viernes, junio 29, 2007

Me enseñaron a abrir una fisura en la soledad!

Cómo detectar seres inorgánicos

Los seres inorgánicos están dentro de uno. Son responsables del caos de los sueños y del caos del pensamiento cotidiano. La forma de acorralarlos es adquirir lucidez, y que así se vean obligados a plantear su oferta final. Los seres inorgánicos son astutísimos. Desde otro mundo, vienen a capturar seres a esta esfera y no dejan nada al azar. Es imposible adelantarse a los planes inorgánicos. La única forma de vencerlos es dar vuelta la cara, dar la pelea es impensable.

En la actualidad, el laberinto inorgánico permea 7 mundos dentro de la totalidad del universo (que son aproximadamente 60 mundos), entre los cuales no está el nuestro. Estos mundos se asemejan a la idea que tenemos en nuestra cultura de planetas habitados de otras galaxias. La única forma de llegar a ellos es soñando en solitario, sin compañía inorgánica.

Adquirir lucidez es más fácil en los sueños puesto que aquí tenemos que aprender a lidiar con una pesada estructura para recién empezar a mirar nuestros pensamientos. En nuestros sueños no es tan difícil llegar a mirar nuestros sueños, pero estando despiertos es muy difícil percatarse de lo fácil que es lograrlo. Soñando es más fácil todo.

Los seres inorgánicos son siempre detalles extravagantes en nuestro soñar, cito por ejemplo el caso de un enchufe de patas cuadradas que salía sorprendentemente de un orificio para enchufes de patas redondas. Cualquier cosa que sea imposible en nuestra realidad delata al cazador inorgánico.

El truco inorgánico consiste en arrastrarnos en sueños a su mundo y allí agasajarnos con las posibilidades que no están por supuesto presentes en nuestra esfera diaria. Alcanzada una cierta audacia nosotros podemos ser lo bastante estúpidos como para buscar a propósito ser transportados. En este punto hemos desenmascarado a nuestro cazador y lo escuchamos seducirnos ahora por medio de la palabra. De sólo escucharlo sabemos que es honestísimo.

No estamos solos en lo más recóndito de nuestro propio seno. Es un terreno en donde intervienen fuerzas despiadadas. La introspección como modo de defensa es un sinsentido, puesto que yo me atrevería a decir que estamos más seguros afuera. De hecho, una de las formas de mantenerse alejado de las trampas inorgánicas es ser muy extravertido.

La extraversión se produce cuando queremos pasar desapercibidos dentro de nosotros mismos. Que no haya rastros de nosotros en nuestro interior. Se le conoce como sobriedad. Disfrutar el estado sobrio, que es el más propicio a la vez para enfrentar la muerte. Al cuidar nuestro interior de esta manera estamos siendo secos.

No dejes que nadie te note. Ten tu zona interior a tu entera disponibilidad para soñar en sitios abandonados. La angustia de las grandes ciudades se debe a que no podemos encontrar un espacio para nuestra soledad.

jueves, junio 28, 2007

No por un fracaso me voy a rendir. Sigo.

Soñé que íbamos con naty a mi casa, ella en la cocina y yo en el living.
2: un graciosito había esparcido semillas de maní por toda la alfombra.
En un artefacto que dejé sobre la mesa al entrar, sobresalía un pincho como un alfiler con pelota roja.
Me hice el desentendido, mirando un poco por la ventana sacudiéndome las pelusas del chaleco e ignorando un poco a la naty.
Pero de pronto me doy vuelta y desato el feroz diariazo encima del alfiler con pelota, para matarlo. Luego pesco el mercurio lo abro y leo

Necesito una compañera
que sea mi amiga
amante
pero no urgentemente

miércoles, junio 27, 2007

Tengo ganas de visitar a la gente que me gusta

Volvía a mi casa en Portales 564 Temuco. Me acompañaban dos figuras y el resto de la calle estaba inusitadamente desierta. Ahora lo veo con clareza.

Cuando me sueltan del colegio no tengo adónde ir, más que a mi casa que queda a escasas dos cuadras. Siempre está esa cifra en mi mente: dos cuadras. Con el tiempo, me voy acostumbrando a que volver a mi casa es lo único que puedo hacer. Con el tiempo, me voy acostumbrando a que soy muy chico para quedarme a vagabundear en la calle. Las dos cuadras se me hacen eternas, me rodean miles de peligros. Tengo que sortearlos todos y llegar a encerrarme.

Paralelamente en mis sueños me acosan las criaturas inorgánicas. Casi inevitablemente las relaciono con las amenazas que siento en mi trayecto de dos cuadras de vuelta del colegio. Sueño que corro hasta mi casa y que cierro el portón con llave y estoy a salvo. Las criaturas inorgánicas son insistentes y yo no sé ni siquiera que existen. Fuerzan el portón y me rodean, tengo que escapar por la ventana. Pero siempre mi casa ha sido el consuelo.

