el experimento tuvo éxito
y para llevarlo a cabo
sólo tuve que sacrificar la propia vida
abandonar cada año a mis amigos
cambiarme de casa varias veces
quedar como chaleco de mono frente a los colegas
y finalmente llegó el día
en que no sé cómo sentí o supe
que nadie en el mundo
en ese instante
estaba por alguna razón o por otra
pensando en mí
(ya se habían olvidado de lo que pasamos)
salvo yo
epílogo: fui el último en cancelarme
y desde entonces vivo como los dioses
el polvo es poco como metáfora de mí