lunes, septiembre 14, 2009

una pelota roja

puede ser así como puede que no: una pelota roja impacta mi hocico en pleno patio del manzano cuando estoy en primero básico de enseñanza básica. Lloro apoyado contra el muro de grandes ventanales. Unas compañeras que me acompañaban me dan su consuelo con caricias: despierta el deseo sexual en mí por vez primera. Días después, solo, sin compañeras a mi alrededor, lloro sin saber por qué apoyado en otro rincón del mismo muro de grandes ventanales. Puede ser así como puede que no.