viernes, abril 20, 2007

Las cosas

Es increíble como son las cosas. Tener que dejar partir a tantos seres queridos. Siempre quise detenerme un instante y decir soy japy. Pero eso no tenía nada que ver, más bien era una ilusión. Solamente hay que producir belleza con la mayor honestidad posible. Grabar un compac con canciones que grafiquen el estado de ánimo. No importa que sean de otros artistas. ¿Otros?

Yo no soy un artista, para empezar. Yo no soy yo en absoluto. Sé que me estoy dejando llevar. No hay algo que se disfrute más en esta tierra. Apoyando fuerte los pies en la tierra, y las rodillas, y la espalda, y la cabeza, que la tierra haga toda la fuerza, y que nuestro cuerpo se transforme en una pluma, en una pluma cuya sensación sea ojalá la de un sueño a bordo de una bici.

Lo de la rueda de la bicicleta es una maldición. Siempre se pincha. Cuando estuvo buena, fui todos los días a un lugar en el pasto. Más tarde, pensaba en ese lugar y sentía como un tirón en mi voluntad.

Me gustan las cosas que tienen mucho aire. Pero sé que está mal decir yo quiero. Más bien, hay que aceptar sin aceptar las cosas que están pasando. Y hay que dejar partir a tantos seres queridos.

Pero en realidad, no son tantos. Son sólo 2 ó 3. Se cae demasiado pronto en la exageración.

Hay tanta alegría ridícula suelta. Sé que la mejor opción es dejarme ir. Pero ya estoy repitiendo las mismas cosas.