una cosa de la que uno se puede dar cuenta es que no estamos obligados a confinar la vista a los objetos del mundo. Podemos liberar la vista de los objetos. La vista normalmente está atrapada en un objeto y sólo se libera para caer presa del siguiente. Lo mismo pasa con la mente y las ideas. La mente (y, con ella, la energía) se siente obligada a examinar una idea y luego pasar a la siguiente sin una pausa. No suelta nunca el mango de la sartén antes de tomar el mango de la olla. La mente es, entonces, esclava de las ideas (esclava de cada idea). Pero la mente es mucho más que una simple idea. El día en que separemos los ojos de las cosas podremos también separar nuestra mente de los pensamientos y un nuevo sol brillará.
En fin, poemas.
En fin, poemas.