yo no podía ir más allá porque había un león
parecido al primo malvado de mufasa
el asunto es el siguiente
yo estaba paseando por la orilla del río
un niño venía volviendo de aguas abajo y venía asustado
le dije por qué tanto
me indicó con su dedo a este león maligno
no sé para qué le pones tanto color
dije y remonté la pequeña cuesta que separaba la ribera
del resto del paisaje
el león era efectivamente como el primo malvado de mufasa
y estaba suelto
no me pareció tanto como para asustarme
estar a pocos metros de un león suelto en la pradera
en eso la tierra se empezó a abrir como en un terremoto
y tuve que dar un paso para franquear el abismo
pude haberlo saltado
para darle un elemento cinematográfico al cuento
pero no era necesario
un paso común y corriente bastaba y eso hice
acto seguido pasé al lado del león
y subí la pequeña pendiente en dirección a la cueva
por allí venía gente que yo conocía
y por la que tengo gran aprecio
pero me hice el huevón para no saludarlos
adentro de la cueva me pasó lo mismo
pero tuve que ignorar a mi familia
y a 3 de mis sobrinos predilectos
iba caminando codo a codo con seres que no eran de esta tierra
sino que se camuflaban en los atuendos de mis familiares
yo no quería romper el encanto
mira que tan tranquilo me dijo uno de ellos
vas caminando con dos de los engendros del infierno
más que su tono
lo que me molestó fue que supiera mi secreto
tranquilidad ante todo
y le increpé que no tenía derecho
y que iba a dar la media vuelta
ellos eran dos
yo sólo uno
no me la podía contra tantos
y tenía muy poco espacio para pasar entre el segundo
y la pared de la cueva
di media vuelta como dije
y me dolió separarme de mi primo
aunque fuera un engendro disfrazado
pero no fue un dolor físico ni emocional
mas ni siquiera un dolor
sino un síntoma físico y aislado de la separación
que no dejaba dudas
ver