lunes, octubre 27, 2008

Amsterdam

Notable cómo los vientos se apoderan de las personas y de animales marinos y nocturnos. Todo comienza con un viaje al pasado más lejano del cual se vuelve porque es hora de dormir, vale decir se deja en pausa la aclaración de todos los problemas sexuales, el beso y el atardecer mágico tirándose piqueros en el interior de unos montoncitos de pasto cortado de la plaza.
En ese instante veo claramente cómo una figura monstruosa, animalosa, me transporta por el parque como si yo fuera una marioneta, y me ayuda a bajar una pequeña cuesta para posteriormente cruzar la calle por donde pasan los autos. Todo el tiempo ha sido así y yo no me he dado cuenta de que estuve siendo manipulado por unas fuerzas que terminan justo ahí, justo aquí. Y una polilla atrapada en el interior de la lámpara de globo rojo comienza a aletear adentro mío, y por otro lado la presencia animalosa a mis espaldas me quiere dar vuelta para ese lado de la cama, por qué se quieren apoderar de mis sueños. La respiración es el latir del corazón de un incrédulo que habita en el fondo de un precipicio y en una nube. Con todas mis fuerzas grito fuera!, y se me acaba la voz con la que grito en el interior del sueño de la dulce frontera. He despertado y estoy aquí, la muerte, mi verdadera aliada, me confiesa que esta noche no va a ser eterna.

Estamos en busca de una nueva sustancia y con mono, diego y varios nos encontramos con unos locales que nos dan una dosis como un flashazo, diego y mono la reciben y vamos de vuelta a neustra cabaña. En la cabaña de las minas está la ala y otras más que descansan en las respectivas camas asignadas, disfrutando de un viaje hacia las fronteras de la música. En la cabaña nuestra, entre risotadas me entero de que yo no he recibido la muestra, veo por un instante que la sobriedad es el estado más inaudito y debo partir al quiosco de los locales a satisfacer mis dudas. Allí pregunto lisa y llanamente si les queda algo de lo que puedan dotarme y me dicen que no, que la sustancia se llama xxx-yyy y que debo suplírmela en la farmacia de la esquina, bajo los corredores entre potreros y veo las farmacias cruz verde que todavía no empiezan a funcionar, seguramente se refería a las farmacias ahumada que están en la otra esquina y cuyas escalas subo al segundo piso en donde lisa y llanamente pregunto si tienen xxx-yyy. Me contestan que eso es una enfermedad y me traen una bolsa de tallarines la cual pido examinar en busca de los ingredientes. Los locatarios de la farmacia conversan entre sí. Me preguntan cuál es mi decisión y yo respondo que voy a llevar esos tallarines, la vendedora –una gorda rica– me confiesa que son una maravilla y que son un viaje a la interioridad, delibero si preguntar si tienen alguna contraindicación o no.
Es el último día de las vacaciones y no me puedo quedar sin probar algo sobrenatural, cuando salgo de la cabaña ha empezado la música en la cabaña de las mujeres, pregunto sin dudar en todos lados si tienen la xxx-yyy para cumplir mi final.


nota: xxx-yyy son las abreviaturas de dos palabras que no puedo recordar, como un nombre científico. También en la etiqueta de la bolsa le cambiaban la palabra yyy por la palabra 'seco'.