para atreverme a probar la heroína tengo que estar seguro que no será mejor que mi vida diaria. por lo tanto necesito estar en mucho mejores condiciones físicas, económicas, afectivas y espirituales que ahora. necesito un buen cuerpo, mucho dinero en la cuenta (por supuesto, nada de deudas), una relación de pareja estable y prometedora y un conocimiento del fin último de la vida en la Tierra. dudo que alguna vez la pruebe. por supuesto también tengo la alternativa de sumirme en el abismo de la droga hasta mi aniquilación, morir en un cuartucho húmedo y oscuro enfermo de sida, y ser el espanto de mis amigos, familiares y conocidos que no sabrán cómo un muchacho tan prometedor, con tan buena educación y valores cristianos, pudo terminar así.
