jueves, febrero 21, 2008

Tratado sobre la libertad

Resulta que la energía es capaz de crear más energía de la nada, o sea como que ésa es su finalidad como crear una tormenta en el vacío, o algo así. O por ejemplo tomar algo que se da por sentado y cambiarlo como en un acto de magia, como ver un pájaro volando en el cielo que nadie más vio y que en el fondo era como un sueño de uno, que uno mismo quiso ver volando. Es heavy esa weá, porque te hace pensar que ya nada es real y que nada importa, o sea vamos imaginando y volvámonos locos nomás porque va a ser la expresión de la fuerza más verdadera de este mundo que es la energía, total.

O sea que por ejemplo la misma biología se ha ido adecuando a este impulso de la energía de crear nuevos mundos, claro, o sea que el mundo de los seres orgánicos es sólo una manifestación y una como especie de “solución” al problema radical de la energía que es expandirse. ¿Y cómo funcionaría esta cuestión, por ser? Simplemente la energía sexual genera un nuevo individuo, que viene a ser como un nuevo mundo originado prácticamente de la nada. A mí lo que no me gusta de este método es que uno no es conciente para nada de lo que está haciendo, y simplemente se va cortadito y no sabe lo que le va a salir, a lo mejor le sale un monstruito o un weón todo pendejo y cargoso, no pasa ná. En verdad lo estuve pensando ahora y uno se va y no está ni ahí con que le salga o no le salga algo, todo mal. Por eso que la alternativa es utilizar mi energía en otra cosa, en soñar, y por ejemplo gritar cosas en mi sueño y que aparezcan, o decir que voy a llamar a alguien y llamarlo y que en 1 segundo esté al lado mío, para poder decir ¿vieron?