Soy la rueda que sigue girando
despuês de la catâstrofe.
El faro que sigue girando
y alumbrando
despuês de que todos los barcos
han naufragado.
Soy el desafiante de la muerte,
la espada en la mano del ûltimo poeta
que se encontrô sin saber cômo
en medio de la noche.
Los poetas no saben cômo manipular la espada,
hay que ensenyarles.
Un poeta necesita cortar unas cuantas cabezas
si quiere surgir
y vender.
Pero lo que necesita por encima de todo
es reîrse de sî mismo.
despuês de la catâstrofe.
El faro que sigue girando
y alumbrando
despuês de que todos los barcos
han naufragado.
Soy el desafiante de la muerte,
la espada en la mano del ûltimo poeta
que se encontrô sin saber cômo
en medio de la noche.
Los poetas no saben cômo manipular la espada,
hay que ensenyarles.
Un poeta necesita cortar unas cuantas cabezas
si quiere surgir
y vender.
Pero lo que necesita por encima de todo
es reîrse de sî mismo.