viernes, diciembre 17, 2010

se puede vivir mejor

las cosas están cambiando en mí, pero no sé si para bien o para mal; peor, no sé si son cambios superficiales o cosméticos o blablabla...

está cambiando la velocidad con la que intento volver de algún lado cuando termina el sueño, cuando empieza el día: me he dado cuenta que hacia el final de la noche los sueños se tratan de tomar un tren, de guardar todas mis cosas en una mochila, de no poder encontrar pasajes para el bus o de no poder encontrar un camino en la oscuridad.

Anoche y algunas otras noches de la última época la cosa ha sido más calmada, controlo el proceso en el que viajo, los sueños están cambiando, estoy soñando cosas nuevas. Lo que pasa es que estuve años de años, 25 años, soñando las mismas cosas.

Pero los cambios en la vida de los sueños o en la vida de las cosas palpables son sólo cosméticos, de ahí viene mi preocupación más grande, de no estarle sacando todo el provecho a la vida, de no estar cambiando en serio. El cambio en serio vendría de cotejar los dos universos y sacar un verso que se cuele entre los dos, un verso con los ojos.

El hecho de no escribir nada o de no decir me hace antipoeta, anti, por ahí parece que está la clave

anti...