me ví apretar el botón de mi teléfono nuevo. Qué problema, pero todo desaparece cuando conjugo la unión. Problema sería si no tuviera cómo responder.

Pero entonces la conversación se empieza a poner entretenida. Veamos primero lo de Castaneda y Heidegger que es como lo más engorroso. Qué no se dijeron. Pero al final concordaron en que el tiempo es lo que es: un abanico de posiblidades que se abrió en el presente, y que ya no se cierra más; en él están el pasado y el futuro, y el presente obviamente que los contiene a los dos. Es un abanico de tres puntas. El universo consiste en el presente abriéndose a todas las posibilidades, en cada uno de nosotros. ¿Confuso? No tanto. Entonces el tiempo no transcurre, se abre. No es como la hora, que pasa, es más como el cielo, que está ahí todo el rato y nos acompaña y nos atrae y nos empuja, todo rejuntito.

Después viene lo de Carolina Tres Estrellas con Manuel Marín. Ambos son tan piolas, que no se dijeron tanto, pero se miraron hasta por debajo de la lengua. Se olfatearon, se podría decirse, como los perritos, y Carolina Tres Estrellas se amarró el moñito en la coronilla varias veces. Manulito Marín se tironeaba el pelo, se reía y comentaba ciertas cosas con Heidegger, para pasar más piola. Así estuvieron una horita o dos, como encerrados en la pieza oscura, tomando tecito y parándose a cada rato.

Eddie Pistolas y Marianich, otro tanto. Ella se quedaba quieta y bailaba a intervalos muy irregulares, y Eddie gritaba y se tiraba la cola y se sacudía del pescuezo y se moría. Claro que estaba anfetaminado y ella también quiso anfetaminarse, entonces Eddie le dijo, mejor unos trip, y miró la hora y se fue con su conquista por la puerta del castillo de naipes, a reunirse con su dealer, seguramente.

No le dijo ni chao a Carolina Tres Estrellas y ella se lo quedó mirándolo, y como no la pescara se cagó de la risa junto conmigo. Es que es un plato este Eddie.



FIN

jueves, agosto 17, 2006

JUAN RULFO

Mira. mira hacia allá. Allí está la media luna de punta a cabo.


Nos sentamos y San Peter, como yo le digo, sacó unos pancitos del bolsillo y me los estiró. Yo, que quedé lejos los tomé. Acércate me dijo San Peter. Yo reptando sobre mis nalgas fui más cerca de él. Me miró un segundito mientras amansaba su pan. El de él era pan con miga y el mío tenía una rebanada de queso azul. Era un queso celeste de un nimal que San Peter no me quería decir cuál era. No importó de qué era el pan, porque me lo comí más de una vez.

En mis sueños había visto cosa semejante. Un atardecer que no paraba nunca. Y las montañas.

Me dejé caer de espaldas con las piernas cruzadas. Me atravesó una deliciosa sensación. Entonces me puse a pensar cosas difíciles, problemas imposibles. Y pensaba en ciertas posibilidades que más vale no recordar ahora. Mientras tanto, el viento arrullaba y yo me daba cuenta que cada vez soplaba con más fuerza, sólo cuando yo detenía mi pensar.

Me vino a la memoria un arbusto maravilloso. Lo había visto hace muchísimo tiempo. Y saben qué, de pronto me dio por mirar a la izquierda. Allí estaba el arbusto. Azotándose por causa del viento; era tal cual yo lo recordaba. Abrí los ojos y vi los montes, sinuosos, rodeándonos a miles de kilómetros de distancia.

Por supuesto que vamos a hacer algo en este lugar. Crees que te traje al culo del mundo para nada.

martes, agosto 15, 2006

EL PUNTO DE ENCAJE

EL PUNTO DE ENCAJE

EL PUNTO DE ENCAJE

Quien abra este blog en sueños, corre peligro de sonreír.
El soñador de este sitio se adecuará bien a 1 de estas cuatro flores.
La voz que se lo comunique deberá ser rica en acentos españolísimos.
Como un españolete de la península que rápidamente quiere saber.
Ella, la soñadora, no se lo dirá todo, puesto que no sabe mentir.
Por lo tanto tampoco sabrá confundir al gallego y su voz hidropónica.
Ella, la soñadora, viajará sola con su voz por estos párrafos.
Y observará las cuatro flores a través de los sonidos que ellas en sus oídos producen.
La idea es cortar con los párpados la flor que elijan.
Recogerla del suelo atmosférico.
Y llevársela lejos a sus respectivas piezas.
El soñador despertará de este sueño con una idea fija.
Plantará la flor en el macetero que está encimita de la cómoda.
Al lado de los portarretratos, abajito del espejo.
No se convencerá fácilmente, pero lo hará a falta de otra ocupación.
Además le parecerá muy rara la aparición de ese macetero.
Si el espejo es lo bastante grande, podrá perforarlo con su cuerpo.
Entrará en una nueva realidad onírica, totalmente fantástica.
Su desafío será volver a la tierra.
Se recomienda guardar energías para después.
La soñadora preparará la almohada y las sábanas para un feliz retorno.
Como buena madre e hija.
Mientras el soñador se pierde por las callejuelas de la Internet.
Retrocediendo cada vez más en el tiempo.
Y tirando toda la carne a la parrilla como suponemos que será.
Al despertar, todavía no estará en su mundo.
Tampoco es el mundo de la soñadora probablemente.
Pero se tendrán el uno al otro, algo es algo.
Una definición de brujería: pensar en el futuro, sabiendo que no existe.
Muchas gracias y felices despertares.

