lunes, julio 28, 2008

PICHUAL

La gran paradoja de escribir
Es que lo que decimos queda acá
No puede salir del papel
Es como un atajo hacia la nada
No debemos conformarnos con esto
Ni con esto
Ni con esto
Ni con esto
Lo que debemos hacer es gritar fuerte
Hablar por teléfono
Y renunciar a la pega


Una vez a la pega renunciada
Se deben quemar todos los escritos
Si es preciso echar el computador a la estufa
O colocarle bencina y prenderle fuego
Sería la tremenda ni que sensación

Una vez con el computador en llamas
Alzar los ojos y ver las cenizas evadiéndose
Y comprender que nosotros somos esa lluvia ascendente
Lo que quiero decir queda fuera de este texto


Queda en la esquina de caupolicán con san martín
Allá en esa esquina encontrarán un animita
Si tienen suerte van a ver a un güeón meando
Un árbol a contraluz
Ese w(m)eón soy yo
Por lo tanto estoy aquí y allá
Por ese lado va nuestra dinámica


Pero déjenme terminar mi exposición
El universo es más bien mental
Todo es nuestra imaginación
Pocas veces logramos hacer cosas reales
Este texto es un ejemplo de algo irreal
De algo que sólo produce la mente
Volvemos al mismo cuento de siempre


Cuándo nos iremos a aburrir
La respuesta es una sola
Nunca


Nos gusta esta custión
Nos gusta esta fantasía huraña de escribir
De creer que estamos diciendo la verdad
De jurarnos que existimos


Yo tengo noticias
Salió en el mercurio por lo tanto es verdad
Existimos de todas maneras


Da lo mismo el nombre que le pongamos al abismo
Si cerramos los ojos va a estar ahí igual


Cada instante del universo es distinto a todos los otros
Es la mente la que trata de igualarlos
Quiere establecerse a toda costa
Es el sueño de la casa propia
La filosofía Okupa en toda su potencia


Pero nosotros podemos hacerle frente
Claro que la alternativa es vagar
Somos muy inteligentes
Preferimos ser vagabundos
El alma vagabunda
A morir podridos en una realidad
Comida va a haber
Dios proveerá
De ser necesario almorzaremos una paloma
No es difícil atraerlas hacia una trampa mortal


Otros seres humanos
Emprendieron esta dura tarea antes que nosotros
Se deshicieron de todos los conceptos
Los más duros son los conceptos personales
Adquiridos en los múltiples conflictos amorosos
El enemigo propiamente tal
Es el amor
Contrario a lo que muchos puedan suponer
Lo entretenido es que a la vez
Es el aliado más profundo

Difícil saber lo que estamos tratando de decir
Sobretodo si seguimos diciéndolo
Más bien habría que renunciar
Y tratar de averiguar
De dónde sacamos tanta pericia
Para hablar de lo eterno

Mejor es no polemizar
Vamos a dejar las cosas como iban en algún momento
Cuando estábamos sentados en la plaza
De marco el gran cielo meridional
Extendiéndose a todo lo ancho y alto del paisaje
Como una gigantesca concha marina
A punto de tragarnos
Y nosotros un detalle ínfimo en la atmósfera


Sin embargo dentro de ese detalle
Ocurre toda la química
Yo en lo particular no entiendo
Pero no quiero entender parece


Voy a tratar de entender
Volvamos a la gran concha marina
El color de los ojos no puede ser blanco ni azul
Ni negro ni tampoco el color del pelo
Puede ser blanco o café o pelirrojo o fucsia
Tiene que ir cambiando
Ahí está toda la verdad del queso


Al mirar dentro de los ojos del minotauro
Pericles (Ulises) no encontró nada
Eran unos ojos sin ningún elemento interno
Las cosas no tenían margen
El minotauro no revelaba quién era
¿Se salió con la suya?
Es la pregunta que yo siempre me he hecho

Mentira
Es la primera vez que me la hago