miércoles, abril 01, 2009

jamonciales se autoinvoca

Weón estábamos en el carrete más descuadrado del siglo
mi despedida o cumpleaños en mi casa
el Dada aceptó quedar encerrado en la cocina
al otro día cuando despertó vio las cosas
yo me quedé a dormir en la sala de estar
la mesa de centro toda revuelta de drogas y cosas
el Dada cuando apareció vio que habíamos ocupado su platito como cenicero
y dijo no es pa eso
yo le pedí disculpas
en francés
y me dijo que eso no se hacía nunca
había como dos errores más que el dada denunció
le pregunté cómo había dormido
dijo que más o menos con una sonrisa
yo después constaté
en la cocina no le dejamos ni una frazadita nada
al final yo volvía como a Sonda
pero estaba todo remodelado
estábamos en esas intalaciones nuevas desconocidas que veo siempre
en que uno entra como a una sala especial
una sala esporádica
todo esto estaba en mi mente
como algo que necesitaba que pasara
entré y estaba el carlos leiva
tratando de explicarles el ATT a dos weones locos
estaba el daniel Q
haciendo preguntas choras
como para cerciorarse de que cachaba el mote
y los demás le decían sí buena pregunta sí
sí daniel Q
algo como pluguear y pleyear
y después el carlos leiva me pedía a mí
que estaba ahí como por encanto
y que tenía como poco tiempo
que explicara el ATT en la pizarra
y yo me puse a hacer unos monos con plumón azul sobre fondo negro
después con plumón rojo para que se me entendiera
me tenían en calidad de visita
era bacán para mí
después como que varias cosas salieron mal
y retrocedí en el tiempo para no seguir por ese camino
el problema es que nosotros le hacemos caso a la razón
y la razón no siempre se tiene a sí misma
dice cosas para su conveniencia
como por ejemplo esto es imposible
y la verdad es que no es imposible
no es imposible no es imposible

la otra parte es filete
es en un departamento de dos por dos
ubicado no sé dónde
tal vez en una metrópoli sudamericana
por ejemplo sao paulo
estoy en una pieza chica haciendo barbaridades
es gente que todavía no conozco
cuando de repente entra la nacha
y se pone a pintar en una tela
que acabamos de terminar
además de simpática pinta bacán
me cae demasiado bien
se lo hago saber
me dice no sólo eso podríamos hasta
culiar?
termino yo
sí me contesta ella
pero no lo consumamos

luego estamos con el mono y con el iván
por las calles de esta misma ciudad
nos escondemos de no sé qué
de la luz del sol
estamos en el centro histórico
por la vereda de la avenida más grande
los edificios son como fábricas
decidimos que vamos a entrar a nuestra picá
que queda en el piso octavo
pasamos la recepción, pero
en la otra pieza están nuestros amigos portugueses
y nos ponemos a traficar mota con ellos
el mono se pone
y deposita sobre la mesa sus existencias
el iván se va probablemente a culiar al piso 8
yo me quedo al lado del mono observando
salgo y vuelvo a entrar
hay demasiada yerba sobre la mesa
el mono está en su salza
el portugués pregunta cuánto me vas a regalar
el mono dice que no tiene mucha
pero mira su mota y es demasiada
y no tardan en reír todos alegres
hacen una mezcolanza de mota de varios tipos
y se llevan cada uno una porción
el otro portugués analiza la mercancía chilena
se pregunta si será como la otra vez
el mono le dice uff
en ese momento me decido
a subir al piso 8 a carretear
voy en un ascensor con más gente
todos joyas o eso parece
pero el ascensor se detiene en el piso 2 y nos echan
ya no hay carrete
entonces yo hago una fuerza descomunal
y me teletransporto al piso octavo automáticamente

en el piso 8 no hay mucha onda parece
no al menos
en el piso 8 en donde yo estoy
es sólo una habitación pequeñita
y por la ventana se ve nada menos
que toda la ciudad
y es incomparable
cuando bajo a contarle todo esto al iván
él me dice que estuvo en el piso 16
y yo me cago de la risa
y le digo claro
tu siempre me superai hasta me doblai
y nos da risa
y con eso se termina el cuento
y vuelve a comenzar mi carrete de despedida
soy feliz circulando entre estas arbitrariedades
me las repito todas las noches yo creo
ya es hora de parar