Hace siete años me fui de esa casa y hace un par de años que no vuelvo porque la vendieron. Ya no tengo refugio y eso es lo que pasa también con mi vida.

Se llega a la tercera compuerta del ensueño cuando uno sueña que mira a un cuerpo dormido y ese cuerpo resulta que es el de uno. Yo volvía a mi casa en Temuco acosado por dos presencias casi fantasmas. La una iba en la cuadra de atrás, acechándome. La segunda me vigilaba desde la vereda del frente. Iba justo atrás mío para que yo no pudiera verla más que de reojo.

Cuando me metí al garaje rojo para entrar a mi casa supe que estaba soñando, debido a los recientes acontecimientos. Había rechazado la oferta del emisario inorgánico de irme a vivir para siempre con ellos. El gancho era que yo iba a tener acceso a siete mundos, entre ellos el humano pero sin mi cuerpo, o sea sin mi masa. Me convenía aceptar, la amenaza inorgánica ya se había plantado sobre mi cuerpo y yo le caía bien al emisario.

Quizás porque rechacé la oferta también estaba libre por ese momento. Me pregunté a qué iba yo verdaderamente a esa casa, ya no tenía nada que buscar. Sentí que tal vez estaba buscando mi cuerpo para tener el sueño de la tercera compuerta. En ese momento hice memoria: yo estaba acostado en Santiago.

Di media vuelta y salí a buscar a mi cuerpo por ahí. Quise voltear a mi izquierda pero yo ya sé que en esa dirección está la muerte, sólo la derecha es permitida para seguir vivo. Me costaba trabajo caminar. Miré en un jardincillo: no estaba.

De repente empecé a sentir un leve cosquilleo en mi cabeza, al lado derecho. Nunca había sentido nada tan bueno, y era porque estaba siguiendo una corriente de energía que me llevaba derechito a mi cuerpo. Para mi sorpresa, aparecí en el segundo piso de la casa de Temuco.

Por un instante no quise ver nada raro, pero luego me decidí. Apareció mi cuerpo con gorro de lana, durmiendo encima del cubrecama. Me sobresalté y comencé a subir, sin peso. Sentí que eso era peligroso. Desperté en Santiago.

La tarea de la tercera compuerta del ensueño era un ardid para obligarlo a uno a viajar a un lugar real. Ir a buscar el cuerpo de uno es como la opción más fácil y todo. Esta realidad también está hecha de corrientes de energía que uno puede seguir si se es un sueño. Tengo ganas de visitar a la gente que me gusta, en el futuro.

martes, junio 26, 2007

Repitan la hazaña

Nosotros tenemos presencia en siete mundos. A los seres humanos los conocemos, pero sólo de punta; los habitamos profundamente y nunca nos vamos. Tú me caes bien, me gusta como te desenvuelves.
La voz del emisario de ensueños sonaba estridente y quietamente en mi oído izquierdo. Pensé que debía dejar de escucharlo y levantarme al baño, cualquier cosa, pero cuando lo hacía, notaba que no era realmente mi cuerpo el que se estaba moviendo. Su voz me parecía arrogante.
Minutos atrás, yo estaba en uno de los colapsos más grandes del metro de todos los tiempos. Sentados en una hilera de sillas de color naranjo, entre infinidad de gente esperábamos junto con Diego de la P, y junto con otras señoritas que resultaban ser bastante simpáticas. A mi lado, Diego de la P hacía los cálculos para cuando pasara el personaje cargando las tarjetas. Yo me burlé del empleado, acaso queriendo impresionar a mis nuevas amigas, y le extendí la mano con una moneda diciéndole que me cargara “uno”. Luego una de las niñas me sugirió que le preguntara al guardia si conocía a Macuma. Yo le pregunté, por seguir el juego, si había visto a Macuma, en ese momento la palabra me sonaba extremadamente familiar. Pero cuando me di cuenta qué era Macuma, no pude dejar de buscar los ojos de la niña y sonreírle. Ella se fue a esconder y yo la seguí, por una puerta, hasta que se le acabó la cancha. La tomé por un brazo, me ocultaba los ojos. Finalmente la tomé por detrás y le empecé a dar unos empellones, con ropa, al cabo de un rato sentí que ella verdaderamente era una criatura inorgánica. El juego se convirtió en lucha, se me pegaba como una rémora y yo luchaba por despegarla.
Recuerdo que instantes antes de eso, yo estaba caminando bajo la lluvia detrás de la Roxana que me iba a ir a dejar a la casa. Habíamos jugado con la pelota amarilla que yo le había sacado al Iván, se nos perdía. Me acuerdo que le dije unas palabras a la Roxana, pero por efecto de la copiosa lluvia, sólo fueron palabras para mí. Era como si me encontrara solo en la soledad más despampanante.
Capítulo 2
De otras veces sabía que, para volver de las soledades inorgánicas, a mí me andaba bien correr un rato, y me largué a correr, adentro de mi cama. En la penumbra, sentí que no era mentira que los seres inorgánicos no se iban nunca, del territorio humano que habían conquistado. La voz del emisario de sueños me sonaba como a mi propia voz, arrogante y precisa. Al fin pude salir del aprisionamiento como de rémora, y me fui al baño sintiéndome líquido. Me mojé el ombligo y volví a acostarme. Me miré al espejo; quise ver, acaso, algún rastro de mi pasado inorgánico, en mis ojos.
Saqué el Ipod y me puse a escuchar la Mano Ajena. El universo era una trampa para los ensoñadores y había que buscar un nuevo horizonte, quizás la sobriedad era la característica que nos unía, y que nos permitía ser testigos indiferentes de todas las maravillas. La voz de la Feña y la belleza de las canciones de la Mano Ajena eran vividas con el menor asombro posible, y, mágicamente, esa misma perspectiva les daba el grado de asombro que de por sí tenían. Favella. Víctima del éxtasis puro y callado, miré también por las cortinas el día amaneciendo.
Repitan la hazaña, pero no esta noche. Se me cerraban los ojos y al instante me encontraba en el terreno mismo del ensueño. Sentía que me llamaban como del otro lado de un túnel de agua. Un gimnasio, un pequeño partido de fútbol que ya había terminado. Con Diego de la P éramos los únicos sobrevivientes, yo lo ignoraba y pateaba un penal al centro del arco. Diego de la P me volvía a pasar unas monedas creyendo que yo caería en el truco inorgánico, de mirarlas y verme transportado sin vuelta a un estado diferente. Me miraba las manos. Enseguida volvía a despertar y pasaba eternos minutos luchando por despegarme de esa esencia que había adquirido. Trascendía sin dificultades al ensueño.
En otro momento me hallaba en Temuco

