lunes, julio 31, 2006

LA BATALLA DEL TOPIAX, fragmento

Esto es de cuando yo repartía pizzas en el mar. Me iba pedaleando por toda la costanera, buscando a mi aliado en la distancia y en las olas pequeñas. Una vez toqué la puerta en un departamento de viña y me abrió un ex-compañero de curso. Yo andaba con la chaquetilla azul con rojo de la empresa que no voy a involucrar. Cuando me vio, me hizo pasar con cuática. Adentro estaba todo, pero todo pasando. Había ambiente y había yerba en el ambiente. El departamento era eterno para atrás, y estaba lleno de gente. Las pizzas eran para los cerca de 300 comensales, con razón eran cuatrocientas pizzas. Yo me las había traído con la fuerza de la galaxia. Cuando las dejé encima de la mesa, la torre llegaba hasta más arriba del techo, cosa rara en este tipo de edificaciones.

-Y qué te habías hecho.
-He estado trabajando harto en esto de las pizzas. Me gusta.
-Pero pasa que te presento unos amigos.
-No mejor que sean unas amigas.

Y me llevó a un grupo de renacuajos liderados por un sapo gigante. Eran un grupito cerrado en un círculo debajo de una lamparita de pie apoyada en la pared.

-Manu, el ensoñador número 2.
-Eso fue hace tiempo.
-¿En serio?
-Hola, Manu.
-Hola, como están.
-No te creo. Tiempo que no se te había visto, Manu.
-Tantas lunas.
-No tantas, no tantas.
-Ahora reparte pizzas.
-Tanto como repartir, no.
-¿De verdad eres el número 2?
-Soy el número 40.

En eso una suerte de explosión tuvo lugar en el departamento. Una nube de gases reventó y un sapo verde, acompañado de una mandarina blanca, salieron disparados rumbo a las habitaciones. El departamento consistía en una sala gigantesca y un pasillo oscuro y desenfrenado. A ese pasillo se me iban los ojos no sé con qué causa. El sapo verde gigantesco que me había dicho lo de las tantas lunas, me pesca por el pescuezo y me lleva a una mesa de vapores. Allí hay de todo, bichos diminutos como enanos con pinzas y cucharones bailoteando en un mantel para nada desmantelado, como hechos una furia, y pequeñeces del porte de un estadio de gnomos, adentro del estadio de gnomos, un concurso de pequeña hechizería. El sapo gordo toma unas trompetas y las sopla. Veo, con espanto, que de la trompeta sale una manguera que se va a meter en una parte del muro y se lleva el sonido lejos.

-Así que tú eres el número dos.
-Sí pero me gusta bajarme el rango.
-La elegancia de nosotros, los guerreros águilas.
-No te veo muy águila.
-Sabia observación, Manu. Estás hablando con un ensoñador de los antiguos. Pero no tengo poderes.
-Lástima.
-Sí, lástima. Pero dime, a qué vienes a este departamentito pequeño.
-Te voy a decir la verdad. Vine a traer unas pizzas.
-Y qué sabes tú de las estrellas.
-Nada, que son inobservables.
-Has estado fuera mucho tiempo, Manu.
-Y puedo llevarme un grillo para la casa?

Pero los ojos se me van como sombras a un pepito grillo que revoloteaba en la mesa, al lado de unas poncheras con sangre gelatinosa. Me acerqué con la cabeza a escuchar qué decía.

-Llévame a mí mejor. Te puedo decir un par de secretos.
-Tienes cara de lagartija.
-Es que soy grillo por conveniencia. Tú sabes, los poderes de los grillos.
-Créeme que no tengo idea de qué me estás hablando.
-Llévame y te puedo dar una explicacioncilla.
-Creo que no tengo ganas de llevarme a nadie.
-De verdad eres flojonazo.
-Qué sabes tú de mí?
-Bueno, algo.

Pero en eso me estaba hablando también el sapo gordo. Al parecer, yo le estaba diciendo a todo que sí, porque iba embalado y envalentonado. Y yo le preguntaba cosas.

