martes, agosto 12, 2008

zit daun cómedi: el cumpleaños de mi tía

El otro día sin querer fui al cumpleaños número 55 de mi tía. Cuando llegué estaban todos reunidos en un óvalo gigante en torno al living y yo entré directo a la cocina. Allí estaban mis sobrinos haciéndose sonar la espalda. Yo dije cuidado puede quedar tetrapléjico uno. En ese instante todos se miraron y me miraron. Casi creí que estaban a punto de estallar en risa. Mi papá dice eso me dijo uno de ellos. La técnica de hacerse sonar la espalda consiste en tomar al otro por detrás y levantarlo y luego sacudirlo hasta que suenan las vértebras de la parte baja. En general va seguido de un oh sorprendente y generalizado. Pocos se atreven a ser vícitmas de esta técnica pero en general van pasando uno detrás de otro. El encargado de aplicar el abrazo es el más corpulento de los 3, y se llama Vicente. Es el mayor de mis sobrinos y tiene una cierta afición por los ruidos corporales. Cuando chico le gustaba hacerse sonar la mandíbula y me miraba con cara de desquiciado. Es decir, ponía cara de desquiciado al tiempo que hacía sonar su mandíbula una y otra y otra y otra vez mirándome. También puede mover las orejas. Casi todas sus habilidades de este tipo no son innatas, sino adquiridas con el tiempo y la práctica.
Finalmente pasé yo al ruedo y se me hizo sonar la espalda. Luego le hice sonar la espalada yo al Martín y él me pidió que lo repitiéramos, entonces le aclaré que tenía que pasar un tiempo antes que las vértebras se cargaran de nuevo. Luego de semejante muestra de conocimiento y erudición me dirigí al gran ruedo del living y los saludé uno por uno a todos, dando una vuelta completa y volviendo al punto de partida. A las mujeres las saludaba de beso inclinándome y caminando inclinado hacia la próxima, a la cual también besaba. Finalmente me senté entre dos primos y me ofrecieron una copa de pisco sawer. Acepté la copa de pisco sawer y empecé a hablar de los juegos olímpicos. Se me pedía la opinión clara respecto al ciclista chileno que había hecho un papelón en la víspera. Declaré que me había parecido un despropósito y luego hablé del esgrimista Inostroza.
Y yo no tenía idea que estaba de cumpleaños mi tía.