jueves, julio 12, 2007

El univesro es muy cofnuso reamlente


Nos metimos con Björk por una callecita. “Aquí no”, me dijo. “Pos entonces dónde”, le dije yo. Sin que nosotros lo notáramos, un gato en el tejado, nos estaba vigilando. No son tan sencillas las encarnaciones que toma el universo para sus desvelos. Nos dijeron que en ese callejón había una garita abandonada. A través del ojo del callejón, vimos surgir una calle. Aparecimos a un confín de ciudad, a ver el cielo y estrellas tras un cerro. “Allá”, me dijo Björk. Yo di voz a lo que tanto me atormentaba, “se me hace que mañana no voy a tener recuerdo de nada de este asunto”. “No importa”, me dijo Björk, y yo y el gato sabíamos que ella tenía razón. El eco de un agua llegó a nuestros corazones, era la lluvia que bajaba de una canaleta. Al mojarme sentí la brisa fresca y supe que estaba vivo. Un policía corría hacia nosotros haciendo sonar su silbato.