domingo, junio 24, 2007

No basta con hablar. La locura está en los actos.

1
Habíamos ido a comer a un restaurante que era muchos restaurantes. Walo llevaba un bicho en su chaqueta (Walo nunca iba con nosotros) que quedó al descubierto porque uno de los comensales (el que estaba al lado mío) lo vislumbró cuando Walo lo estaba cambiando de lugar para que pasara desapercibido. Era la cosa más extraordinaria que yo hubiese visto jamás. Una pequeña esponja azulosa, con forma de robot, y un par de ojos ingobernables emplazados en su seno, cerca del ombligo y un poco a la izquierda. Una de sus extremidades azules cayó en la ensalada y yo se la pasé a Walo. Walo la puso cerca del hombro que había quedado trunco y el mágico robot la volvió a anexar a su cuerpo. Lo miré largo rato a los ojos y me sentí transportado a otra realidad. Luego lo pusimos dentro de un vaso con bebida y él mágicamente pasó al estado líquido y sus ojos flotaron en el vacío. Se lo devolví a Walo. El lo guardó y al rato lo sacó de nuevo. Yo le había preguntado a Walo cómo sabía esa criatura que la robótica era su forma. Walo me respondió que lo sabía, y ya. Cuando lo sacó nuevamente el robot era ahora un cuadrado alargado, sin brazos ni piernas ni nada, un solo monolito de goma azul y rugosa. Mantenía sus exquisitos ojos. En sus bordes como de estambre habían quedado residuos del contenido del vaso en que con Diego lo habíamos sumergido.

2
Al sacar Walo la primera vez a este espantajo yo me rebelé bromeando. Dije que me marchaba del restaurante y golpeé la mesa abacanándome. En seguida me senté de nuevo. Las características de la criatura me hicieron pensar en primera instancia que era un axolotl.

3
Cuando lo miré a los ojos quedé imbuido de una extraña sensación. Yo al principio había evitado mirarles a pesar de toda la fascinación que me causaban. Debo decir que ellos estaban emplazados en el medio de un pequeño antifaz, como de mapache, emplazado a su vez en la zona media del cuerpo del bicharraco. No recuerdo el momento en que estuve mirando esos ojos, nada más recuerdo que me transportaron a un estado diferente. Yo no percibía los acontecimientos del restaurante, y estaba como hipnotizado, acaso tumbado sobre mi costado derecho y mirando el arista de una habitación en una ciudad lejana. Se sabía que era el sur. Llegaba una mujer de gruesa contextura y yo forcejeaba con ella entre arrumacos. Tenía la sensación de que era una persona que yo bien conocía. Mientras tanto, me era indiferente todo lo que estuviera ocurriendo en la mesa del restaurante. Al rato volví a ella. Con Diego se nos ocurrió sumergir al supuesto axolotl en la bebida que yacía dentro de un vaso. El axolotl pasó a líquido y se disolvió con la bebida, mostrando su increíble anatomía.

