jueves, noviembre 06, 2008

datillos freak

en japón, en los 80s, prometía mucho más que dragon ball z una serie que se llamaba el secreto de la espada invisible, la cual su dueño podía blandir sin tocar nada entre sus manos en verdad, y blandir el aire como un espejo del supremo y de la suprema muerte. La espada pasaba de mano en mano entre los varios personajes de la serie, que contaba con superestrellas de rock con algún poder mutante, y mutantes y extraterrestres con habilidades que parecían improvisadas por el guionista justo antes de cada capítulo. El que tenía más poder con la espada era sin duda balin, cuyo nombre comparte uno de los enanos muertos del señor de los anillos. Balin era una bestia dragónica de siete cabezas que tomaba forma e inteligencia humanas, la serie estaba ambientada en algún incierto futuro. Los personajes pasaban gran parte de la serie volando o flotando más bien sobre acantilados, al tiempo que hablaban entre sí de grandes verdades con lo cual se conseguía mantener el ritmo de la serie. Entretanto, peleaban, y las peleas trascendían el planeta y a ratos se utilizaban tomas del espacio exterior en donde los poderes de los luchadores reverberaban como estrellas en el infierno. La serie está incompleta y los capítulos en donde supuestamente tiene lugar la derrota de balin a manos de los nobles y disminuidos caudillos del bien están perdidos inexorablemente. No están ni en youtube ni en las manos de algún lujurioso coleccionista. Los fanáticos ven los 20 capítulos en que se desarrolla el ascenso y la hegemonía de balin y en los que aquel aparece como una bestia invencible, e imposible de vencer bajo ningun término. Se intuye que en los capítulos siguientes balin evidenciaba alguna debilidad o uno de los caudillos mostraba una gran superación que les permitía vencer al monstruo. Mas, por la pérdida de estos, balin resulta ser la única bestia invencible del universo. Se le compara con la muerte. Los 5 capítulos del final, en que tiene lugar la batalla que balin domina largamente, son vistos una y otra vez por los pocos fanáticos no sin un sentimiento de desesperanza. La vida es un poco como esta serie japonesa sin término ni tregua.