martes, enero 30, 2007

Fantalisandia

Ayer soñando llegué a la conclusión de que somos como playmobils.

Tengo una colección gigante de playmobils guardada en una estación de metro que no pienso saber cuál es. Adentro de una lamparita hecha a base de tubos fluorescentes; son todos el mismo play, azul con blanco, proyectado “infinitas” veces en una suerte de paleomundo giratorio, como una esfera. Y ese único play solitario no existe.

Como sea, después me salí de la lámpara, volando, y vi la gente en la estación, moviéndose en todas direcciones. Me concentré en una baranda para saber si era real y como la vi media sucia y gastada, decidí que quería aterrizar y probar andar en 2 patas. Me agarré de la baranda y bajé, y cuando me vi poniendo las zapatillas en un peldaño de la escalera, después de toda una siniestra demostración de vuelo pájaro, lo único que se me ocurrió decirle al burgués viejo que venía caminando de frente hacia mí, fue: “vengo llegando”.

Era una excusa; pero no le importó. Me costaba caminar después de haber volado tanto y sentía que el cuerpo se me iba a escapar. Bajé los 5 ó 6 peldaños que me faltaban con un solo paso y me puse a caminar. Caminaba con los brazos como carpas infladas por el viento o como globo, a duras penas tratando de mantener el cuerpo ligado al suelo, y claramente me veía ridículo al lado de mis similares que caminaban normalmente, pero caminé de buena gana. Y me fijé en una niña que iba de la mano y que también caminaba chistoso, me dieron ganas de hacerme amigo y desperté.