EPÍLOGO
Se dice que los seres inorgánicos merodean continuamente nuestros sueños, y que a ratos los invaden. Los soñadores lúcidos tienen registros de criaturas asombrosas y desafiantes a toda lógica que al cabo de unos minutos de lucidez onírica suelen presentarse. En los sueños normales, no suele haber conciencia de que se está frente a un ser de otra dimensión o galaxia. Simplemente se transforman en un objeto más de nuestra curiosidad, y de nuestro desatino.



Salto Oriental, domingo, 1 de la tarde
Le pregunté a Walo por qué el axolotl se integraba a una forma tan arbitraria y rústica como la robótica, y todo lo que obtuve por respuesta fue que se hundiera debajo de la mesa en busca de su mochila. Al parecer se preparaba para disertar sobre el elemento frente a una comisión universitaria. Me mostró un listado de preguntas fantásticas y me convenció de que la mía se hallaba, sólo tal vez, mezclada con aquellas. Enseguida volvió a sacar el axolotl, que volvía del baño en la bebida, a la superficie, y me lo puso al alcance para que yo lo examinase. Sus ojos seguían allí. Su forma era como la de un tabletón esponjoso, en sus aristas persistía un amarillento color, contrastando con el azul original, que daba cuenta de la contaminación de la que había sido víctima. No me gustó, más bien dicho me molestó, que así fuera. Además, su original rectitud y perfección habían sido combadas.

OTRO EPÍLOGO
Hay otros horizontes. Infinitas posibilidades. Infinitos mundos.

viernes, junio 22, 2007

HAY UNA HORA EN QUE UN TESTIGO EMPIEZA A HABLAR

Yo, en 6 ó 7 años de brujería, quiero decir que ser brujo o bruja es actuar sabiendo una cosa* y que lo demás es ser persona normal. Eso, eso es lo que más se ha repetido y me ha salvado. Cuando escribo esto me acuerdo del sueño burocrático en que recorro mil oficinas de un antiguo edificio de la universidad (no el nuevo) buscando que me aprueben el último teológico para salir de allí. Siempre estoy buscando cómo salir y antes pensaba que tenía que terminar la universidad para ser libre, y se me quedó pegada esa idea y ahora la veo en los sueños. Descubrí que ser libre es estar conciente de nuestra particular situación en este mundo (o en un mundo en general) y por eso toda mi vida y mis sueños es una pelea para ser libre. Estoy luchando por salir de la universidad. Me encanta la sensación de libertad, que me llega algunos días cuando he podido romper la frontera que me limita siempre volviéndome estúpido, pero yo quiero ser libre por mucho más que esa sensación, quiero ser libre por lo que significa en el panorama total de nuestro destino*.






*que vamos a moriiiiiir.

jueves, junio 21, 2007

El que habla no sabe

Hoy todo está tranquilo. Anoche me acosté pensando en que hoy iba a caminar por el park en la mañana y que iba a ser muy bacán eso. La ciudad con sus pozas y los edificios con esa luz especial, y todo iba a estar bien con una sensación bacán en la guata autoproducida por el yoga y por el soñar.

No pensé en nada más. Hoy hice exactamente eso y fue increíble. En el camino pensé que soy brujo y que ya no hay nada que hacer, que es como una represa que está cediendo.

lunes, junio 18, 2007

Pura Lujuria

El movimiento es desde la cabeza al riñón, no al revés como alguna vez supuse.

Son como represas de agua que se van vaciando. Una idea en la cabeza rebasa la cabeza y se convierte en sensación, en el corazón (amor). El amor en el corazón rebasa el corazón y se convierte en principio de acción (energía) en el riñón. Esto no falla ni tiene otras acepciones. Son como compartimentos de agua que se van llenando y vaciando en un ciclo infinito.

Nunca he podido parar de pensar, amar y actuar. Creo que lo que necesito es saber cómo son las cosas. A veces he podido parar de pensar, pero solamente para amar. Claro, para amar se necesita suspender un poco el juicio. Otras veces he podido parar de amar, pero solamente para actuar. Claro, para actuar se necesita ser un poco malvado e indiferente.

Creo que lo que me interesa es saber cómo son las cosas, desde una perspectiva transversal.

viernes, junio 15, 2007

Mabel

Ayer hicimos yoga en el salón del segundo piso. Se escuchaban las campanillas de la puerta del primer piso. Al final de la clase, hice el ridículo porque me puse a hablar de las lámparas del techo. En realidad, yo no quería hablar de las lámparas del techo, pero la Mabel se puso a hablar y yo caí como en su trampa. Después la Mabel nos ofreció muebles y yo le dije que me trajera 2 sillones grandes, y parece que ella no entendió la talla. Pero es rara: más rato le ofrecimos pizza, y ella como que se fue llorando o haciendo como que lloraba. Lo que pasa es que no la conozco.

