Continúa el chiste más largo de todos los tiempos. Manu estaba frente a su computador con los ojos cerrados. Para puro molestarlo fui con unos papeles y le pregunté qué pensaba de ellos. Manu tomó los papeles y los ordenó, enseguida comenzó a leerlos. Parecía querer darme una respuesta lo más rápida posible, para luego continuar con lo que estaba haciendo.
Yo le había pasado un cúmulo de papeles al azar, de hecho los había recogido de la bandeja de papel para reciclar; Manu parecía estar encontrando una relación entre las páginas. Me asomé por encima de su hombro a ver si de verdad tenían algún sentido. Pero comprobé que Manu había ordenado las páginas alternándolas, una hoja al derecho y la otra al revés, de suerte que hoja por medio las palabras estaban invertidas. Miré a Manu como diciendo `qué chucha, Manu.'
Manu tenía los ojos cerrados.
--Eureka --dijo abriéndolos.
Yo le había pasado un cúmulo de papeles al azar, de hecho los había recogido de la bandeja de papel para reciclar; Manu parecía estar encontrando una relación entre las páginas. Me asomé por encima de su hombro a ver si de verdad tenían algún sentido. Pero comprobé que Manu había ordenado las páginas alternándolas, una hoja al derecho y la otra al revés, de suerte que hoja por medio las palabras estaban invertidas. Miré a Manu como diciendo `qué chucha, Manu.'
Manu tenía los ojos cerrados.
--Eureka --dijo abriéndolos.
