la verdad es que no me preocupaba mucho lo que pensaran de mí: uno cambia completamente en hongos, y yo era otra persona, una persona que no se iba a repetir; pronto recuperaría mis procesos normales y volvería a ser el manu de todos los días, el manu de la gente, el "alegre". Pero a esa hora era el maniático privado de toda voluntad. Las fiestas están hechas para que las mujeres se tiren al dulce con nosotros los solteros.
Yo era el único soltero de toda la fiesta y eso me hacía especial. El contexto me estaba haciendo especial, y no mi interior, que es lo que importa. Pero veamos.
El hecho de sentirme completamente indiferente al cariño me daba otra cualidad: a mí no me interesaban esas mujeres, para qué, si tenía el hongo en todo mi interior; la serotonina colmaba todas mis cavidades internas. Por eso que no reaccionaba a nada, mis actividades internas eran un orgasmo constante.
Agradezco al hongo psilocybe por compartir esas características con los humanos y en particular conmigo; para qué me hago el huevón, a mí me gusta disfrutar de esas interactividades. Todo va a cambiar pronto.