Pero pese a ello el otro día tuve el sueño más espectacular con ella. Yo había paseado mucho rato en sueños moviendo mi pura mirada. Después, aparecí en una pieza contigo y como que íbamos a mirar una película. La película era muy extraña: de repente la cámara enfocaba hacia un parte como el techo, mientras la acción quedaba fuera de foco y sólo se revelaba por el sonido. Yo traté de memorizar algunos detalles para hacer la película en la vida real, porque había cosas muy revolucionarias respecto a la forma tradicional de hacer cine. La cámara se movía de una forma ridícula. Yo estaba seguro que obedecía como a los caprichos de un espectador muy loco y lujurioso. Por ejemplo, en una la cámara se enfocaba en tí. Empezabas a hablar. Hablabas cosas muy chistosas, como si no te importara nada acerca de tí misma, igual un poco que la tú de la vida real. Primero decías un par de palabras muy impresionantes que yo luché por memorizar, y en un momento estaba seguro de que lo había logrado, y todavía creo que si hubiera despertado justo después hubiera podido anotarlas y no hubieran sido tan buenas a la larga, pero seguí soñando muchas más horas. Yo creo que un sueño de dos horas cabe en una fracción de segundo de la tierra, pero en fin.

La cosa es que Mabel dijo dos cosas y luego la cámara se movió un poco de manera muy revolucionara para lo que es el cine tradicional. Decías cosas como que hacías hamburguesas y que tus hamburguesas eran como desarmadas; te ponías a describir tus hamburguesas como con mucho humor y detalles. Además, estabas cubierta de joyas muy especiales, un collar que daba muchas vueltas y que pasaba por encima de tus pechos. De repente la cámara se enfocaba en estas joyas y se empezaba a acercar a tu cuerpo, tomando el collar y luego como en un plano rasante por tus pechos hacia tu cara, como si tu cuerpo fuera la Tierra. Y la cámara avanzaba y llegaba a tu cara y a tu sonrisa, y se te veía tu lunar y tu chasquilla y toda tu onda como media china.

miércoles, junio 13, 2007

Van goghs

Nosotros no somos exclavos de ningún mundo. Nosotros nos reímos de lus mundos. Nosotros nos reímos de los mundos dentro de mundos.

El ensueño es una maestría que también se conoce con el nombre de “el otro”.

El ensueño es un arte como la música o como el teatro o como el te-otro. Hay que actuar. Las obras de un ensoñador comienzan cuando en sus ensueños se mira sus manos. Luego no se sabe muy bien qué pasa y no hay registros, salvo una frase que se oye en los sueños: “solamente podemos empezar cosas…”

Una de las obras de un ensoñador, equiparable a una semicorchea o una semifusa, es despertar en otro sueño. =). O también es una obra tener el sueño en que se ve a una persona durmiendo, y esa persona resulta que es el ensoñador mismo.

La otra obra clásica son las imágenes que se transforman; imágenes visuales y auditivas. Como flores que pasan a toda velocidad y que se convierten en haces de luces semipreciosas. Canciones que mezclan el funk y el grunge o las quenas con las trompetas y pink floyd, y que se tocan una sola vez en el tiempo. Perros que hablan (un perro llamado Max). Ríos de varias corrientes alternas. Paisajes: el polo norte, el valle de la luna.

Son artistas anónimos, sin público posible, pero dedicados a su oficio. Verdaderos van-goghs de lo abstracto.

martes, junio 12, 2007

Otra de terrror: El perro negro

Esta es la historia de un perro negro más poderoso y más inteligente que la muerte. También es la historia de cómo yo llegué a ser dueño de ese perro durante algunos segundos. Y también, es la historia de la repetición de esos segundos, hasta el fin del mundo.

Llegué y estaba el perro encerrado en la bodega del patio. Me parecía cara conocida, o su presencia me era natural hasta el punto de poder considerarlo mío. Sabía, de todos modos, que no podía dejarlo escapar, o salir al patio, porque el perro se las ingeniaría para salir y darme la muerte más completa. Pero aun así, salí y me puse cerca del perro. Sólo una barrera de tablones nos separaba. Fui a apoyar un rastrillo contra la esquina del rancho y al apoyarlo supe que el perro había escapado. Inexplicablemente, también había un tigre por ahí, y sólo sirvió para que el perro se diera su primer banquete. Me fui a esconder detrás de la camioneta, la misma en que yo había llegado. Era grande, y el perro no se veía por ninguna parte. Supe que tenía que actuar: correr hacia la bodega y atraer al perro hacia ella; enseguida, salirme yo y dejarla cerrada para que el perro fuera un reo de nuevo. Lo hice, no sé bien cómo, pero en el transcurso de mis actos, inconmensurables y valientes actos, fui sintiendo que aquellos mismos grandiosos actos, iban a ser lamentablemente inútiles. Apenas hube cerrado la puerta el perro ya estaba afuera; corrí. Me metí dentro de la camioneta. El perro me mostraba sus fauces desde tras de la ventana. Luego yo encerré no sé bien cómo al perro dentro del auto. Era su perdición. Pero ya para entonces yo sabía que el perro era más inteligente que un perro normal. De hecho, sus recursos eran ilimitados. Abrir el pestillo no fue nada para él.

