lunes, enero 14, 2008

es que justamente


soy como S P A W N, que cada vez que prendía sus poderes, perdía un poco. Para seguir siendo ultradangerous tenía que estar piolita, pero quién podría entretenerse con eso? La vida del brujo es muy aburrida desde mi punto de vista, pero también tiene su encanto que algunos han aprendido a encontrárselo. Yo todavía estoy lejos de dejar mis aburridísimas repeticiones egocentristas, y sin embargo sé que son así de absurdas, aunque también pienso que el asunto no es dejarlas sino, justamente como lo hago yo, mirarlas en su justa medida. Entonces no tendría que preocuparme por nada y justamente seguir haciendo lo que he hecho este último tiempito. Lo que pasa es que a mí un tiempo me interesó formar mucho mi manera de ser, para ser un sujeto bacán de acuerdo a mis propias consideraciones, arbitrarias - no está de más que lo diga -, y me acostumbré a vivir monitoreándome y a no dejarme nunca en paz, algo absurdo desde el estado mental en que estoy ahora. Hoy pienso que justamente yo no debería hacer nada, en ningún momento, y ser así bacán por naturaleza. Es que justamente lo que más me gusta de la bacanidad es que ocurra sin ser autoforzada. Además, como decía una amiga el otro día, “yo necesito un hombre” (no es que yo necesite un hombre), es decir ella no me necesitaba a mí particularmente sino a un hombre. Del mismo modo, el espíritu no necesita que yo sea de esta manera o de la otra, sino que simplemente me necesita. Con lo que ya tengo podría despreocuparme y lanzarme por completo a la ejecución de mis placeres más ordinarios, vale decir los más simples. Que serían estar todo el día rascándome las weas, pasándome películas o recreando momentos sublimes de mi vida a través de mis propios ojitos cerrados. Nuevamente se juntan todos los cabos del mundo de la brujería, porque eso que acabo de describir es justamente el no-hacer de mi vida. El sí-hacer de mi vida es vivir haciendo algo productivo, adecuando las imágenes mentales para que calcen a lo que me gusta mantener como “mi persona”, y puras estupideces por el estilo. No necesito andar autogestionándome, a eso es lo que voy. Por ejemplo, en mi pega yo podría ser mucho más sacoewea y vivir mandándome cagadas, porque resulta – les cuento – que el grado de especialización al que he llegado, gracias a mis propios jefes que me pasan la pega más marciana, es tan así que ya nadie estaría (creo yo) en condiciones de revisarme lo que yo hago y decirme en qué parte me equivoqué. O sea las cagadas podrían atribuírseme, pero en ningún caso alguien podría decirme (esperemos que sea así) hiciste mal eso o hiciste mal aquello, porque sólo yo podría autodecírmelo. Y en ese sentido no me podrían retar-me. Y así es como me sorprendo por infinitésima vez aduciendo “razones” para vivir despreocupado, y sin presiones. Es como si cuando chico no me hubieran permitido relajarme, por alguna u otra razón, y hoy mi cuerpo y mi mente estuvieran locos, quizás, por hacer lo que les dé la "regalada gana", como diría el chavo del 8. Es la maravilla de no-hacer. El truco oscuro del no-hacer es que justamente uno le da todo el valor a lo que no-hace, y ninguno a lo que -hace. Esto te convierte en un ser inalcanzable porque, a tu propio modo de ver, nadie puede juzgarte por lo que haces, y entonces inevitablemente nadie puede juzgarte. Es como jugar a ser el hombre invisible y entrar a una pieza como si nadie te pudiera mirar ni saber cómo te vistes, o cómo te mueves, etc. Libertad, formas de establecer la libertad. En resumen, atando cabos, hoy soy como un spawn que no usa sus poderes, y que siempre se mantiene al filo de la navaja, haciendo absolutamente nada, conservando todo su poder intacto. Esto incluye por supuesto no pensar en weás, pero este silencio interior es más mejor definirlo como un no ponerse a pensar en weás, porque si las weás afloran sin querer adentro de la mente, bienvenidas sean. Este es el futuro de los tratados filosóficos, cuando la antipoesía y la brujería logren penetrar en esa ciencia tan dura, donde todos los que están son más bacanes que tú, y no te dejan expresarte al tún-tún.