viernes, febrero 15, 2013

15 de febrero de 2013

La salida.

Ayer el almuerzo con Julieth y Sabrina estuvo genial. Sabrina nos habló de miles de cosas. Luego ayudé a Julieth a retirar una cuchara que estaba atrapada en su cañería. Nos fuimos caminando hacia la U y nos encontramos con Asma, quien nos dijo que no seguiría en el teatro. Nos devolvió el libreto. Asma no saluda de beso a los hombres.

En la tarde-noche, luego del trabajo fui donde Jean-Marc a celebrar la promoción de un amigo suyo de la iglesia, Ludovic, y estaba Virginie. Fue divertido, el domingo quedamos para hacer una paseo a la nieve y bañarnos en las termas. Me regalaron un trozo de tiramisú que sobró del postre y yo quiero regalarle la mitad a Julieth, en agradecimiento por el almuerzo de ayer.

En la noche soñé que con todos mis amigos viajábamos al pasado, a la época en que recién se estaba fundando Chile. Hicimos un círculo y cada uno dijo qué papel le gustaría jugar en la formación de la República. Pelusón Nano dijo que él sería Manuel Rodríguez, y yo por hacerme el gracioso dije que seguramente lo matarían en el primer tiroteo. Diego Díaz dijo que él sería Antonio Vodanovic y nos empezó a explicar. Nos mostró un televisor. Su discurso era muy aburrido y yo decidí tirar el televisor por la ventana. Lo tiré con mucha fuerza, pero había un ala, porque en realidad íbamos en un avión, y el televisor quedó sobre este ala, justo en la punta. Me ofrecí inmediatamente para ir hasta allá y terminar el trabajo, pero el pelusón Nano se me adelantó. Cuando el pelusón saltó y cayó sobre el ala, yo repasé mentalmente la situación para asegurarme de que era un sueño y que, en realidad, mi amigo Nano no corría ningún peligro. Sin embargo de inmediato el avión comenzó a prepararse para aterrizar. El ala se inclinó hacia atrás y el pelusón Nano decidió volver al interior del avión.

Mientras la vida sea un sueño, no hay problemas en correr riesgos. Es más, siendo que vamos a despertar tarde o temprano, lo correcto es aprovechar la experiencia y tratar de finalizar el sueño con el mayor estilo posible.

Los guerreros elijen la manera en que abandonan el mundo. Elegir el día y la hora, para salir en toda la gloria.