viernes, julio 28, 2006

azul, violeta, yoga de los ojos, transmutación.

Este blog no ha sido una transferencia sin sentido. A mí me ha ayudado. Gracias a todos por comentar. Pero yo quiero devolverles la mano. Saben, a mí ayudar me parece un acto imposible, pero puede ser sobrio. Si puede ser sobrio, entonces allá voy. Voy a enseñarles el yoga de los ojos.

Va por el camino de dejarse de mirar así nomás. En todo hay una técnica. El yoga de los ojos es para los chicos y para las chicas. Los chicos viven mirando hacia afuera, es decir no se miran nunca. Pues ahora vamos a mirarnos. Es fácil, miren cualquier cosa, pero no la vean con los ojos. Mírense los ojos: allí dentro está reflejada la cosa que están viendo, patas arriba. Miren el sol. Ustedes no saben, pero en sus pupilas brilla el sol. Están absorbiendo luz. Mírense las pupilas absorbiendo luz. Miren los pájaros aletear en grupo. Mírense los ojos cómo miran a los pájaros aletear en grupo. Descansen. Es hora de transportarse un poco.
Vamos a hacer como pánico, vamos a hacer el viaje al centro de la mente. Sus ojos siguen mirando normalmente. Pero ustedes se van al centro de vuestras mentes. Pueden imaginarse que se van al centro de sus cráneos, a convivir con su conciencia más profunda. Desde allí, piensen un segundo. Piensen en lo que ustedes quieran. Entonces pónganse a hacer algo, pero cuidado que el secreto está en no dejar de pensar. Seguimos pensando en nuestra idea favorita mientras hacemos lo que estamos haciendo. El hacer no nos interrumpe en nuestro pensar. Podemos pensar horas y horas en esta historia que estamos imaginando y no dejamos de hacer lo que tenemos que hacer. Estamos en piloto automático, y mientras tanto vemos televisión. Han pasado eternidades, verdad? Ahora fíjense. Van a mirar lo que están viendo sus propios ojos. Lo que van a ver es el mundo mirado a través de sus ojos, pero no se desgasten en ver. Sigan adentro, en el centro de la mente. Sus ojos están mirando por cuenta propia. Y ustedes, desde adentro, se pasean por lo que sus ojos están mirando. Solamente sean testigos de lo que sus ojos ven. Paseen la vista por las cosas, si quieren. Investiguen. Pero no vean a propósito. Estamos en piloto automático. Estamos atestiguando todo desde el centro de la mente. Ahora fíjense.
Vamos a mirar por el rabillo del ojo. Para mirar por el rabillo del ojo no es necesario mirar de reojo. Miren hacia el frente, mientras caminan. Van caminando y mirando hacia el frente, pero van concentrados en lo que pasa en los alrededores. Van concentrados en lo que pasa a su izquierda, pero no miran a su izquierda. Miran hacia el frente. Todo el sector a su izquierda es un campo normal de visión, sólo que no es el frente. No se toma en cuenta nunca lo que está a la izquierda, pero igual se puede ver. Lo que está a la derecha. Nunca nos fijamos en lo que está a la derecha, pero igual podemos fijarnos. Nuestro campo de visión abarca 180 grados. Caminen con los ojos al frente, pero fijándose en lo que pasa tanto en la izquierda como en la derecha. Allí también hay cosas. Sombras que pasan. Chicas que pasan. Se las puede ver por ese sector. El mundo es redondo. Hay un amplio espectro de visión. Ahora fíjense chicas.
Ustedes no necesitan hacer lo anterior. No necesitan mirarse a sí mismas, ustedes viven en ese estado. Ustedes descubrieron que son el universo. Ustedes se ven bonitas. Son bonitas. Son el fiel reflejo de ustedes mismas. Ustedes miran pero se están mirando cómo miran. No necesitan hacer lo que hicieron los chicos. Qué les voy a enseñar. Todavía no lo sé.
Ya sé. Dejen de mirarse a ustedes mismas. Dejen de ser el centro de todo. Hagan como los chicos. Miren hacia afuera. Vean lo que está afuera, vean el mundo. Vean el mundo sin ustedes. Olvídense que son ustedes las que están mirando. Miren las cosas. Miren intensamente las cosas. Hagan el viaje al centro de la mente. Ustedes viven en el centro de la mente. Miren hacia afuera, desde el centro de la mente. No se sientan miradas por un instante. Miren lo que está afuera. No es parte de ustedes, lo que está afuera. Tiene necesidades diferentes. No son las necesidades de ustedes. Quédense en el centro de la mente. Miren cómo sus ojos miran las cosas. Fíjense en el sentido de la vista. Es un regalo hermoso. Ahora fíjense.
Apoyen sus ojos en el fondo de los ojos. Apóyenlos. Ya basta de tenerlos suspendidos por tanto tiempo. Déjenlos descansar, acuéstenlos. Acuéstenlos en las camas que están en el fondo de los ojos. Sientan la cara oculta de sus ojos. El lado oscuro de la luna, la zona que nunca ve la luz. Allí se guardan los resplandores más extraños. Allí es de algodón. Sientan el peso de sus ojos. Sientan lo que cuesta tenerlos siempre arriba, siempre de pie. Acuéstenlos. Desde la cara oscura de sus ojos, conéctense consigo mismas. Para ustedes esto es lo más fácil del mundo. Pero yo les pido que lo hagan concientemente. Conéctense con esa sensación en la base de los ojos. Paseen los ojos por las cosas, gírenlos de arriba abajo, de izquierda a derecha. Y sientan cómo sus ojos tienen energía, cómo son esferas de energía, cómo la energía se acumula en las camas de los ojos. Dejen de leer y hagan eso. Giren los ojos y sientan la energía en el fondo de sus ojos. Sientan que esa energía baja hasta su paladar, hasta su cuello. Ahora bien.