-Y de los acechadores, quién es el primero?
-Los acechadores también tienen su ranking, pero mantienen en secreto no sólo el ranking, sino también la existencia del ranking.
-Es obvio, puesto que el acecho es una práctica confidencial.
-Es confidencial y no. Verás, al igual que en el ensueño, en el acecho está todo permitido.
-Yo te puedo decir, por ejemplo, que ya sé que me estás contando todo esto porque quieres refrescarme la memoria.
-Así es. Tú todo esto ya lo sabes. Pero pregúntame otra cosa.
-Quién es el ensoñador número uno.
-Jajajajajaja. Eres vivo, Manu.
-Cierto. Eso sólo lo sabe el número 2. Quiere decir que todavía no me han superado.
-El ensoñador número uno es sánchez.
-Cierto. Yo creé a sánchez.
-Pero bueno, sánchez eres tú, no?

Al sapo gordo se le estaban reventando los botones de la camisa. Tenía en la mano derecha un báculo como de rey de alguna isla, y los labios regordetes de sapo se le iban hinchando a medida que hablaba conmigo y se reía de no sé qué cosa, porque yo no estaba ahí para divertirlo ni nada, pero él se la gozaba con mis aseveraciones. Me iba acordando de mi extraño poder. También al sapo se le hinchaban los goznes con el soplido de las trompetas que sin cesar efectuaba, y yo sentía lástima por el vecino recóndito que tenía que escuchar los resoplidos del súper sapo. Me fui deambulando hasta sentarme en unas súper butacas, como en la periferia de un grupillo que hablaba de rock melódico y tuk*.

-Agárrate es lo mejor.
-Agárrate no existe.
-Cuernos, cómo dices eso.
-Es que te prometo que nunca los he escuchado.
-Pero están en la atomósfera dos, por todos los cielos.
-De qué atomósfera dos, qué cielos.
-No tengo idea como la llamas tú.
-Yo no la llamo nada.
-A ver pero pónganse de acuerdo. Están muy enfermos.
-O muy poco enfermos. Acá está la atomósfera cuatro porsiacaso.
-Déjame verla.
-Toma, pero con cuidado.
-No te pares acá.
-Pero es lo mejor agárrate.

Changos, estaba metido en una charla de ensoñadores materialistas, me estaba acordando de todo y necesitaba salir lejos. Por otro lado, la visión de la atomósfera dos me llenaba de curiosidad, de una curiosidad que estaba guardada en una cápsula de mi mente. Pero ya estaba adoptando el discurso materialista. Veía cómo le pasaban la cajita al agárrate. Yo había compuesto parte de esa música en los segundos viajes. Pero cómo enfrentarme a esa cajita de madera, con cuatro puertas a los costados, una para entrar, otra para salir, otra para viajar, otra para descansar y dormir en paz. El diseño de karón, el perro loco o perro from me, toda esa carátula diseñada por mis ojos enfermos de tanta luz, tanta luz en el día, tanta luz nocturna. Los diseños del logotipo de las pizzas, cuando recién partía la empresa, buscando un nicho en el litoral central. Las formas que iban apareciendo y que me sacaban de quicio y al mismo tiempo, me sanaban o yo creía que me sanaban. Agárrate, conchetumadre.

-Esta es la atomósfera dos? Pensaba que era un árbol.
-Atomósfera dos o atomósfera cuatro. Qué te parece?
-Me parece excelente.
-Jajajajaja. Eres tan burdo.
-Es decir no me parece nada. Ya había estado aquí muchas veces.
-Pues bueno esto que escuchas es agárrate.
-Está vacilón agárrate.
-Falta mucho todavía. Después se pone funk.
-Bueno pues te creo. Aquí tienes tu árbol.

De momento, se me olvidaba todo y me ponía a pensar "pero qué árbol", y en seguida me acordaba un poco de algo y luego volvía a olvidar la película y decía "están así a causa de aquél árbol", y me daban ganas de tomar uno de esos frutos melancólicos y echármelo a la boca. Pero ellos disfrutaban de su sombra. Era sólo la sombra la que los hacía escuchar esa música. Por otra parte, si yo no me concentraba en la música, desaparecía de mis oidos. Así tal cual.

* "wevadas"

viernes, julio 28, 2006

azul, violeta, yoga de los ojos, transmutación.

