Antes de estudiar el zen, las montañas son montañas y los ríos son ríos. Mientras se estudia el zen, las montañas dejan de ser montañas y los ríos dejan de ser ríos. Y una vez que se alcanza la iluminación, las montañas son montañas y los ríos son ríos de nuevo.
Entonces, de qué sirve estudiar el zen.
Queremos entender por qué. Queremos saber por qué pasan las cosas, por qué funcionan los acertijos zen. Cómo es que mediante el conocimiento se alcanza la inocencia.
Hay cosas imposibles de entender. El estudio de esos misterios insolubles es el zen. Caer en la cuenta de que son insolubles esos misterios, de que ni siquiera el zen puede resolverlos, es la iluminación, mi chiquillo.
La iluminación se alcanza cuando te aburres del zen, cuando te aburres de intentar entender.
Esto es poesía para adolescentes dramáticos.
Entonces, de qué sirve estudiar el zen.
Queremos entender por qué. Queremos saber por qué pasan las cosas, por qué funcionan los acertijos zen. Cómo es que mediante el conocimiento se alcanza la inocencia.
Hay cosas imposibles de entender. El estudio de esos misterios insolubles es el zen. Caer en la cuenta de que son insolubles esos misterios, de que ni siquiera el zen puede resolverlos, es la iluminación, mi chiquillo.
La iluminación se alcanza cuando te aburres del zen, cuando te aburres de intentar entender.
Esto es poesía para adolescentes dramáticos.