cabros el otro día vi al Alexis Sánchez
estaba en la cola del aeropuerto y yo no
yo estaba mirando desde una especie de sacado en el muro
que servía para sentarse y podía ser una ventana
el caso es que el Alexis llegó y no se puso en la cola
se adelantó unos cuantos puestos hasta una señora que había allí
vestida con la ropa de la aerolínea
y le pegó una pellizcada de charchas
haciendo un ruido como de robot
y la señora pegó un salto y se fue
el caso es que el Alexis la había dejado guardándole el puesto
y ahora hacía la talla de que la señora era como un robot
a la señora le encantó la talla
parece que conocía al Alexis
el Alexis iba vestido con ropa de entrenamiento
buzo y camiseta y en la camiseta decía Alerzi
seguro que se la había mandado a hacer él mismo
para echar más la talla
tan bien físicamente estaba el Alexis
que parecía que flotaba
o que tenía en su cuerpo más energía de la que podía contener
de repente se acercó a mí
ya le daba lo mismo su puesto en la fila
y me dio la mano
yo cuando lo tuve a dos metros ya me largué a reír
su alegría era contagiosa
era como si alrededor suyo flotara una atmósfera de gas de la risa
el Alexis me dio la mano y cuando estaba a punto de darme la otra
en una especie de saludo extra fraternal
yo le pedí que no lo hiciera
que tuviera compasión poco menos
ya con una mano que me diera yo tenía bastante
si me daba la otra podía evaporarme de la risa
no sabía si sería capaz de aguantarlo
se los juro por Dios
y el Alexis sabía pero se hacía el desentendido
como si no estuviera haciendo nada
que de hecho era lo que estaba haciendo
no estaba haciendo nada
solamente dándome la mano
pero era tanta su buena onda
que aquel simple acto se convertía en algo infinitamente gracioso
así con el Alexis cabros
estaba en la cola del aeropuerto y yo no
yo estaba mirando desde una especie de sacado en el muro
que servía para sentarse y podía ser una ventana
el caso es que el Alexis llegó y no se puso en la cola
se adelantó unos cuantos puestos hasta una señora que había allí
vestida con la ropa de la aerolínea
y le pegó una pellizcada de charchas
haciendo un ruido como de robot
y la señora pegó un salto y se fue
el caso es que el Alexis la había dejado guardándole el puesto
y ahora hacía la talla de que la señora era como un robot
a la señora le encantó la talla
parece que conocía al Alexis
el Alexis iba vestido con ropa de entrenamiento
buzo y camiseta y en la camiseta decía Alerzi
seguro que se la había mandado a hacer él mismo
para echar más la talla
tan bien físicamente estaba el Alexis
que parecía que flotaba
o que tenía en su cuerpo más energía de la que podía contener
de repente se acercó a mí
ya le daba lo mismo su puesto en la fila
y me dio la mano
yo cuando lo tuve a dos metros ya me largué a reír
su alegría era contagiosa
era como si alrededor suyo flotara una atmósfera de gas de la risa
el Alexis me dio la mano y cuando estaba a punto de darme la otra
en una especie de saludo extra fraternal
yo le pedí que no lo hiciera
que tuviera compasión poco menos
ya con una mano que me diera yo tenía bastante
si me daba la otra podía evaporarme de la risa
no sabía si sería capaz de aguantarlo
se los juro por Dios
y el Alexis sabía pero se hacía el desentendido
como si no estuviera haciendo nada
que de hecho era lo que estaba haciendo
no estaba haciendo nada
solamente dándome la mano
pero era tanta su buena onda
que aquel simple acto se convertía en algo infinitamente gracioso
así con el Alexis cabros