martes, junio 28, 2016

La vida debe estar llena de decisiones irreversibles para que valga la pena. Las decisiones reversibles, que desde luego son indecisiones, nos llenan de tedio y aburrimiento y así no se puede vivir. Para sentir que estamos haciendo algo con nuestras vidas tenemos que quemar las naves. No se puede vivir con las naves ancladas, amarradas.