miércoles, marzo 12, 2008

pide cariñito (poesía erótica maya)

siempre me duele separarme de ella, aunque sólo sea por crear un personaje con mi nombre al cuyo corazón le pasan cosas. hoy, y ayer, y antes de ayer, sus ojos no eran míos, pero sí lo fueron en el eterno pasado y en el eterno futuro de las cosas que no se nombran. ahora estoy llegando a niveles más profundos, es verdad. recuedo los intantes en que la abracé, y cuando se quedó dormida en el auto y me dediqué a observar, sin que me cacharan, sus ojos cerrados, el detalle de sus pestañas, de su nariz y de su boca, y la forma de su mentón; porque eso son ahora, no son recuerdos ni instantes bien escritos ni pronunciados sino meros fantasmas que ruedan en mi memoria. el mundo no es real, qué pasa, mis amigos.
su nombre me cuesta pensarlo, una enormidad escribirlo, ni cagando decirlo de mi cuello porque, quién sabe, en alguna de ésas, ella se convierte en algo real y si así fuera yo querría una tajada de su corazón. Ser su segunda opción, que me mire de vez en cuando y luego se dé media vuelta y se ría, sin que yo la vea (de mí), y la verdad es que yo no pido nada, meterle sólo la puntita, aunque fuera sólo por el chiquitito, pasarle a llevar una goma por casualidad con el codo, o que en el metro la gente nos apriete y aplastarla contra la pared del vagón, y mirar hacia los lados con rostro de incomodidad, también fingida, todo fingido, y mirarle su carita y entreabirse su boca pequeñita y que vaya a estar a punto de decir algo, y que se lo guarde porque crea que parecerá muy inocenta. Eso quiero yo, o me gustaría muchísimo acaso, pero la verdadverdad, es que no pido nada.
También me gustaría decirle ven! y sacarla a la luz de la luna, y decirle que me quiero ir porque el carrete me aburrió y que se lo informe a los demás, y que ella me diga te acompaño? y decirle que no, que hagas tus cosas o una frase terrible de la indiferencia más fría que me salga, y luego caminar bajo las estrellas sin arrepentirme y sin pensar si quiera. Ni en mí, ni en ella.