jueves, julio 23, 2009

iainomakedaronlosguliao

A mí me gustaba la amiga de mi hermano pero ya me hice la idea de que no la voy a ver nunca más en la vida. Yo tenía 19-20 años y ella iba a la casa de mi hermano (o sea a mi casa) y se encerraban en su pieza y a mí me dejaban deambuleando en la típica del hermano chico, jugando diablo en la pieza y saliendo casualmente al pasillo cuando escuchaba que la puerta se abría.

Yo especulo que mi primer encuentro con esa chica se había dado en un recreo en donde yo había tratado de impresionarla con un comentario misógino o misántropo, misógino, pero ella no se andaba nada con cosas y me lo enrostró en mi cara. De ahí yo supe internamente que yo no le agradaba aunque en mi nivel exterior o conciente yo pensaba todo el día en monitos y no le daba mucha importancia.

Bueno así fue como un día me atreví a hablarle ya que ella era una excelente persona y nunca iba a desechar a un ser humano, para entonces se entendía que a mí me gustaba y que me moría por hablarle y hacerla reír pero ya llevaba todas las de perder con mi actitud de pendejo in love e ignorándola que no salvaba a nadie. Ella me escuchaba más que nada por lástima hacia este pobre wevoncito que no tenía idea de cómo tratar a una persona. Todo en mí se reducía a pura mierda, no tenía nada que valiera la pena en mí.

Sin embargo me atreví a acercarme con una actitud siempre muy de mierda a esta señorita, y los esfuerzos que emprendí por llegar a comportarme como un completo imbécil enfrente de ella fueron esfuerzos al fin y pagaron, tal y como si hubieran sido esfuerzos para adoptar un comportamiento que realmente valiera la pena. Todo lo que se esperaba de mí era que lograra darme cuenta que lo estaba echando todo a perder y que necesitaba hablarle a esta Feña para poder ser alguien en la vida. Uno se acostumbra a darse cuenta que está podrido por dentro y que tiene que actuar para salir de ese cubo funesto, sin embargo pronto ya todo va a cambiar.