sábado, abril 20, 2013

con calma

lo que tienen en común nietszche y castaneda en particular respecto del eterno retorno y la recapitulación es que ambos proponen que la vida ya ocurrió y que todo lo que hacemos ahora es repetirla. Para nietzsche los hechos se comienzan a repetir invariables una vez que todas las posibilidades materiales se han agotado en el infinito transcurrir del tiempo; para castaneda la integralidad de la vida es rememorada en el último segundo y entonces puede ser que no estemos viviendo los hechos sino tan solo rememorándolos, en todo caso es igual. Pese a lo descabellado de estas propuestas, ellas resultan útiles desde el punto de vista ético y desde el momento en que ayudan a arrojar mayor luz sobre el espanto que significa estar viviendo. How absurd is to be anything at all, dicen por ahí y tienen razón.




Hay que saber que la existencia está compuesta íntegramente de comandos y que todas nuestras pulsiones vienen desde afuera, desde el origen más ignoto, desde el principio de los tiempos si se quiere. Hay que hacer una diferencia pedagógica entre el ego o la conciencia básica, animal, y la conciencia más profunda que nos conecta con hechos nefastos que ocurren u ocurrieron en otra esfera sumamente inimaginable. Hay pulsiones o comandos que nos llevan a abrir los ojos por la mañana, a buscar comida, a perpetuar la especie a través del intercambio sexual; estar concientes de aquello nos permite darnos cuenta rápidamente que somos animales, productos biológicos que juegan un juego en el reducto de lo natural. Otras pulsiones sin embargo nos llevan a suponer o a augurar un juego mayor, un juego en otras laderas; laderas que escapan al corriente conocimiento de la biología y de la ciencia moderna, o de la conciencia animal de la cual siempre podemos hacer uso. Juego que tiene que ver con el ciclo rotundo de la vida y de la muerte, el cual no se justifica mediante ningún conocimiento de los procesos biológicos que intervienen o en los cuales dicho ciclo se verifica (al menos no se entiende cuál es la finalidad de una rueda que gira eternamente, salvo que se trate de una espiral; pero estos son delirios matemáticos, alejados de lo cierto.) El asunto es que tiene que haber una razón para que nazcan criaturas y la noche dé paso al día y las estaciones se sucedan para que brote la semilla y otras cosas.

La conciencia alta se puede dar cuenta que hay una causa especial y que esta causa modera muchas de nuestras acciones a un nivel profundo y la forma en que entendemos finalmente la existencia. Aplicando esta sencilla idea podemos llegar a observar que día a día, segundo a segundo, tomamos decisiones que nos parecen evidentes pero que en realidad están forzadas y no tendríamos por qué haberlas tomado. Por ejemplo, una de estas decisiones consiste en aceptar que la vida está dividida en pasado, presente y futuro y que tal orden es inalterable. O que nuestra vida deba formar un continuo, es decir que un rumor deba permanecer constante en el flujo del río. Lo que aceptamos como premisa y como ley no tiene por qué ser necesariamente así. Una gran energía se libera al desobedecer estas "normas". Me voy a comprar desayuno.