domingo, enero 20, 2008

el mar pasó por arriba

5 minutos para sentarme a tomar once y con la mano izquierda decirles que estoy bien, que muchas gracias por sus comentarios y su apoyo mutuo, por la buena onda, la verdad algunos sólo falta que me depositen plata, y si quieren hacerlo les paso el número de cuenta por el mesenger, aunque suene escalofriante es algo que pretendo hacer, para poder irme a francia con los míos, porque finalmente he sido autoexiliado de este país donde se dice que la democracia reina, pero vivimos gobernados por los futbolistas que no corren casi nada.
En el fondo no he estado tan bien, vivo corriendo de un lado a otro con la esperanza de cumplir mi sueño de la infancia: ser visto en dos lugares simultáneamente. El otro día me vieron en la bici, se me ha visto en teatros y parques pero siempre ha sido eso: se me ha visto, singular. Y por culpa de ese capricho no puedo respirar bien, tengo dolores complejos en el hombro y el miedo continuo a perder la vitalidad. Empiezo a notarle la magia a los rostros de los abuelos en el metro, pero abuelos de quién. Les soy sincero, ya no soporto más y he debido detenerme a tomar once como en el sur, con panes y torta. Desde esta banca perdida en no sé dónde, me como una mascada de pan y miro las cosas de nuevo, como en el principio. Hace tiempo que no sentía tanto desaliento (no se asusten, sigan leyendo). Ustedes saben a qué me refiero. A haberlo intentado tanto y que sin embargo los resultados no sean los esperados, que la vida sea la misma y uno el mismo, multiplicado por uno en vez que por dos, a bordo de la bici en el momento exacto, en el segundo exacto en que no estoy en ninguna parte más. Pero paciencia. Yo no me rendiré, aunque firme mi declaración jurada ante notario, con un texto de "me rindo", ese papel no significa nada. Algo en mí no hace caso a papeles, ni sabe nada de mí para todos los efectos.
Vivir tanto y querer ir tanto a un cumpleaños es señal de que el mundo ha dejado de ser imaginario para uno, y debe serlo si queremos vivir como los dioses y crear fuego. De hecho, la premisa que habíamos discutido con el capitán sparrow era sencillamente no-vivir, y dejar que la práctica de la vida fuera un asunto de otros, y nosotros practicar un nuevo arte con la energía oh la energía. Se habrá quedado todo eso en palabras? El mar pasó por arriba.