viernes, julio 14, 2006

TRISTEÇA

Lo de las posiciones gemelas no era tanda, cabros. Tengo un mundo guardado en mi intento, es el patio de la casa donde vivía en temuco, tengo una planta con hojas grandes, una hora como de atardecer, una luna en el cielo directamente encimita de mi cabeza, y un cielo medio azulino y ganas de mixionar en la tierra. Lo de las posiciones gemelas no era tanda.
Al despertar en el interior del sueño, lo que hago es acostarme de nuevo donde me pillé, lo que hago es angustiarme profundamente ante el hecho de que esta vida no sea más que un puto sueño, y entonces refugiarme en los brazos del sueño, otra vez, por segunda vez, y hundo mi cabeza en el silloncito que tengo justo delante o esa cama tridimensional que no sé de dónde la saqué pero es grande y espaciosa y tiene monos y me quedo dormido de nuevo o más bien como que trasciendo sin dificultades al ensueño. Me paro y estoy en un mundo de intento, bueno, todos los mundos son de intento.
Ayer andaba osado y me puse a gritar, primero tímidamente, con mi dedito meñique apuntando las cosas y gritaba quiero ver energíaa, y me salía como una voz que raspaba mi garganta, hasta que después más valiente me lanzaba unos medios gritos, intentoooooo, y como que mi grito se pasaba al terreno de lo inmaterial y me resonaban unos ecos tipo pato yáñez cuando daba los réclames del mundial, cuando le ponían audio como de estadio como al final, así me sonaba a mí la cosa. Quiero ver energíaaa y mi voz era como con un megáfono en otra parte, lejos, que llegaba hasta acá, y ni pensaba haber energía en mis ensueños o tal vez sí había pero no eran como átomos refulgentes de luz conciente de sí misma, sino como figuras geométricas, como lego o sea yo no soy tan abstracto, soy abstracto geométrico y no abstracto espiritual, veía las cosas como transformarse en figuras elementales, cubos, óvalos, a la marlén olivarí que estaba por ahí la veía como embalsamarse, pero no sé de dónde saqué la idea de ver a la marlén olivarí.
Lo mejor de todo fue cuando estaba en un doble mundo, o sea un mundo dentro de otro mundo de ensueño, con la percepción súper firme, y llegué a la calle grande porque venía de vuelta de la caminata por el centro y en la calle grande, me di cuenta que tenía que doblar y doblé un poco tarde y en el callejón aparecieron los miles de dealers de droga, eran infinitos giles que me hablaban, seres inorgánicos por supuesto, que me ofrecían cuestiones y me salían al camino, y eran miles sólo hasta que yo decía que no a todo y eran 3 o cuatro, y se quedaban calladitos y yo pasaba entre los patos malos con el supremo poder, con la indiferencia plástica, y después llegaba a unos jardines buenos. Lo mismo tuve que hacer con mis amigos, me seguían por la playa mientras yo me enfilaba hacia una cuesta para caminar solo, y me acompañaban y me decían que, en el fondo que estuviera con ellos, que eran mis amigos y yo los rechazaba con mucha rabia que me quedaba en la boca cuando ellos por fin se iban después de que yo le decía al mono "me chupa la pija tú y tus plantas". Es triste esta vida.