Este blog no ha sido una transferencia sin sentido. A mí me ha ayudado. Gracias a todos por comentar. Pero yo quiero devolverles la mano. Saben, a mí ayudar me parece un acto imposible, pero puede ser sobrio. Si puede ser sobrio, entonces allá voy. Voy a enseñarles el yoga de los ojos.

Va por el camino de dejarse de mirar así nomás. En todo hay una técnica. El yoga de los ojos es para los chicos y para las chicas. Los chicos viven mirando hacia afuera, es decir no se miran nunca. Pues ahora vamos a mirarnos. Es fácil, miren cualquier cosa, pero no la vean con los ojos. Mírense los ojos: allí dentro está reflejada la cosa que están viendo, patas arriba. Miren el sol. Ustedes no saben, pero en sus pupilas brilla el sol. Están absorbiendo luz. Mírense las pupilas absorbiendo luz. Miren los pájaros aletear en grupo. Mírense los ojos cómo miran a los pájaros aletear en grupo. Descansen. Es hora de transportarse un poco.
Vamos a hacer como pánico, vamos a hacer el viaje al centro de la mente. Sus ojos siguen mirando normalmente. Pero ustedes se van al centro de vuestras mentes. Pueden imaginarse que se van al centro de sus cráneos, a convivir con su conciencia más profunda. Desde allí, piensen un segundo. Piensen en lo que ustedes quieran. Entonces pónganse a hacer algo, pero cuidado que el secreto está en no dejar de pensar. Seguimos pensando en nuestra idea favorita mientras hacemos lo que estamos haciendo. El hacer no nos interrumpe en nuestro pensar. Podemos pensar horas y horas en esta historia que estamos imaginando y no dejamos de hacer lo que tenemos que hacer. Estamos en piloto automático, y mientras tanto vemos televisión. Han pasado eternidades, verdad? Ahora fíjense. Van a mirar lo que están viendo sus propios ojos. Lo que van a ver es el mundo mirado a través de sus ojos, pero no se desgasten en ver. Sigan adentro, en el centro de la mente. Sus ojos están mirando por cuenta propia. Y ustedes, desde adentro, se pasean por lo que sus ojos están mirando. Solamente sean testigos de lo que sus ojos ven. Paseen la vista por las cosas, si quieren. Investiguen. Pero no vean a propósito. Estamos en piloto automático. Estamos atestiguando todo desde el centro de la mente. Ahora fíjense.
Vamos a mirar por el rabillo del ojo. Para mirar por el rabillo del ojo no es necesario mirar de reojo. Miren hacia el frente, mientras caminan. Van caminando y mirando hacia el frente, pero van concentrados en lo que pasa en los alrededores. Van concentrados en lo que pasa a su izquierda, pero no miran a su izquierda. Miran hacia el frente. Todo el sector a su izquierda es un campo normal de visión, sólo que no es el frente. No se toma en cuenta nunca lo que está a la izquierda, pero igual se puede ver. Lo que está a la derecha. Nunca nos fijamos en lo que está a la derecha, pero igual podemos fijarnos. Nuestro campo de visión abarca 180 grados. Caminen con los ojos al frente, pero fijándose en lo que pasa tanto en la izquierda como en la derecha. Allí también hay cosas. Sombras que pasan. Chicas que pasan. Se las puede ver por ese sector. El mundo es redondo. Hay un amplio espectro de visión. Ahora fíjense chicas.
Ustedes no necesitan hacer lo anterior. No necesitan mirarse a sí mismas, ustedes viven en ese estado. Ustedes descubrieron que son el universo. Ustedes se ven bonitas. Son bonitas. Son el fiel reflejo de ustedes mismas. Ustedes miran pero se están mirando cómo miran. No necesitan hacer lo que hicieron los chicos. Qué les voy a enseñar. Todavía no lo sé.
Ya sé. Dejen de mirarse a ustedes mismas. Dejen de ser el centro de todo. Hagan como los chicos. Miren hacia afuera. Vean lo que está afuera, vean el mundo. Vean el mundo sin ustedes. Olvídense que son ustedes las que están mirando. Miren las cosas. Miren intensamente las cosas. Hagan el viaje al centro de la mente. Ustedes viven en el centro de la mente. Miren hacia afuera, desde el centro de la mente. No se sientan miradas por un instante. Miren lo que está afuera. No es parte de ustedes, lo que está afuera. Tiene necesidades diferentes. No son las necesidades de ustedes. Quédense en el centro de la mente. Miren cómo sus ojos miran las cosas. Fíjense en el sentido de la vista. Es un regalo hermoso. Ahora fíjense.
Apoyen sus ojos en el fondo de los ojos. Apóyenlos. Ya basta de tenerlos suspendidos por tanto tiempo. Déjenlos descansar, acuéstenlos. Acuéstenlos en las camas que están en el fondo de los ojos. Sientan la cara oculta de sus ojos. El lado oscuro de la luna, la zona que nunca ve la luz. Allí se guardan los resplandores más extraños. Allí es de algodón. Sientan el peso de sus ojos. Sientan lo que cuesta tenerlos siempre arriba, siempre de pie. Acuéstenlos. Desde la cara oscura de sus ojos, conéctense consigo mismas. Para ustedes esto es lo más fácil del mundo. Pero yo les pido que lo hagan concientemente. Conéctense con esa sensación en la base de los ojos. Paseen los ojos por las cosas, gírenlos de arriba abajo, de izquierda a derecha. Y sientan cómo sus ojos tienen energía, cómo son esferas de energía, cómo la energía se acumula en las camas de los ojos. Dejen de leer y hagan eso. Giren los ojos y sientan la energía en el fondo de sus ojos. Sientan que esa energía baja hasta su paladar, hasta su cuello. Ahora bien.

