miércoles, julio 02, 2008

XIV. FLORINDA

Nosotros cuando chicos teníamos un patio grande en temuco y enterrábamos caleta de basura. Desde càscaras de naranja hasta los papeles de los super 8 que nos compraba mi amá. Yo me quedé un poco pegado en esa etapa, bueno. Resulta que esa casa la vendimos y ahora yo voy a ella pero en sueños. La frase anterior no es enteramente correcta.
Ayer salí al patio como diez veces, haciendo no sé qué.. Me mandaban pafuera a ver cada cosa y en una de estas tantas se hizo como de noche. En la parte donde empieza la tierra había un loco enterrado que quería salir. Uno de sus brazos había roto la dura corteza, y de debajo de la tierra se escuchaba un gemido profundo. El puro brazo medía como 2 metros y era lo único que se alcanzaba a ver.
Entré padentro y me metí al comedor. Estaban todos sentaditos almorzando. No sé por qué dije lo que dije. Les dije que los hombres vinieran a ver lo que había en el patio, que las mujeres y niños mejor no. Luego avancé hacia la cocina que está en camino hacia el patio y antes de entrar, sin querer miré una esquina del techo. Había una luz muy hermosa allí. La luz venía desde el patio y me encandilaba un poco los ojos. Supe que era de la bestia que por fin había despertado, más rápido de lo previsto.
Dije que mejor, tanto hombres como mujeres y niños, arrancáramos todos. Me fui hacia la puerta de la calle y la abrí como pude, estaba resbalosa. En la calle eché a correr pero me dije puta, mejor paro esta pesadilla antes que se haga recurrente y la weá.
Me puse a hacer fuerza como pa tirarme un peo y cambiar de sueño.