lunes, marzo 09, 2015

Aquí no vive nadie

La conciencia es más profunda de lo que Moe lo hace parecer. Moe lo hace parecer todo tan fácil, todo miel sobre hojuelas. Me llamó el otro día. (Y al final uno anda como con los ojos cerrados.)

"Manu," me dijo, "tú tienes que probar el crack."

"Aquí no vive ningún Manu," le dije, y le corté.

Pero le faltaba drama a la historia. Mi hermana era adicta al crack. Estaban todas las condiciones dadas, y yo finalmente probé la mierda. Tenía todos los ojos de la fiesta puestos en mí. Me oí reír con una risa falsa. Me vi a mí mismo riéndome en una fogata, sin emitir ningún ruido pero adelgazando la rajadura de mis ojos hasta el infinito.

He perdido el interés en todo. No es grave.

Hasta que mi amiga L. publicó en F. una foto de un L.P.T.M. (Lucy, Facebook, Lomito palta tomate mayo) y al lado del lomito estaba el tazón de los Beatles que yo le regalé. Entonces de improviso yo estaba sonriendo para ella, imaginándomela del otro lado de la ventana del bus.

"¿Viste Boyhood? Yo sí, la encontré mala. Es malísima en realidad. Pero el personaje de Ethan Hawk hace un compilado de los Beatles después que se separaron, con canciones de Paul, John, etc., mezcladas. Yo lo estuve escuchando, porque está en I. (Internet). Y no es tan bueno, en realidad; es medio complejo, no es como los Beatles. Lo bueno de los Beatles es que era simple, era pop; pero no era cualquier pop. Era psicodélico, pop psicodélico."

Qué bacán son las canciones. Qué buena es la música. Cuando empieza una canción que te gusta, ese momento no se compara con nada. Reconocer una canción es como echarse tierra a los ojos, pero todo lo contrario. Y llevarte a épocas extrañas, a momentos que tú ni siquiera sabías que habías vivido. Y a otros que sí sabías: una canción revive el momento en que se escuchó bajo las circunstancias adecuadas. Revive el verano de 1998. Revive la suerte de estar vivo.