domingo, junio 10, 2007

Documento 1


Ya estoy listo para abandonar la tierra deliberadamente. Esto me recuerda a esto: un guerrero sabe que espera, y sabe lo que espera.

Reconozco que abandonaré la tierra aun sin deliberación previa. La deliberación sólo me ayudará a que todo sea más increíble.

Pasos:

  1. Despertar.
  2. Ataques sistemáticos a la razón.
  3. Fue necesario decirme algunos días, cada cierto tiempo, que la situación en que me hallaba envuelto en esos instantes estaba resultando, poco menos, más que excelente.
  4. Fue necesario decirme que esto no tiene ni la menor importancia.
  5. Fue necesario traer la totalidad de mi vida al presente, durante algunos días, esto es, una recapitulación instantánea reiterativa.
  6. Fue necesario ser simpático, esto es, ponerme por entero a escuchar a una persona. Traer toda mi vida mientras ella hablaba.
  7. Fue necesaria la frase: la totalidad de nosotros mismos sólo tiene una fracción de tiempo sobre esta tierra.
  8. Fue necesario soñar cosas locas (la avestruz, el cachorro de tigre, la canción de Faith No More, la búsqueda de la avestruz, la gas de bomba, la Silvana, la Celeste, el puente, el capitán y el barco, estar cagando con Cristian Concha, las estrellas y la lluvia de meteoritos pixeleados, la reunión familiar, Lucas saliendo por la ventana del avión, Lucas yendo a clases en avión, Vicente salvando a la Jose en el río, con la supuesta cuerda, la indiferencia de la Vale, la familia en el salón VIP, la oscuridad, el reflejo de Juanito Castillo parecido al Alfi, Vicente con la camiseta de Boca, el réclame de Vicente con la de Boca, la indiferencia de la Naty, la indiferencia de la Tere, la ciudad que olía a sexo (sexsmellville) y la insignia de los transformers, no haberse presentado a los de la casa de al fondo) y darme cuenta de un simple hecho: esos sueños eran visitar otros mundos, pero por pura cazuela. La única diferencia es que el ensueño lo mezcla con el elemento vivo de todo el universo: el intento. Por lo tanto, si la totalidad de nosotros mismos sólo tiene un pedazo de tiempo sobre esta tierra, yo voy a tratar de salir por mi propia cuenta. O voy a dejar que el súper viento me saque, pero yo voy a estar preparado en ese momento. Eso es brujería, brujería, yo digo.

Todo está en lo que uno acentúa. Los brujos acentúan las salidas. Uno sólo tiene un poco de atención. La vida moderna nos dice que no pongamos atención a las salidas. Yo puedo hacerlo.

viernes, junio 08, 2007

Manu se coloca el traje de Nostradamus

Hace algún tiempo escuché una conversación de pasillo en que se decía que estábamos pasando a la era de acuario, que todo se iba a colocar más abstracto, la Internet y sus mentiras. Quizás desaparezcan algunos recorridos avionísticos (rutas aéreas) y aparezcan nuevas ventanas, tipo páginas Web.

No me acuerdo bien dónde escuché la mencionada conversación, quizás no fue tan de pasillo, quizás fue en una página de Internet y yo la asimilé como algo que había oído mi oreja (mi oído). Quizás cuando leo blogs, hago que mi experiencia se parezca a estar escuchando de verdad a una persona, tengo mente (fantasmas) para generar algo así.

En resumen, quizá todos los efectos se transporten o asocien a nuevas causas. Lo que antes era la causa para un capricorniano, ya no va a ser necesariamente la causa para un acuariano y va a tender a desaparecer, la realidad va a ir tendiendo a desaparecer. Aparecerá una nueva realidad más acuario, más de impulso, más de diálogo que pueda ocurrir en la mente, como esas conversaciones en que estúpidamente nos metemos con nosotros mismos, en que conquistamos a la chica que queremos, pero no tan chanta.

Esto tiene alcances más profundos. El mundo que se construyó en la era anterior, o mejor dicho el proceso mismo de descubrimiento en cuanto tal, tiene características marcadamente capricornianas, como ser la exploración espacial, las expediciones marítimas, una cosa más bien fáctica. Para los acuarios, la exploración consiste en sondear las posibilidades más sutiles, las fuentes de energía, los cambios de viento, de época. Los descubrimientos en estos años van a tener características diferentes. La ciencia ya no será tan objetiva, o terráquea, va a ser más indisciplinada como el viento, y los descubrimientos que se hagan también van a tener que ser aceptados por todos. Va a haber más esperanza, como es clásico en los acuarianos. La esperanza va a ser algo tan clásico como mirarle el culo a una mina.

