martes, abril 15, 2008

Hermes Gruñón

Listo. Me mandé un ensayito acerca del silencio interior, que viene a ser como la cosa más bacana de la que nadie habla (obvio, si es silencio la custión). Para leerlo, sigan leyendo para abajo nomás y háganse los giles con la mamá que les está pidiendo el computador para meterse al facebook (mamá super ondera) o para revisar su correo (mamá esotérica) o para calentar un plato (mamá microonda). Léanlo y cachen cómo es la onda, mis leales padawanes (ojo que para saber lo que era esta custión del silencio interior, tuve que experimentar conmigo mismo, así que no sé).



El silencio interior consiste podríamos decir en no andar todo el día diciéndose autocosas. Lo que pasa es que nosotros somos muy expertos en saber qué lo que es bueno para nosotros y en autosusurrárnoslo, constantemente, y no tenemos para qué hacer eso (es súper innecesario).

A veces eso pasa porque uno es creído y no está buena onda para escuchar, entonces tiene que estar hablando en voz en off, o sea mentalmente, todo el rato. Pero si hace eso uno está cucú, o es un psicodélico que vive como en una película y no en la realidad real verdaderamente cierta. O sea, todos nosotros.

Cuando uno se empieza a reír de las tonteras que se autodice al tiro lo empieza a pasar mejor porque el mundo empieza a ser cualquier cosa, o sea lo más bacán del mismo.

A mí a veces me pasa que estoy tan chato de la vida que me digo a mí mismo algo así como “mejor no digo nada”, o sea en traducción simultánea a la mente sería algo como “mejor no pienso nada”. Y ahí me empieza a resultar, y se avecinan los días más bonitos del mundo porque uno está buena onda y aprendiendo de todo un poco.

Resulta que a mí mi voz en off me dice todo el rato “tu vida es levantarte, ir al trabajo, comenzar ese informe y hacer los trámites del celular, etc.”, o sea, tengo como mil razones para no pescarla y tener ganas de agarrarla pal fideo.

Cuando no la pesco, yo me voy en unas voladas raras y sueño cosas reales que me enseñan cuestiones charcha, como esa vez que homero iba al desierto a encontrarse con un puma y era todo de mentira porque había comido chile del socio Eduardo.

Aquí hay una teoría muy pulenta que dice que el mundo es obra de cada uno de nosotros, y que por lo mismo nosotros lo celamos y no lo dejamos salirse de los parámetros que le hemos puesto en el momento de la Creación (una cosa así). O sea, es la teoría de que todos nosotros somos Dios, y habría caleta de locos que son Dios (todos, en realidad), y ningún problema con eso, o sea más hereje que la cresta.

También hay otra teoría (que es la misma en realidad) que dice que el mundo lo creamos a cada rato nosotros con esa vocecilla que dice las cosas (en off).

Bueno las técnicas que hay para parar la mente son el yoga, la meditación, caminar harto rato sin enfocar nada y no ser tan imbécil, lanzarse de vez en cuando y no quedarse mamoneando todo el rato con la vieja idea del mundo, ir a ver a la abuelita para humanizarse o creer que todo es un espejo de nosotros. También hay otras técnicas más pulentas que inventaron los brujos que son unos compadres enteros abacanados que nadie sabe si existen, y son tan bacanes que le echan mierda a todos los filósofos y a todos los poetas más brígidos que hemos producido nosotros los hombres comunes y corrientes (así nos llamamos), y estas técnicas son soñar con el cuerpo de uno, y respirar diciendo que no todo el rato mientras uno recuerda todas las calamidades que le han pasado. La gracia de estas técnicas más pro supuestamente es que uno al tiro cacha la volada verdadera de la vida y de la muerte y puede empezar a decir care raja que todos en el mundo estamos mal.