Olvídense de todo esto y miren normalmente. La vida se hizo no para controlarla, sino para dejarla fluir con mínimo control. Los ojos se hicieron para ser nosotros mismos, y no para andar jugando y bromeando. Dejen que sus ojos hagan lo que quieran, miren como sea preciso mirar, ellos saben mucho más que yo. Lo que yo he dicho son juegos, pero sus ojos son reales. Ellos sí que saben ejercitarse correctamente.

Una última sugerencia para los que son ensoñadores. Ensoñadores son los que tienen mucha facilidad para soñar y no se despiertan. Al cerrar los ojos en la noche, calmen sus pensamientos. Sepan que ustedes son mucho más que los pensamientos. Hay por lo menos cuatro centros aparte de la mente. Somos un ser total. Bueno, al parar los pensamientos, ustedes saben que se ven imágenes. Flores, nubes. La sugerencia que les hago es: permítanse mirar estas flores y nubes muy de cerca. Permítanse examinarlas como si fueran científicos al microscopio. Permítanse hacer zoom, permítanse mirar como si estuviesen mirando un punto muy cercano a sus ojos. Dejen que sus ojos quieran mirar de cerca. Elijan un punto, o dejen que sus ojos elijan un punto y váyanse a ese punto, pero váyanse volando, y empiecen a mirarlo con gran detalle. Su superficie, sus detalles cercanos, su íntima forma. Amíwense de esa forma. Permitan que sus ojos se acerquen mucho a esa cosa. Mantengan los pensamientos calmos. No hay nada que pensar. Las imágenes se irán volviendo muy estrambóticas. Encuentren la belleza en las imágenes.
No se permitan pensar. No se dejen guiar por el miedo. Déjense fluir, devánense en los monstruos que están apareciendo. Sientan que algo muy raro pasa, pero no lo racionalicen. Quédense como están, con la mente en completo silencio, y con sus imágenes predilectas apareciendo. No traten de moverse. Muévanse con los ojos. Viajen con sus ojos, todo con los ojos. Es que están haciendo el viaje al interior del sueño, una entrada limpia en el paraíso de los sueños.

Buenas noches amiwos.

miércoles, julio 26, 2006

La batalla del topia, segunda parte

Escenas del capítulo anterior... "El sueño de Colomba"
Pensé que podría interesarles esto. El ser se conquista desde el no-ser. Estoy en un estado de vacío mental. Era cosa que yo viera a alguien hacerlo, y jodo lo hizo. En medio de la conversación, puso los ojos de una forma especial. Así estoy yo ahora, le copié, acostado sobre mi costado derecho, tapado hasta el cuello, el costado izquierdo mirando hacia el cielo. Me invaden imágenes de flores terribles.

