miércoles, junio 06, 2007

Las Abenturas de Manu en Chile 2

Cuando a Chile llegué me dijeron: pasajeros en tránsito, por trabajos favor transitar por la vereda izquierda junto a los peatones. Yo, sin mentirle, me subí con mi bici, y me fui por entre los parquímetros hasta mi casa. En la reja el guardia me retó: “la bici puede entrar, usted no”. Me acuerdo que dijo “usted…”, luego miró hacia ambos lados con los ojos, moviendo las puras pupilas, y finalmente dijo “no”. Yo le hacía campanillear mis llaves frente a sus narices, que se asomaban por una suerte de ventana para los ojos. “Vivo en el 303”. “Usted no”, me retaba. Pensé que llevaba muchas horas tras esa ventanilla, mirando con sus puras pupilas en todas direcciones. La musculatura de sus ojos debía de estar bien afinada. Para terminar con el asunto, accedí a pasar la bici e irme. “Guárdemela debajo del trapero, donde cuelgo la ropa”, le pedí. No me entendió. Sabía que me iba a decir “usted no”, así que antes que me lo dijera me fui.

Seguía siendo un pasajero en tránsito en esa ciudad.

Así que no.