viernes, septiembre 29, 2006

TODO VA A CAMBIAR

Voy a subirme a la torre para tirarme. Voy en la micro camino a eso...


La micro tarrera. Cuando parte, lo hace aserruchando. Cuando cierra las puertas de atrás, parece que pegaran un balazo. Todo se va estremeciendo.

Escucho Grandchester Meadows, y no creo que haya nadie en el mundo que conozca esa canción; así como tampoco creo que haya nadie que no conozca una canción, al menos una, que nadie más conoce, como me pasa a mí con Grandchester Meadows.

Somos seres increíblemente solitarios, pero está bien. Arriesgar los sueños es la nueva consigna. Suicido místico.

Estoy girando en círculos a bordo de esta micro. Nunca se detiene. Cuando me baje, será para subir los nueve pisos de la torre y lanzarme al vacío. Ya siento, en este punto del recorrido de la 419, la presión del harakiri místico. Es una decisión que tuve que tomar para no seguir siendo boxeador en las tinieblas.

Ya no hay nada que salvar. Estos ojos vieron a los pájaros cambiarse de rama. Tantas veces. O por ejemplo, las sombras de las gaviotaspalomas en el edificio, causando gran estrépito, porque cuando éstas vuelan en el aire, sus sombras en la pared del edificio vuelan en picada hacia la tierra. Así voy a volar yo ahora.

Hay que seguir...