martes, febrero 10, 2015

Un ejemplo de fraude

Ese día en Pirque había sido difícil, un día difícil aunque no se sabía por qué. Sol, piscina, familia, ni una nube en el horizonte y sin embargo a las tres de la tarde yo tenía la sensación de que la vida, estar vivo era lo más difícil que me había tocado enfrentar. Pude abrirme paso hacia la noche y hallarme de improviso sentado a la mesa, afuera, bajo las estrellas, entre un primo y una prima, bajo los árboles. Sauces, alerces y otros, debajo de cuyas hojas colgantes estábamos nosotros celebrando la vida imposible. Corrían las botellas de vino y las bandejas de ensalada de un extremo a otro de la mesa, por aquí y por allá; sonaba el timbre y yo me levantaba a abrir. Era Rodolfo, mi amigo personal, y venía terneado de pies a cabeza. Mi primo Lucas, que también estaba ahí --- aunque envuelto en otras actividades --- también estaba terneado y eso me convertía a mí en el menos elegante de la casa en ese instante. Dije que mi polera era Calvin Klein; dije que mis pantalones eran Adidas. Dije que mi tenida era más cara que las de ellos dos. Pero estaba mintiendo y se me notaba, porque tardaba mucho en decir las marcas... tenía que buscar la palabra en mi mente y no estaba precisamente en mis cabales, que yo recuerde.