jueves, junio 26, 2008

manuel marín dedó pingüé

Casi siempre cuando pensamos en lo que hicimos de pendejos nos da risa, como cuando le escondimos la bacinica al abuelito o le volamos de un hondazo la peluca al profesor. No sé si en ese momento nos pareció tan gracioso. Lo que sí sé es que cuando pensamos en las cosas que hicimos hace poco, no nos causa tanta gracia. Está todo mezclado con espanto, porque de alguna forma los hechos recientes son más cercanos a nosotros. Lo que hicimos de pendejos prácticamente pertenece a otra persona, a una persona que ya no existe.
Imagínense como será recordar lo que hicimos ayer, pero a la manera en que recordamos los actos de cuando pendejos. La zorra. Sería como irse al futuro 10 años y ponerse a recordar todo lo que está pasando ahora. La verdad es que me voy a la chucha cuando me pongo a hacer eso. Todo me parece mucho más gracioso.