(Aquí va una flor)

(Aquí va otra flor)

Segunda parte... "La estrategia de un guerrero"

Un mapa del campo de batalla:




Es algo interno y externo. Es algo externo, pero sutilmente interno. Voy a enfrentarme al enemigo que he estado esperando toda mi vida. Concientemente, hace 5 años. Su nombre es sánchez.
Antiguamente lo conocí como djkéchov. Hoy se sacó esa máscara. Estuve con él en mi pequeño reducto. Sus propios amigos lo echaron al agua. Hoy nos encontraremos de nuevo, en el mismo reducto. El patio de mi infancia espera en la casa de temuco . Antenoche, yo fui victorioso. Nadé entre las matas y los troncos, como si fuera el fondo del océano en mi mente. Hoy, el triunfador deberá ser el espíritu inconciente, el intento.


Mi estrategia será cantar hung up:


Time goes by... so slowly, time goes by...

Sánchez tendrá 3 opciones. Cantar strawberry fields. En ese caso estoy muerto.

Let me take you down, 'cause I'm going to...

Morderme la cabeza y no soltarme. Estoy perdido.

Quedarse pasmado y yo también. Tengo una chance.



Con mi viejo nos vinimos cantando. Quiero mucho a mi viejo sin darme cuenta ni siquiera en este momento. Yo tocaba el piano y él cantaba. En los versos, yo agarraba la guitarra, en el coro, me ponía a tocar el piano con una sola mano, luego soltaba la guitarra y empezaba a tocar el piano con las dos manos. El sonido de una sola mano es el sonido del piano.
Estos son los acontecimientos recientes. No hay más que decir. El desafío está planteado. El futuro está escrito en sueños. Al caminar por la calle, de repente veo a sánchez. Es una bolsa de basura en el camino al lado de un árbol, o es un medidor de agua en una casa a un costado, que parece perro, pero se oculta. Bueno, chau a todos. Que madonna me traiga de vuelta.

(Aquí va otra mandonna)


·transmutación·

martes, julio 25, 2006

lunes, julio 24, 2006

la entrevista do jodoro₪sky

Pude tomar nota de todo lo que decía jodorowsky, pero no sé dónde quedaron las notas. En la cocina no estaban. Abrí los veladores. Me daba la sensación de que las había guardado hace mucho tiempo. Después seguí mis pasos por la casa. En todas las partes echaba una revisadita. Al lado del teléfono. Metía las manos entremedio de los cojines de los sillones, sólo para sacarlas con el aliento de otra dimensión. Luego metí mis manos de nuevo para saludar a los seres de esas latitudes.
En el supermercado me di cuenta que tenía la mano verde, cuando sacaba una cajita de leche con chocolate del estante y me miraba el arco de la mano izquierda. Me conté los dedos y tenía cinco. Pero de inmediato, aunque tenía cinco, me fui a esconder al pasillo de los chocolates y miraba la contundente oferta. Entre mirada y mirada me miraba la mano escondida en el bolsillo del sweater: seguía verde. Luego la saqué y se le fueron las sombras, entonces me dirigí a la caja a pagar. Casualmente no llevaba nada, puesto que la leche con chocolate la había abandonado en un estante cualquiera, por ejemplo el de los cereales kellog's, en mi frenesí sangriento. No importaba, no importaba volver a la casa con las manos vacías, así que me fui.
En la casa encontré las notas. Pero no eran como me acordaba que eran. Por ejemplo, yo buscaba una hoja de cuaderno viejo, y lo que encontré era más como una hoja de carta doblada en dos. Mi cerebro sugirió que era una broma sangrienta, pero ya era suficiente con lo sangriento. Por ejemplo, yo me acordaba que en una parte la palabra clave era "yo quiero". Al releerlas, me di cuenta que era "yo puedo".

Con mi cuerpo, yo puedo vivir.
Con mi libido, yo puedo crear.
Con mi corazón, yo puedo amar.
Con mi mente, yo puedo ser.

Y a continuación, inmediatamente después, lo siguiente:

Con mi mente, yo puedo ser.
Con mi corazón, yo puedo amar.
Con mi libido, yo puedo crear.
Con mi cuerpo, yo puedo vivir.

