martes, diciembre 23, 2008

Capitulo 2

los peces del fondo, y una carta que llegaba deslizándose y que hacía pensar en un abismo redondo y negro. La carta efectivamente tenía forma circular y adentro estaba la citación. No la abrió, simplemente la esquivó y salió a la calle y se detuvo a mitad del jardín.
-¡Inquilino!-
Calle abajo un individuo en su bicicleta atropellaba a un anciano transportando bolsas del supermercado; no se distinguía bien o ambos desaparecían en el aire.
Con la taza de té aún entre las manos se dirigió a la pileta y miró el agua detenerse un segundo en el tiempo. Cuando el tiempo se detiene por un segundo es como si no hubiese pasado nada. El ruido de la fuente sin embargo no se detuvo. Debían ser las 6 ó las 7 de la mañana y el aire estaba frío, casi cortado por un aluvión. La gente bajaba corriendo de la calle o se subía a vehículos y partía. En el fondo del agua los peces flotaban indiferentes a todo lo que pudiera estar ocurriendo sobre la superficie. Si venía la avalancha seguramente el destino de la fuente no sería de los mejores, se rompería y el agua pasaría a la tierra o a las capas bajas, los peces se verían arrastrados por un flujo irresistible que los conduciría a su destino -que quizás era la muerte. Quizás la muerte estaba fechada para esos peces en ese día. Entrando a la casa sorbió su té.


yo me voy a matar súper luego
qué se siente hablarle al vacío?