De todos modos lo que a mí más me estimula es la posibilidad de que desaparezcan pedazos de la tierra que hasta ahora son considerados como reales. Que algún témpano de la antártida caiga como en un agujero negro y ya no se tenga más acceso a esa parte, que una pirámide o algún tipo de ave ya no sea más contemplada por el consenso y entonces desaparezca de la faz de la tierra. En suma, me estimula la idea de que el mundo entero se mueva a una diferente clase de realidad. Que se armen nuevas figuras como el contacto en la Internet, y que todos las consideren reales o que las manipulen como si para ellos fueran la realidad misma. Que cambie nuestra percepción del tiempo, y del espacio, que cambien nuestras nociones más básicas, sin que nos demos cuenta.

Menos conversaciones y más e-mail, todo directo a la neurona sin tener que pasar por las avenidas clásicas, el cigarro en el balcón, o las fiestas de gala de los años 30, o las comidas familiares. Hoy en día la mente está relegada a un rol menor, su función es dialogar consigo misma, haciendo uso de un lenguaje ficticio, para luego volcar ese diálogo en la supuesta realidad, no imagina nada ni se deja fluir en lo fantástico.

Ya no habrá más viajes a la luna ni nada. Serán reemplazados por sexo virtual, excursiones a lo fantástico haciendo uso de drogas alucinógenas o de técnicas para examinar el contenido de los sueños.

Se respetará más lo que para el individuo es real, ya no habrá tanta corroboración o verificación con métodos antiguos. Se conquistará a través de la magia, de los juegos mentales, y se hablará normalmente de cosas como el viento que se agita en los sueños. Los ojos de la gente se volverán un poco más brillantes, sin necesidad de gotas para los ojos o de la ingesta de alcohol. Todo estará contaminado por el optimismo. Ya no intentaremos construir tantos edificios y casas, tantas familias e instituciones fiduciarias que se quedan acá. Estaremos más preocupados de construir nuestra persona, y de llevarla más allá de lo que nunca pudimos imaginar.

Esto tiene sus pros y sus contras.

jueves, junio 07, 2007

Correr & Saltar

Cuando mejor voy por la calle es cuando voy con toda mi vida, cuando no dejo ningún pedazo atrás. Cuando mejor me levanto es cuando digo que el día de hoy no tiene tanta importancia. Y cuando me pongo mejor las zapatillas es cuando pienso que todo esto no tiene ninguna importancia.

Con mi vida aglutinándose alrededor de mí, voy a salir por la ventana que da hacia el otro horizonte. Es correr y saltar.

Me siento como si mi vida fuera más que sólo mi paso por esta tierra y que de aquí al final voy a pasar por una sucesión de mundos. ¿Será posible? Que sólo la muerte sea un pasadizo a otra realidad. Si es así, la vida completa es sólo una eventualidad y estamos aquí de paso; quizás la vida no sea tan importante como pensamos. Quizás sólo sea una fracción de nuestro viaje y debamos tomarla como tal. No sé.

Quizá estemos diseñados para partir de acá. Quizás el cuento consiste en aceptar este diseño como nuestro verdadero destino, no lo sé.

miércoles, junio 06, 2007

Las Abenturas de Manu en Chile 2

Cuando a Chile llegué me dijeron: pasajeros en tránsito, por trabajos favor transitar por la vereda izquierda junto a los peatones. Yo, sin mentirle, me subí con mi bici, y me fui por entre los parquímetros hasta mi casa. En la reja el guardia me retó: “la bici puede entrar, usted no”. Me acuerdo que dijo “usted…”, luego miró hacia ambos lados con los ojos, moviendo las puras pupilas, y finalmente dijo “no”. Yo le hacía campanillear mis llaves frente a sus narices, que se asomaban por una suerte de ventana para los ojos. “Vivo en el 303”. “Usted no”, me retaba. Pensé que llevaba muchas horas tras esa ventanilla, mirando con sus puras pupilas en todas direcciones. La musculatura de sus ojos debía de estar bien afinada. Para terminar con el asunto, accedí a pasar la bici e irme. “Guárdemela debajo del trapero, donde cuelgo la ropa”, le pedí. No me entendió. Sabía que me iba a decir “usted no”, así que antes que me lo dijera me fui.

Seguía siendo un pasajero en tránsito en esa ciudad.