Estas posibilidades me llenaron de un instinto sangriento. Me dirigí a mi cama y caí en ella de bruces. Como nunca apago la radio de mi pieza, me encontré cantando una melodía azulina. Yo cantaba la parte del bajo. Tunn. Ésa era mi parte. Entretanto, me repetía las frases del yo puedo.

Hasta ayer, yo estaba en la reñaca habitando mi mente. Hoy en la mañanita, me levanté pensando que un guerrero recorre el mundo. Bajé por la bajadita y me encontré con el mar que por última vez veré. He visto. Luego, mientras caminaba, me acordé de las tardes interminables, de los juegos de dominó suicida, de las caras de todos y de cómo, entre broma y broma, nos acercábamos a la mejor definición de conciencia: acordarse.
Me acordé de algo que yo quiero hacer y no puedo. Yo quiero ver energía. Por extraño que parezca, la energía a la que yo aspiro no estaba en el mar, ni en el mar y el cielo juntos, ni en el mar y valparaíso y el cielo juntos, sino dentro. Es una cosa difícil de explicar, a lo mejor en la mañanita... Yo quería llegar a ver la entrevista de jodorowsky.
Por primera vez en mi vida soy un peregrino. Otras frases de jodorowsky, y que están anotadas en el papel que cambia, fueron "el océano es inmenso". "Ven a comerte una carbonada! Yo te lavo los calcetines! (esto se lo decía violeta a don jodo)". "Era acontecimiento". Hay otras. Vale la pena que las ponga, si todo desaparecerá(?)
Tengo que llegar hasta la marca con la figurita abstracta, para que lean lo de radiohead. No sé si quiero escribir tanto. Hay un koan que tengo que resolver en sueños. Tengo que tardarme eternidades para poder resolverlo finalmente. Tengo que botar murallas en sueños, como mi viejo. Chocó con todo contra un estante de libros. Yo lo vi. Y no pude contener la risa, es decir, mi cuerpo sufre ataques de risa de cuando en cuando.
Ahora tengo un vaso y mi cepillo de dientes adentro. Al lado, está mi animal predilecto: el elefante. Mi animal de poder. En estas circunstancies, tengo que pensar que estoy en el baño, en la casa de temuco, sin poder llegar al lavamanos porque tengo cinco años. Tengo que pensar en abstracto. Tengo que llenar un cuaderno con todas las posibilidades. Por ejemplo, esta mañana me levanté en la isla de reñaca y tomé mi bicicleta y bajé por la cuesta hasta llegar al mar. Por ejemplo, esta mañana me levanté y en la casa había un lobo marino. Lo esquivé sin despertarlo y salí de la casa inmediatamente al mar. Todo eso hice. Por ejemplo, tomé la micro 1 y me bajé en la plaza. De ahí caminé hasta el terminal de buses y tomé el bus de las 8.
Ver a don jodo fue como una revelación porque me di cuenta de una cosa: todavía está vivo. Nicanor Parra, vivo. Y sin embargo los 3 somos mortales, es decir no somos en absoluto inmortales. Estas ideas bellas desaparecerán, la barca que atraviesa el océano inmenso, hasta "la muerte supersónica" va a morir. Es como demasiado, y sin embargo cuando vi los pájaros aletear en el cielo esta mañana, en el terminal de buses, pensé que las montañas eran sobrias. El universo es sobrio. La muerte es la cosa más sobria. Nada de halagos, sin florituras. Saco una rebanada de energía abstracta. La lleno con agua hirviente que flota en el vacío de la casa.
La pongo debajo de la almohada. Cuando me acuesto, está en mis pies. Cuando cierro los ojos, la tinta verde fosforescente aflora en las paredes. En el sueño, la barca de mi mente es atravesada por olas que vienen del infinito. El infinito me llama a través de estas inmensas olas. Pero de repente, entre todo eso me acuerdo del koan. Ha llegado el momento de resolverlo, de una vez por todas.

Este es el sonido de dos manos (aplausos). Cuál es el sonido de una mano.


jueves, julio 20, 2006

7

Hubo una época de mi vida en que yo tomaba mucho vino. Miraba la carátula de Don Toco en el pupitre del supermercado. Don Coco me decía a mí mismo.

Hubo otra época de mi vida en que fumaba muchos...... Y reptaba por el pasillo tomando notas.

Y todavía otra época de mi vida en que andaba mucho en....... Ustedes saben. Y así quedé.