viernes, agosto 11, 2006

A LA VELOCIDAD DE LA LUZ

Soy un pajarraco chico bueno pa mover el cuello, tengo varios cuellos en realidad. Cuando me pego en una rama chiquitita medio camuflao pa que no me vean ni yo vea, de repente siento que todas las palomas se van a mover a donde tan tirando miguitas. Yo no cacho del tiempo pero, pongámosle como uno o dos segundos antes cacho, cacho que se van a mover todas las palomitas porque ellas saben o ven adónde están las tías y los tíos tirando miguitas, tonces yo me preparo po. Tonces cuando viene el temblor o aleteo fulminante de palomas, yo ya estoy con una pura pata pegá en la rama, y la otra pata en el aire y ya casi volando en realidad. Y tonces las palomas parten soplás pero son grandes, son lentejas y yo llego con mi súper aleteo fulminante un segundo pongámosle antes a las miguitas porque soy chiquitito. Y soy caperuzo, soy rápido como el viento y tal vez soy el viento porque yo no me veo ni las alas de repente, a lo mejor soy pensamiento nomás.
Tonces cuando aterrizo en una ramita o en una banquita porque yo vivo en la plaza de armax, empiezo nomás a mover el cuello pallá y pacá, pa todos los lados en realidad porque tengo el cuello súper flexible, tonce cacho todo el mote de lo que está pasando en mis alrededores. Claro que yo no veo el agua de la fuente ni las cámaras de los fotógrafos porque yo soy un pajarito nomás, yo miro lo que tengo que mirar nomás. Onda lo primero dónde están todos mis compañeros, y si hay alguna rama herida por ahí para no apoyarme nunca en ella (rama herida=donde cayó uno de los míos). Y yo miro y me entero de todo y después me quedo piola, tranquilito nomás esperando que pase alguna lesera. Porque yo no vivo en el presente, siempre vivo en el futuro, en lo que va a venir porque soy pájaro, y el presente lo ocupo nada más que para recargar energías para lo que viene, tonces me preparo para un viaje de ensueño que voy a hacer en la tardecita, si me resulta claro, por los techos de todos los edificios mirando pabajo y pal horizonte y parriba que están las primeras estrellas asomando. Tonce ahora sueño con ese viajecito bakán que voy a hacer y no me preocupo. Toy todo el rato intuyendo nomás. Tranquilo nomás.

Hola, soy el niño que está mirando a ese pajarito que mueve el cuello bacán, y no toy aquí porque a lo mejor soy sólo pensamiento fugaz. Y veo a otro pajarraco que va a chocar contra un tronco y casi en el último minuto se perfila para arriba y sube volando bien pegadito al tronco y lo hizo todo a la velocidad de la luz. Se pasó.

jueves, agosto 10, 2006

Mi vida en esta fracción de segundo

Like Spinning Plates, de Radiohead, es el hit que nunca se hace suficiente. Hay que escucharlo una y otra vez.

Me hablo desde la galaxia. "Tu problema es que no te levantas nunca".

Estoy ahorrando energía para el viaje del punto de encaje.

Me falta terminar de ver carretera perdida y planeta difool. Me pregunto si alcanzaré a lograrlo.

The Mars Volta tiene palabras, por ejemplo This Apparatus Must Be Unearth, que me dejan...

No vivo con personas, vivo con hechos. He cumplido la primera premisa de la brujería.

Creo, en el fondo de mi corazón, que sé lo que estoy haciendo. El poder es ahora mi enemigo.

martes, agosto 08, 2006

DEUDAx

Estoy aprendiendo a vivir en deuda. Qué quieren que le haga!

A carolita le debo una visita. A C. le debo un panorama familiar ultrasecreto. A jp. le debo un guión de comix que no le tenga envidia al Incal. A la colomba le debo cariño. A mí me debo una entrada a Cerati. A caremonox le debo traerlo hasta acá. Al caremono de la realidad le debo platita. A SocioEdo le debo DUNE. A la Myriam le debo un cogollito de marihuana. A todos les debo algo. Ya no quiero contraer más deudas porfaaa.

A la princesaBea le debo una visita a Cohaique. Y se la estaré debiendo para siempre. Estoy llorando y entremedio me acuerdo de algo que me tiene que dar risa. Me río fuerte con lágrimas en los ojos.

.acá va una foto de la Princesa Bea.