Así que no.

martes, junio 05, 2007

La energía femenina

Este era un libro extraño: terminada de leer la primera frase, que estaba más o menos a la mitad de la hoja, las letras que la habían compuesto se revolvían, peleaban, conversaban, mutaban, y aparecía una nueva frase completamente viva y distinta en donde estaba la otra. Uno trataba de decir “aquí dice tanto”, y en ese interlapsus las palabras se habían revuelto para decir otra cosa.

Convencido de que por ahí iba el chiste, se puso a leer indefinidamente la misma frase que nacía cada vez de las tinieblas. Ignorando el punto seguido y la frase que comenzaba más allá, comprobó con sorpresa que el argumento que brotaba de aquella payasera frase era bastante sabroso.

Se levantó. O mejor dicho, giró sobre su costado para quedar mirando hacia la puerta del camarote. La nave se movía. Al lado estaba el reloj con sus números rojos. Quiso ver la hora y notó presuroso que, de un modo similar a como ocurría con las letras del libro, los electrónicos garabatos del reloj (era un radioreloj) también se estaban reorganizando. Vio varias horas distintas e incluso palabras; también, una frase que reconoció de su trabajo y que le pareció chistosa.

Divertido, se dijo que ya era suficiente del gozoso asunto y se decidió a dejar, aunque fuera por unos segundos, una imagen fija en el reloj. Fue imposible. También lo intentó con el libro. Finalmente, decidió dormir.

En su sueño, escuchó un sonido sumamente claro y hermoso que venía de la almohada. Era como el canto de un pajarraco desaparecido del universo. Se preparó para, cuando volviera, agarrarlo, aunque sólo fuere colgándose de alguna manera del inquietante barbullo, y seguirlo. Tras unos instantes esto ocurrió. El hermoso campanear (como de grillos) se extendió por el vacío en que se había convertido la almohada.

Cerca estuvo de despertarse pero siguió. Flautas de madera, a su parecer, habían reemplazado en esta segunda escalada a los pájaros y grillos de momentos antes. Con una naturalidad extraña pero notable, extendió su mano en palma delante de sus ojos para decir alto. Al hacerlo, sintió que una fuerte presión, aparentemente de características desproporcionadas, abandonaba su cabeza.

Segundos después todo se detuvo. Se encontró mirando un cielo despejado y augural, circundado por las copas de algunos árboles azules, con su mano siempre extendida y en alto. Sabía, por ejemplo, que aquello era un sueño, y sentía, con mucho desenfado, que estaba en su camarote acostado mirando un cielo que sólo existía en sueños.

Luego el cielo se hizo el techo del camarote y volvió a dormirse. Cuarenta y cinco minutos después despertó sintiéndose con bastante energía.

lunes, junio 04, 2007

Morelliana del Morelia

+No tiene sentido trabajar. No tiene sentido porque te transformas en un ser extremadamente eficiente en las relaciones. Hablas por teléfono con precisión telefónica. Aquello sobre lo que se aplica tu técnica de darlo todo por sentado es justamente la materia de los sueños, lo irrefrenable. Pero tú lo das por sentado. No tiene sentido trabajar en esa área.

Ya no hay pega en esa área.

En donde sí hay pega es en el área ultramundana. Es decir, aquello que queda fuera del alcance de este texto. Dicen que tarde o temprano te transformas en tus sueños. No es metáfora, porque, que el mundo que abandonas cuando te quedas dormido tenga que ser el mismo en el que luego te despiertas, es sólo un requerimiento de la mente empresarial. Eso no es necesariamente necesario para un brukjo.

El insecto a mitad de camino

Tuve que tomar una micro en Temuco para bajarme cerca de la ufro porque tenía que ir a la casa de seba peralta. Por mala cuea se me había borrado la dirección precisa de la mano. La otra vez, para llegar donde el seba peralta tuve que subirme a una especie de juego de fantasilandia y bajarme al otro extremo para después seguir por un sendero ultra bacán…

Luces y luciérnagas en la noche me conducen por un sendero de una persona de capacidad en dirección a la casa de seba peralta. Yo no más conozco el camino y llevo las noticias de la civilización a donde se reúnen mis amigos. Pero no todos son mis amigos, hay mucha gente en esa casa, cerca de 200 personas y los eventos que se realizan son de lo más extraños para explicar.

Continuará…

Próximo capítulo: la lección de vuelo.

viernes, junio 01, 2007

Zarvangázana al borde del Abismo

Zarbangázana (la vela) al borde del avismo

Ayer estaba haciendo la vela al borde de un abismo
cuando me acordé que tenía que ser.
Sólo queda una opción: ser una excelente persona.
Y que quede demostrado.
Porque si no quién
va a hacer la vela al borde del abismo?
De nada sirve sentir
si lo que vale es actuar
y mientras se actúa
las sensaciones van quedando atrás.
Es extraño cuando
la chica de Portishead dice
que le va a dar su corazón a las otras chicas
para que jueguen con él.