lunes, septiembre 14, 2009

misa

estábamos en el patio (pero en un patio de sueños) todos los compañeros y me llegaba el rumor de que la karim estaba enamorada de mí. “Eso es verdad, manuel, porque yo te amo” confirmaba ella mientras se columpiaba en un columpio a gran velocidad. Entonces yo explotaba con el primer orgasmo en mi corta carrera profesional. Al día siguiente me levantaba sin comprender qué era esa sustancia vizcosa, pegajosa y yo bajaba las escaleras y le decía a mi mamá que me había meado. En la tarde ella me explicaba todo, recalcando que el pene se introducía en la vagina. Al otro día yo parece que necesitaba expulsar ese secreto de mi mente y en el colegio escribí una composición sobre el tema y se la mostré a dieguito díaz, mi mejor amigo. El dijo que la lleváramos donde el tío Gerardo. Se la dejamos y volvimos a nuestros respectivos puestos. Todavía recuerdo la cara y la risa del tío Gerardo. Luego nos corrigió la plana y borró lo de pene y vagina para hablar del útero y el feto. De hecho, al principio decía así:

“el pene, al introducirse en la vagina libera semen que fecunda al óvulo”

Y el tío Gerardo lo reemplazó por algo así:

“el feto se gesta en el útero materno, en donde el óvulo fecundado blablabla”

Todavía me acuerdo con creces. La segunda vez que llegué al orgamos fue cuando la karim me abrazaba, también en sueños, pero esa vez caracterizada como odalisca o algo por el estilo, bien cristiano.