Desde que leí que hace mal acostarse con copete (Jodorowsky) y que las plantas de poder son sólo para remecer un poco los cimientos, hasta que se destruyen (Juan Matus), decidí no seguir más allá. No por ese camino. De esto van 3 días y contando. Enfoqué todas mis energías en enchular el blog. Ahora que hablo, lo desenchulo lamentablemente. Pero tengo que hablar.

Estas son unas páginas de las notas que yo tomaba reptando (no es broma): estaba sobre mi mesa un ejemplar del Incal. Justamente que yo había estado pugnando por leer esa obra. Ahora estaba ahí, y lo olvidaba. Me enfrascaba en una conversación que sacaba al Incal de mi espectro.
Era un ser inorgánico de nombre DJKÉCHOV, el que me hablaba. Yo no podía sacarlo de mi ámbito. Aunque lo que veía no era más que su silueta, oscurecida a causa de la ventana que estaba más allá y que prometía una tormenta.
De repente me daba la sensación de estar sentado en una banca, frente a un árbol, y mirando las cosas embadurnarse del espíritu inorgánico. Era una banca estratégicamente oculta por aquel árbol. Pero no. Estábamos en la casa de no sé quién, tomándonos unos tragos con el papá de este personajillo y mirando por la ventana. Ahí está la "Gatúbela", decía este viejo. Entonces yo repetía lo de Gatúbela, y con el otro viejo (que era el papá de mi amigo) nos mirábamos y nos daba una risa como de niños. Era un viejo cualquiera, pero yo lo había hecho tan feliz con mi ocurrencia, que creí que mi vejez no iba a ser para nada mala.
Tirado en la banca, me puse a pensar en los amigos que estaban más allá, en el pasto, rolando mota y jugando con ese perro. Me acordé de cuando no tenía nada más que hacer que...mosquitos! Mosquitos formando una nube. De repente se disiparon. Las hojas se suicidaban (otoño), y venían a caer a mi ombligo. A estas alturas yo ya estaba tirado en la banca, como (según creo) ya dije.

Bueno, esas son las notas. Se puede ver que estaba loco. Pero de nacimiento. Y ahora, no lo estoy menos. En realidad, toda mi vida he sido la misma fractura, sólo que cada vez van cambiando las frases y los acentos. Se terminaron, quiero decir, se mantienen las caminatas por el centro, y las bicicletadas por dentro y fuera de mi casa, y toda la idea general de simpleza.
Sigo yendo a ese almacén siniestro en la mitad de la calle Irarrázabal ( de una Irarrázabal que va de norte a sur), y allí el viejo me cobra 150 pesos de no sé qué arreglo que hicieron los maestros, y otras cuarenta lucas de la camioneta que está enchulada. Y yo le pregunto: ¿pero la camioneta está enchulada?
Y esos son mis sueños.
Saludos a DJKÉCHOV, que hace tiempo que no lo veo: quédate así, no molestes.

martes, julio 18, 2006

CHÈJOV

Oye Soledad
Dime Manuel
Te puedo hacer una consultad
A ver
Si mereces saber


Es mejor ser perro Manuel Chèjov, que ser Manuel Marín que ladra. Sabiduría del destino no muerde.


No por mucho Amélie Poulain y Juan Gaviota madrugar coinciden en una cosa, amanece. Ninguno escribe los momentos amargos más temprano.


