viernes, marzo 26, 2010

zahumerio para recuperar los recuerdos de uno que hay en la memoria de otros

Pero igual estamos acá en esta casa, cada uno sabe dónde le aprieta el zapato.
A mí me está apretando lejos, al otro lado de esa loma que se ve por allá, donde hay tigres, en esa casucha fea que hecha humo en forma de señales a los indios que viven más arriba; me está apretando en la zona de la muerte, adonde enterraron a ese caballo que apareció sin cabeza, pero que venía caminando; allá me está apretando el zapato con todas las fuerzas.
Si me saco los zapatos es porque las cosas no han andado bien, salvo por 12 segundos en los últimos 3 días; esos segundos duran más; esos segundos están repartidos en los últimos 3 días de manera… al azar; en esos segundos he visto que mi vida ha valido la pena, luego desaparecen sin dejar rastro y las cosas no han andado bien.
Tanta indiferencia me ha pasado la cuenta.


La gente recuerda las cosas hasta que se le olvidan, pero ni yo ni la mary vamos a poder olvidar nunca ese instante en que nos dimos el abrazo de Maipú versión 2 (referencias históricas chilenas, nada de qué alarmarse, tranquilos, fans internacionales). Yo cuando me paré no estaba seguro si iba a darle el abrazo, pero tenía la intención y yo creo que ella se dio cuenta o lo detectó de alguna manera en mi torpeza. Abrió los brazos y esa es señal inequívoca de que se viene un abrazo; pero yo me imagino ahora cómo habría sido dejarla con los brazos abiertos, dar media vuelta y salir. Seguramente ella habría hecho buuu, porque había más gente en la pieza. Ella habría comenzado a estirarse.