Olvídense de todo esto y miren normalmente. La vida se hizo no para controlarla, sino para dejarla fluir con mínimo control. Los ojos se hicieron para ser nosotros mismos, y no para andar jugando y bromeando. Dejen que sus ojos hagan lo que quieran, miren como sea preciso mirar, ellos saben mucho más que yo. Lo que yo he dicho son juegos, pero sus ojos son reales. Ellos sí que saben ejercitarse correctamente.

Una última sugerencia para los que son ensoñadores. Ensoñadores son los que tienen mucha facilidad para soñar y no se despiertan. Al cerrar los ojos en la noche, calmen sus pensamientos. Sepan que ustedes son mucho más que los pensamientos. Hay por lo menos cuatro centros aparte de la mente. Somos un ser total. Bueno, al parar los pensamientos, ustedes saben que se ven imágenes. Flores, nubes. La sugerencia que les hago es: permítanse mirar estas flores y nubes muy de cerca. Permítanse examinarlas como si fueran científicos al microscopio. Permítanse hacer zoom, permítanse mirar como si estuviesen mirando un punto muy cercano a sus ojos. Dejen que sus ojos quieran mirar de cerca. Elijan un punto, o dejen que sus ojos elijan un punto y váyanse a ese punto, pero váyanse volando, y empiecen a mirarlo con gran detalle. Su superficie, sus detalles cercanos, su íntima forma. Amíwense de esa forma. Permitan que sus ojos se acerquen mucho a esa cosa. Mantengan los pensamientos calmos. No hay nada que pensar. Las imágenes se irán volviendo muy estrambóticas. Encuentren la belleza en las imágenes.
No se permitan pensar. No se dejen guiar por el miedo. Déjense fluir, devánense en los monstruos que están apareciendo. Sientan que algo muy raro pasa, pero no lo racionalicen. Quédense como están, con la mente en completo silencio, y con sus imágenes predilectas apareciendo. No traten de moverse. Muévanse con los ojos. Viajen con sus ojos, todo con los ojos. Es que están haciendo el viaje al interior del sueño, una entrada limpia en el paraíso de los sueños.

Buenas noches amiwos.