domingo, julio 16, 2006

SUEÑOS

Mañanas heladas. Música. Sueños difusos, sin embargo no confusos. Vuelvo a buscar mis pantalones que dejé en una carretera lejana, mojados y arrugados a causa de mi reciente aventura en el agua, justo va pasando juanito en el auto, me subo atrás, un viaje normal.
Voy a Inglaterra y están los monos que partieron con esto. Tienen una rutina de esperar en la orilla a que vengan las olas del mar y luego corren. Me sumo a ellos. Hay distintas posibilidades. Cerca del muelle las olas son más lentas. En el puesto que ocupa generalmente el segundo mono las olas son veloces y hay que correr más rápido de lo que uno se pueda imaginar. Los monos son falsos, son disfraces.
Una vez la chica me regaló un cranium y yo dejé pasar muchas horas y me fui a la casa sin el cranium. Antes de que se acabe el sol, tengo que llevármelo. Es tan fácil vivir en consecuencia, pero tan difícil. Estoy influenciado por el sonido veloz y rápido del amelie soundtrack. Esta es música de bikla, esta es música de árboles pasando.
A las alturas anoche. En la bikla, el cielo de oriente. Pensamientos rápidos, mientras doblo por callecitas. El ensueño es aprender a querer mucho todo lo que es tuyo. Todas tus ilusiones. Incluido el mundo. Incluido ese trozo de cielo azul oscuro, más allá del cual no hay esta vida. Armonizo con mis amigos al estar de vuelta en mi casa. Me dedico a volar bajo.
Sueños ingenuos. Estoy en el piso de la cocina, entran los chicos y chicas pánico. Manu te presento a lea. Ya la conozco, en serio. La conocí hace un par de sueños, esta misma mañana. Vamos a la pieza y jugamos a las cartas. Vemos tele con los chicos pánico y lea. Lea me oculta los ojos.

viernes, julio 14, 2006

TRISTEÇA

Lo de las posiciones gemelas no era tanda, cabros. Tengo un mundo guardado en mi intento, es el patio de la casa donde vivía en temuco, tengo una planta con hojas grandes, una hora como de atardecer, una luna en el cielo directamente encimita de mi cabeza, y un cielo medio azulino y ganas de mixionar en la tierra. Lo de las posiciones gemelas no era tanda.
Al despertar en el interior del sueño, lo que hago es acostarme de nuevo donde me pillé, lo que hago es angustiarme profundamente ante el hecho de que esta vida no sea más que un puto sueño, y entonces refugiarme en los brazos del sueño, otra vez, por segunda vez, y hundo mi cabeza en el silloncito que tengo justo delante o esa cama tridimensional que no sé de dónde la saqué pero es grande y espaciosa y tiene monos y me quedo dormido de nuevo o más bien como que trasciendo sin dificultades al ensueño. Me paro y estoy en un mundo de intento, bueno, todos los mundos son de intento.
Ayer andaba osado y me puse a gritar, primero tímidamente, con mi dedito meñique apuntando las cosas y gritaba quiero ver energíaa, y me salía como una voz que raspaba mi garganta, hasta que después más valiente me lanzaba unos medios gritos, intentoooooo, y como que mi grito se pasaba al terreno de lo inmaterial y me resonaban unos ecos tipo pato yáñez cuando daba los réclames del mundial, cuando le ponían audio como de estadio como al final, así me sonaba a mí la cosa. Quiero ver energíaaa y mi voz era como con un megáfono en otra parte, lejos, que llegaba hasta acá, y ni pensaba haber energía en mis ensueños o tal vez sí había pero no eran como átomos refulgentes de luz conciente de sí misma, sino como figuras geométricas, como lego o sea yo no soy tan abstracto, soy abstracto geométrico y no abstracto espiritual, veía las cosas como transformarse en figuras elementales, cubos, óvalos, a la marlén olivarí que estaba por ahí la veía como embalsamarse, pero no sé de dónde saqué la idea de ver a la marlén olivarí.
Lo mejor de todo fue cuando estaba en un doble mundo, o sea un mundo dentro de otro mundo de ensueño, con la percepción súper firme, y llegué a la calle grande porque venía de vuelta de la caminata por el centro y en la calle grande, me di cuenta que tenía que doblar y doblé un poco tarde y en el callejón aparecieron los miles de dealers de droga, eran infinitos giles que me hablaban, seres inorgánicos por supuesto, que me ofrecían cuestiones y me salían al camino, y eran miles sólo hasta que yo decía que no a todo y eran 3 o cuatro, y se quedaban calladitos y yo pasaba entre los patos malos con el supremo poder, con la indiferencia plástica, y después llegaba a unos jardines buenos. Lo mismo tuve que hacer con mis amigos, me seguían por la playa mientras yo me enfilaba hacia una cuesta para caminar solo, y me acompañaban y me decían que, en el fondo que estuviera con ellos, que eran mis amigos y yo los rechazaba con mucha rabia que me quedaba en la boca cuando ellos por fin se iban después de que yo le decía al mono "me chupa la pija tú y tus plantas". Es triste esta vida.