martes, agosto 15, 2006

EL PUNTO DE ENCAJE

Quien abra este blog en sueños, corre peligro de sonreír.
El soñador de este sitio se adecuará bien a 1 de estas cuatro flores.
La voz que se lo comunique deberá ser rica en acentos españolísimos.
Como un españolete de la península que rápidamente quiere saber.
Ella, la soñadora, no se lo dirá todo, puesto que no sabe mentir.
Por lo tanto tampoco sabrá confundir al gallego y su voz hidropónica.
Ella, la soñadora, viajará sola con su voz por estos párrafos.
Y observará las cuatro flores a través de los sonidos que ellas en sus oídos producen.
La idea es cortar con los párpados la flor que elijan.
Recogerla del suelo atmosférico.
Y llevársela lejos a sus respectivas piezas.
El soñador despertará de este sueño con una idea fija.
Plantará la flor en el macetero que está encimita de la cómoda.
Al lado de los portarretratos, abajito del espejo.
No se convencerá fácilmente, pero lo hará a falta de otra ocupación.
Además le parecerá muy rara la aparición de ese macetero.
Si el espejo es lo bastante grande, podrá perforarlo con su cuerpo.
Entrará en una nueva realidad onírica, totalmente fantástica.
Su desafío será volver a la tierra.
Se recomienda guardar energías para después.
La soñadora preparará la almohada y las sábanas para un feliz retorno.
Como buena madre e hija.
Mientras el soñador se pierde por las callejuelas de la Internet.
Retrocediendo cada vez más en el tiempo.
Y tirando toda la carne a la parrilla como suponemos que será.
Al despertar, todavía no estará en su mundo.
Tampoco es el mundo de la soñadora probablemente.
Pero se tendrán el uno al otro, algo es algo.
Una definición de brujería: pensar en el futuro, sabiendo que no existe.
Muchas gracias y felices despertares.