miércoles, mayo 09, 2007

Lo Sé

La vida de Manuel Marín aburre luego... por más que pelee y me ría, imite hable tonteras y trate bien a la gente común, me enamore y camine sin poder comprender, la vida de Manuel Marín aburrirá.

Si proyecto la vida de Manuel Marín me encuentro con una letanía eterna de días, un partido de futbolito y una despedida de la Lea y miles de otras sandeces, eternamente.

Así no se puede mantener el estado de conmoción que se necesita. La vida tiene que ser más cortita. Definitivamente hay que cambiar a este personajillo por uno más bacán. Pero esa pega la tiene que hacer Manuel Marín. Déjame validarlo.

Yo no soy Manuel Marín. Soy un brujo.

A propósito: hay mucha gente esquizofrénica en este centro. Me están contagiando la dolencia. Sigo loco. Ayer un hippie me miró y me dijo: mother fuckyyy así le hago a los polis. Más adelante conversaban un grupo de carabineros. Y hoy otro iba diciendo cosas como: no podé opinar cualquier cosa viteh… no saben jugar, ché. Y yo me río solo por la calle y la gente debe pensar “otro más”. También me cuento anécdotas en la ducha y mi cuerpo se contorsiona de risa. Es una mezcla entre grasa y músculo.

Qué quieren que haga. Si soy doble.