Quiero vivir en deuda para siempre. Quiero contraer una deuda tras otra. Quiero irlas pagando poco a poco, una tras otra. Quiero vivir la vida de la galaxia. ¿O estaré pidiendo demasiado?

No! Reclamaré para mí todo lo que soy; todo lo que he visto. Y no me puedo olvidar que alguna vez miré con los ojos de la divinidad, como dice Borges.

De qué otra forma podré vivir en adelante, si no es pagando deuda tras deuda, hasta quedar limpio! La visita a carolitax, traer al caremonox, el panorama con la C., el cariño, el cómic. Ojalá que alcance, ojalá que no se me quede algo acá, cuando parta. Pero cuando quede limpio, la muerte me buscará y me tratará de sacar lo último...y yo voy a estar limpio!

Otra broma sangrienta.

lunes, agosto 07, 2006

LA gALAXIA SE DESMORONA

En silencio.

Me siento como un tonto al revelarles este secreto. Mi corazón me dice que la galaxia no es eterna.

Los platos voladores vienen escapando de una debacle. Los cometas se lanzan en caída libre.

La galaxia reside en nuestro corazón y en nuestra mente. Ambas estructuras humanas van a caer. Con ellas, caerá el horizonte.

Y no importa.


FRASES SUELTAS:
Yo soporto con mis garras esta galaxia. De mí depende que todo no desaparezca.

Yo pensaba que la galaxia era eterna, pero estaba equivocado, como siempre. De qué sirve que siga hablando. Ya he reclamado lo que es mío: La Galaxia.

domingo, agosto 06, 2006

Algo está pasando. Pilot.

Algo está pasando. Algo con lagartos.

DULCIDIUS
Estoy enfermo de la vesícula inferior derecha. Traigan a Anuma.

DIOGENES
Dulcidius, tú no tienes vesícula.

Mientras tanto, en el laboratorio del profesor Kroff.

KROFF1
Kroff, ¿tienes mi billetera?

KROFF2
¿Tu billetera? ¿Quién demonios crees que soy, Kroff?

KROFF1
Hay que pagarle al loco de las pizzas.

KROFF2
Y cuánto hay que pagarle.

KROFF1
Son setecientos pesos los que faltan. ¿Tú tienes?

Mientras dice esto, kroff1 se dirige por un pasillo a unas habitaciones secretas. A medida que penetra por el pasillo, las cosas van cambiando.

KROFF1
Oh, oh. Siento que fue un error dejar a Kroff a cargo de la situación. Por mientras, el Kroff que soy yo ahora ya está sintiendo los efectos de la confusión del otro Kroff. ¿Dónde está ahora la puerta que había aquí?

En el silencio de la noche, una bicicleta asoma por el horizonte. Anuma viene pedaleando y sus ojos sólo ven las estrellas, es decir no ven el suelo ni la tierra ni los objetos. El niño de bronce está sentado en el aire junto al camino y cuando Anuma pasa al lado suyo, una luciérnaga brota y revolotea en torno a su cabeza.

NIÑO DE BRONCE
¡Suerte, Anuma!

ANUMA (Sin detenerse)
¡Niño de bronce! ¡Al fin!

En lo alto de un árbol, 2 cuervos ven pasar a Anuma como una flecha por la carretera. Están enfrascados en un juego de acertijos.

CUERVO-X
Elijo la luna.

CUERVO-Z
Muéstrame tu decisión, compañero.

CUERVO-X
Allí, esa cara redonda. Su luz es como una revolución silenciosa.

CUERVO-Z
La veo, mi buen amigo. Es una sabia elección. Veamos qué me toca a mí.

El Cuervo-z abandona la rama y aletea por el cielo azulino y vuelve.

CUERVO-X
Y bien. ¿Haz visto algo?

CUERVO-Z
Allí, en esa dirección.

CUERVO-X
¿La casa?

CUERVO-Z
Sí, la casa. En una de sus habitaciones.

CUERVO-X
La veo, mi buen amigo. ¿Es lo que creo que es?

CUERVO-Z
La luz de la llama de una vela.

CUERVO-X
Bien. Para mi siguiente jugada, deberemos de emprender el vuelo.

CUERVO-Z
¿El vuelo? Hacia dónde.

CUERVO-X
Yo te seguiré.

CUERVO-Z
¿Cuál es tu truco, Cuervo-x?

Los cuervos abandonan la rama y se dirigen por el cielo hacia el horizonte, donde en este momento repiquetea la bicicleta de Anuma.
En el laboratorio del profesor Kroff, kroff2 abre el refrigerador.

KROFF1
¿Y el loco de las pizzas?

KROFF2
Creo que se fue. Estaba balbuceando cosas sin sentido.

KROFF1
Kroff, ¿le diste el beso de la transmutación?

KROFF2
Así es. El pobre chico no supo qué bicho le picó.

KROFF1
Bueno, ¿y dejó las pizzas?

KROFF2
Están encima de la mesa. Yo ya comí.